Zacarías 8:3
Así dice el SEÑOR: ``Volveré a Sion y en medio de Jerusalén moraré. Y Jerusalén se llamará Ciudad de la Verdad, y el monte del SEÑOR de los ejércitos, Monte Santo."
Zacarías 1:16
``Por tanto, así dice el SEÑOR: `Me volveré a Jerusalén con compasión; en ella será reedificada mi casa' --declara el SEÑOR de los ejércitos-- `y el cordel será tendido sobre Jerusalén.'"
Isaías 1:26
Entonces restauraré tus jueces como al principio, y tus consejeros como al comienzo; después de lo cual serás llamada ciudad de justicia, ciudad fiel.
Zacarías 2:10-11
Canta de júbilo y alégrate, oh hija de Sion; porque he aquí, vengo, y habitaré en medio de ti --declara el SEÑOR.
Isaías 1:21
¿Cómo se ha convertido en ramera la ciudad fiel, la {que} estaba llena de justicia! Moraba en ella la rectitud, mas ahora, asesinos.
Isaías 2:2-3
Y acontecerá en los postreros días, que el monte de la casa del SEÑOR será establecido como cabeza de los montes; se alzará sobre los collados, y confluirán a él todas las naciones.
Isaías 11:9
No dañarán ni destruirán en todo mi santo monte, porque la tierra estará llena del conocimiento del SEÑOR como las aguas cubren el mar.
Isaías 12:6
Clama y grita de júbilo, habitante de Sion, porque grande es en medio de ti el Santo de Israel.
Isaías 60:14
Vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, se postrarán a las plantas de tus pies todos los que te despreciaban, y te llamarán Ciudad del SEÑOR, Sion del Santo de Israel.
Isaías 65:25
El lobo y el cordero pacerán juntos, y el león, como el buey, comerá paja, y para la serpiente el polvo será su alimento. No harán mal ni dañarán en todo mi santo monte --dice el SEÑOR.
Isaías 66:20
Entonces traerán a todos vuestros hermanos de todas las naciones como ofrenda al SEÑOR, en caballos, en carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte, Jerusalén --dice el SEÑOR-- tal como los hijos de Israel traen su ofrenda de grano en vasijas limpias a la casa del SEÑOR.
Jeremías 30:10-11
``Así que tú no temas, siervo mío Jacob" --declara el SEÑOR-- ``ni te atemorices, Israel; porque he aquí, te salvaré de lugar remoto, y a tu descendencia de la tierra de su cautiverio. Y volverá Jacob, y estará tranquilo y seguro, y nadie {lo} atemorizará.
Jeremías 31:23
Así dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: Otra vez hablarán esta palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo restaure su bienestar: ``El SEÑOR te bendiga, morada de justicia, monte santo."
Jeremías 33:16
``En aquellos días estará a salvo Judá, y Jerusalén morará segura, y este {es el nombre} con el cual será llamada: el SEÑOR, justicia nuestra."
Ezequiel 48:35
{La ciudad tendrá} dieciocho mil {codos} en derredor; y el nombre de la ciudad desde {ese} día {será}: el SEÑOR está allí.
Joel 3:17
Entonces sabréis que yo soy el SEÑOR vuestro Dios, que habito en Sion, mi santo monte. Y Jerusalén será santa, y los extranjeros no pasarán más por ella.
Joel 3:21
Y yo vengaré su sangre, {que aún} no he vengado, pues el SEÑOR habita en Sion.
Zacarías 14:20-21
En aquel día estará {grabado} en los cascabeles de los caballos: SANTIDAD AL SEÑOR. Y serán las ollas en la casa del SEÑOR como los tazones delante del altar.
Juan 1:14
Y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad.
Juan 14:23
Jesús respondió, y le dijo:
2 Corintios 6:16
¿O qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios vivo, como Dios dijo: HABITARE EN ELLOS, Y ANDARE ENTRE ELLOS; Y SERE SU DIOS, Y ELLOS SERAN MI PUEBLO.
Efesios 2:21-22
en quien todo el edificio, bien ajustado, va creciendo para {ser} un templo santo en el Señor,
Colosenses 2:9
Porque toda la plenitud de la Deidad reside corporalmente en El,
Apocalipsis 21:3
Entonces oí una gran voz que decía desde el trono: He aquí, el tabernáculo de Dios está entre los hombres, y El habitará entre ellos y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará entre ellos.
Apocalipsis 21:10
Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la ciudad santa, Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios,
Apocalipsis 21:27
y jamás entrará en ella nada inmundo, ni el que practica abominación y mentira, sino sólo aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida del Cordero.
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