Salmos 18:4
Me rodearon los dolores de la muerte, y torrentes de hombres perversos me atemorizaron.
Salmos 116:3
Me rodearon los dolores de la muerte, me encontraron las angustias del infierno; angustia y dolor había yo hallado.
2 Samuel 22:5-6
Cuando me cercaron las ondas de la muerte, y los torrentes de iniquidad me atemorizaron,
Salmos 22:12-13
Me han rodeado muchos toros; fuertes toros de Basán me han cercado.
Salmos 22:16
Porque perros me han rodeado, me ha cercado cuadrilla de malignos; horadaron mis manos y mis pies.
Salmos 124:4
Entonces nos habrían inundado las aguas; sobre nuestra alma hubiera pasado el torrente:
Isaías 13:8
y se llenarán de terror; angustias y dolores se apoderarán de ellos; tendrán dolores como mujer de parto; se asombrará cada cual al mirar a su compañero; sus rostros serán como rostros de llamas.
Isaías 53:3-4
Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de Él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.
Jonás 2:2-7
y dijo: Clamé de mi tribulación a Jehová, y Él me oyó; Del vientre del infierno clamé, y mi voz oíste.
Mateo 26:38-39
Entonces Él les dijo: Mi alma está muy triste hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.
Mateo 26:47
Y cuando Él aún hablaba, vino Judas, uno de los doce, y una gran multitud con él, con espadas y palos, de parte de los príncipes de los sacerdotes y de los ancianos del pueblo.
Mateo 26:55
En aquella hora, dijo Jesús a la multitud: ¿Como contra un ladrón habéis salido, con espadas y palos para prenderme? Cada día me sentaba con vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis.
Mateo 27:24-25
Y viendo Pilato que nada adelantaba, antes se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; vedlo vosotros.
Mateo 27:39-44
Y los que pasaban le injuriaban, meneando sus cabezas,
Marcos 14:33-34
Y tomó consigo a Pedro, a Jacobo y a Juan, y comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera.
Hechos 21:30
Así que toda la ciudad se agitó, y se agolpó el pueblo; y tomando a Pablo, lo arrastraron fuera del templo, y en seguida cerraron las puertas.
2 Corintios 1:9
Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiásemos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos;
Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido