pasando por la calle cerca de su esquina; iba camino de su casa,

al atardecer, al anochecer, en medio de la noche y la oscuridad.

{está} ya en las calles, ya en las plazas, y acecha por todas las esquinas.

Y he aquí, una mujer le {sale} al encuentro, vestida como ramera y astuta de corazón.

Y lo agarra y lo besa, y descarada le dice:

Con sus palabras persuasivas lo atrae, lo seduce con sus labios lisonjeros.

Es alborotadora y rebelde, sus pies no permanecen en casa;

Hijo mío, guarda mis palabras, y atesora mis mandamientos contigo.

Tenía que ofrecer ofrendas de paz, {y} hoy he cumplido mis votos;

he rociado mi cama con mirra, áloes y canela.

Ven, embriaguémonos de amor hasta la mañana, deleitémonos con caricias.

Al instante la sigue, como va el buey al matadero, o como {uno en} grillos al castigo de un necio,

por eso he salido a encontrarte, buscando tu rostro con ansiedad, y te he hallado.

Guarda mis mandamientos y vivirás, y mi enseñanza como la niña de tus ojos.

Ahora pues, hijos {míos,} escuchadme, y prestad atención a las palabras de mi boca.

Su casa es el camino al Seol, que desciende a las cámaras de la muerte.

para que te guarden de la mujer extraña, de la desconocida que lisonjea con sus palabras.

Porque desde la ventana de mi casa miraba por la celosía,

He tendido mi lecho con colchas, con linos de Egipto en colores;

Di a la sabiduría: Tú eres mi hermana, y llama a la inteligencia {tu} mejor amiga,

hasta que una flecha le traspasa el hígado; como el ave que se precipita en la trampa, y no sabe que esto {le costará} la vida.

se ha llevado en la mano la bolsa del dinero, volverá a casa para la luna llena.

y vi entre los simples, distinguí entre los muchachos a un joven falto de juicio,

Porque mi marido no está en casa, se ha ido a un largo viaje;

No se desvíe tu corazón hacia sus caminos, no te extravíes en sus sendas.

Porque muchas son las víctimas derribadas por ella, y numerosos los que ha matado.

Atalos a tus dedos, escríbelos en la tabla de tu corazón.