Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad,

Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne.

Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad,

Para libertad fue que Cristo nos hizo libres; por tanto, permaneced firmes, y no os sometáis otra vez al yugo de esclavitud.

Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; sólo que no {uséis} la libertad como pretexto para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.

Vosotros corríais bien, ¿quién os impidió obedecer a la verdad?

Porque en Cristo Jesús ni la circuncisión ni la incircuncisión significan nada, sino la fe que obra por amor.

Esta persuasión no {vino} de aquel que os llama.

Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.

Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el {del} Espíritu {es} contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que no podéis hacer lo que deseáis.

Porque toda la ley en una palabra se cumple en el {precepto:} AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO.

Un poco de levadura fermenta toda la masa.

Pero yo, hermanos, si todavía predico la circuncisión, ¿por qué soy perseguido aún? En tal caso, el escándalo de la cruz ha sido abolido.

De Cristo os habéis separado, vosotros que procuráis ser justificados por {la} ley; de la gracia habéis caído.

Yo tengo confianza respecto a vosotros en el Señor de que no optaréis por otro punto de vista; pero el que os perturba llevará su castigo, quienquiera que sea.

Pues los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.

Pero si os mordéis y os devoráis unos a otros, tened cuidado, no sea que os consumáis unos a otros.

¿Ojalá que los que os perturban también se mutilaran!

Pues nosotros, por medio del Espíritu, esperamos por la fe la esperanza de justicia.

Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a cumplir toda la ley.

No nos hagamos vanagloriosos, provocándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros.

idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, sectarismos,

Mirad, yo, Pablo, os digo que si os dejáis circuncidar, Cristo de nada os aprovechará.

envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales os advierto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.

Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.

mansedumbre, dominio propio; contra tales cosas no hay ley.