Salmos 78:1
Escucha, pueblo mío, mi ley; inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca.
Isaías 51:4
Estad atentos a mí, pueblo mío, y oídme, nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi juicio descubriré para luz de pueblos.
Isaías 55:3
Inclinad vuestros oídos, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma. Y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David.
Jueces 5:3
Oíd, reyes; estad, oh príncipes, atentos; yo cantaré al SEÑOR, alabaré al SEÑOR Dios de Israel.
2 Crónicas 15:1-16
Y vino el espíritu de Dios sobre Azarías hijo de Obed;
Salmos 49:1-3
Oíd esto, pueblos todos; escuchad, habitadores todos del mundo:
Salmos 50:7
Oye, pueblo mío, y hablaré; escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy el Dios, el Dios tuyo.
Salmos 51:4
Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y puro en tu juicio.
Salmos 74:1
¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? ¿Por qué ha humeado tu furor contra las ovejas de tu prado?
Proverbios 8:4-6
Oh hombres, a vosotros clamo; y mi voz es a los hijos de los hombres.
Mateo 13:9
Quien tiene oídos para oír, oiga.
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