Salmos 8:3
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste:
Salmos 111:2
Grandes son las obras de Jehová; buscadas de todos los que se deleitan en ellas.
Éxodo 8:19
Entonces los encantadores dijeron a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho.
Éxodo 31:18
Y dio a Moisés, cuando acabó de hablar con él en el monte de Sinaí, dos tablas del testimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios.
Génesis 1:1
En el principio creó Dios el cielo y la tierra.
Génesis 1:16-18
E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas.
Deuteronomio 4:19
No sea que alzando tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas incitado, y te inclines a ellos, y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.
Job 22:12
¿No está Dios en la altura de los cielos? Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán elevadas están.
Job 25:3
¿Tienen sus ejércitos número? ¿Sobre quién no está su luz?
Job 25:5
He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, ni las estrellas son limpias delante de sus ojos.
Job 36:24
Acuérdate de engrandecer su obra, la cual contemplan los hombres.
Salmos 19:1
«Al Músico principal: Salmo de David» Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Salmos 33:6
Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.
Salmos 89:11
Tuyos los cielos, tuya también la tierra; el mundo y su plenitud, tú lo fundaste.
Salmos 104:19
Hizo la luna para los tiempos; el sol conoce su ocaso.
Salmos 136:7-9
al que hizo las grandes luminarias, porque para siempre es su misericordia;
Salmos 148:3
Alabadle, sol y luna; alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas.
Lucas 11:20
Pero si yo por el dedo de Dios echo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros.
Romanos 1:20
Porque las cosas invisibles de Él, su eterno poder y Divinidad, son claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas; así que no tienen excusa.
Tesoro del Conocimiento Bíblico no añadido