Salmos 38:5

Mis llagas huelen mal {y} supuran A causa de mi necedad.

Mientras callé {mi pecado}, mi cuerpo se consumió Con mi gemir durante todo el día.

Porque mis lomos están inflamados de fiebre, Y nada hay sano en mi carne.

Oh Dios, Tú conoces mi insensatez, Y mis transgresiones no Te son ocultas.

¿Dónde más serán castigados? ¿Continuarán en rebelión? Toda cabeza está enferma, Y todo corazón desfallecido.

¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No médico hay allí? ¿Por qué, pues, no se ha restablecido la salud de la hija de mi pueblo?

Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido