Salmos 55:7

Ciertamente huiría lejos; moraría en el desierto. (Selah.)

Jeremías 9:2

¡Oh, quién me diera en el desierto un mesón de caminantes, para que dejara mi pueblo, y de ellos me apartara! Porque todos ellos son adúlteros, congregación de rebeldes.

1 Samuel 27:1

Y dijo David en su corazón: Al fin seré muerto algún día por la mano de Saúl; nada, por tanto, me será mejor que fugarme del todo a la tierra de los filisteos, para que Saúl no se ocupe más de mí, y no me ande buscando más por todos los términos de Israel, y así me escaparé de sus manos.

2 Samuel 15:14

Entonces David dijo a todos sus siervos que estaban con él en Jerusalén: Levantaos, y huyamos, porque no podremos escapar de otra manera delante de Absalón; daos prisa a andar, no sea que apresurándose él nos alcance, y arroje el mal sobre nosotros, y hiera la ciudad a filo de espada.

2 Samuel 17:21-22

Y después que ellos partieron, aquellos salieron del pozo, y se fueron, y dieron aviso al rey David; y le dijeron: Levantaos y daos prisa a pasar las aguas, porque Ahitofel ha dado tal consejo contra vosotros.

Proverbios 6:4-5

No des sueño a tus ojos, ni a tus párpados adormecimiento.

Jeremías 37:12

Jeremías salió de Jerusalén para irse a tierra de Benjamín, para apartarse de allí en medio del pueblo.

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