Salmos 19:10

Deseables más que el oro; sí, {más} que mucho oro fino, Más dulces que la miel y que el destilar del panal.

Mejor es para mí la ley de Tu boca Que millares {de monedas} de oro y de plata. Yod.

¡Cuán dulces son a mi paladar Tus palabras!, {Sí, más} que la miel a mi boca.

Por tanto, amo Tus mandamientos Más que el oro, sí, más que el oro fino.

Mi fruto es mejor que el oro, que el oro puro, Y mi ganancia {es mejor} que la plata escogida.

Y al entrar el pueblo en el bosque, vieron que la miel destilaba, pero nadie se llevó la mano a la boca, porque el pueblo temía el juramento.

Del mandamiento de Sus labios no me he apartado, He atesorado las palabras de Su boca más que mi comida.

No se puede dar oro puro por ella, Ni peso de plata por su precio.

Como con médula y grasa está saciada mi alma; Y con labios jubilosos Te alaba mi boca.

Bienaventurado el hombre que halla sabiduría Y el hombre que adquiere entendimiento.

Reciban mi instrucción y no la plata, Y conocimiento antes que el oro escogido,

Adquirir sabiduría, cuánto mejor que el oro, Y adquirir inteligencia es preferible a la plata.

Come miel, hijo mío, porque es buena; Sí, la miel del panal es dulce a tu paladar.

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido