Salmos 34:4

Busqué a Jehová, y Él me oyó, y me libró de todos mis temores.

Salmos 18:6

En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios: Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de Él, a sus oídos.

Mateo 7:7

Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

2 Crónicas 15:2

y salió al encuentro a Asa, y le dijo: Oídme, Asa, y todo Judá y Benjamín: Jehová estará con vosotros, si vosotros estuviereis con Él: y si le buscareis, será hallado de vosotros; mas si le dejareis, Él también os dejará.

Salmos 31:22

Y decía yo en mi premura: Cortado soy de delante de tus ojos; mas tú oíste la voz de mis súplicas, cuando a ti clamé.

Salmos 56:3

En el día que temo, yo en ti confío.

Hebreos 5:7

El cual en los días de su carne, habiendo ofrecido ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído por su temor reverente.

Salmos 22:24

Porque no menospreció ni abominó la aflicción del pobre, ni de él escondió su rostro; sino que cuando clamó a Él, le oyó.

Salmos 46:2

Por tanto no temeremos aunque la tierra sea removida; Aunque se traspasen los montes al corazón del mar;

Salmos 77:1-2

«Al Músico principal: para Jedutún: Salmo de Asaf» Con mi voz clamé a Dios, a Dios clamé, y Él me escuchó.

Isaías 12:2

He aquí Dios es mi salvación; confiaré, y no temeré; porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, el cual ha sido mi salvación.

Jonás 2:2

y dijo: Clamé de mi tribulación a Jehová, y Él me oyó; Del vientre del infierno clamé, y mi voz oíste.

2 Corintios 7:5-6

Porque cuando vinimos a Macedonia, ningún reposo tuvo nuestra carne; antes en todo fuimos atribulados; de fuera, contiendas; de dentro, temores.

2 Corintios 12:8-9

Por lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí;

2 Timoteo 1:7

Porque no nos ha dado Dios un espíritu de temor, sino de poder, y de amor, y de templanza.

Salmos 116:1-6

Amo a Jehová, pues ha oído mi voz y mis súplicas.

Lucas 11:9

Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

1 Samuel 27:1

Y dijo David en su corazón: Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl; por tanto, nada me será mejor que fugarme a la tierra de los filisteos, para que Saúl se deje de mí, y no me ande buscando más por todos los términos de Israel, y así me escaparé de sus manos.

Salmos 27:1-2

«Salmo de David» Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido

Reina Valera Gómez (© 2010)