Salmos 140:4

Guárdame, SEÑOR, de las manos del impío; protégeme de los hombres violentos, que se han propuesto hacerme tropezar.

Dios mío, rescátame de la mano del impío, de la mano del malhechor y del implacable,

Que no me alcance el pie del orgullo, ni me mueva la mano de los impíos.

Mis pasos se han mantenido firmes en tus senderos. No han resbalado mis pies.

Guárdame como a la niña de tus ojos; escóndeme a la sombra de tus alas

El impío acecha al justo y procura matarlo.

Para el director del coro; con instrumentos de cuerda. Masquil de David.Escucha, oh Dios, mi oración, y no te escondas de mi súplica.

No es bueno mostrar preferencia por el impío, para ignorar al justo en el juicio.

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