Salmos 119:47

Y me deleitaré en tus mandamientos, los cuales amo.

Me deleitaré en tus estatutos, y no olvidaré tu palabra.

Levantaré mis manos a tus mandamientos, los cuales amo, y meditaré en tus estatutos.

¿Cuánto amo tu ley! Todo el día es ella mi meditación.

Por tanto, amo tus mandamientos más que el oro, sí, más que el oro fino.

Mi pie ha seguido firme en su senda, su camino he guardado y no me he desviado.

La ley del SEÑOR es perfecta, que restaura el alma; el testimonio del SEÑOR es seguro, que hace sabio al sencillo.

¿Aleluya! Cuán bienaventurado es el hombre que teme al SEÑOR, que mucho se deleita en sus mandamientos.

También tus testimonios son mi deleite; {ellos son} mis consejeros.

Es muy pura tu palabra, y tu siervo la ama.

Mi alma guarda tus testimonios, y en gran manera los amo.

Anhelo tu salvación, SEÑOR, y tu ley es mi deleite.

Jesús les dijo*: Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y llevar a cabo su obra.

Así que la ley es santa, y el mandamiento es santo, justo y bueno.

Y si lo que no quiero {hacer,} eso hago, estoy de acuerdo con la ley, {reconociendo} que es buena.

Porque en el hombre interior me deleito con la ley de Dios,

Haya, {pues,} en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús,

Porque para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por vosotros, dejándoos ejemplo para que sigáis sus pisadas,

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