En ti, oh SEÑOR, me refugio; jamás sea yo avergonzado.

No me rechaces en el tiempo de la vejez; no me desampares cuando me falten las fuerzas.

Darán voces de júbilo mis labios, cuando te cante alabanzas, y mi alma, que tú has redimido.

De ti he recibido apoyo desde {mi} nacimiento; tú eres el que me sacó del seno de mi madre; para ti es continuamente mi alabanza.

Tú que me has hecho ver muchas angustias y aflicciones, me volverás a dar vida, y me levantarás de nuevo de las profundidades de la tierra.

porque tú eres mi esperanza; oh Señor DIOS, {tú eres} mi confianza desde mi juventud.

Oh Dios, tú me has enseñado desde mi juventud, y hasta ahora he anunciado tus maravillas.

Y aun en la vejez y las canas, no me desampares, oh Dios, hasta que anuncie tu poder a {esta} generación, tu poderío a todos los que han de venir.

Sé para mí una roca de refugio, a la cual pueda ir continuamente; tú has dado mandamiento para salvarme, porque tú eres mi roca y mi fortaleza.

Mas yo esperaré continuamente, y aún te alabaré más y más.

Porque tu justicia, oh Dios, {alcanza} hasta los cielos, tú que has hecho grandes cosas; oh Dios, ¿quién como tú?

Todo el día contará mi boca de tu justicia {y} de tu salvación, porque son innumerables.

Llena está mi boca de tu alabanza {y} de tu gloria todo el día.

Y yo te daré gracias con el arpa, {cantaré} tu verdad, Dios mío; a ti cantaré alabanzas con la lira, oh Santo de Israel.

Vendré con los hechos poderosos de DIOS el Señor; haré mención de tu justicia, de la tuya sola.

Aumenta tú mi grandeza, y vuelve {a} consolarme.

Dios mío, rescátame de la mano del impío, de la mano del malhechor y del implacable,

Líbrame en tu justicia, y rescátame; inclina a mí tu oído, y sálvame.

He llegado a ser el asombro de muchos, porque tú eres mi refugio fuerte.

Sean avergonzados {y} consumidos los enemigos de mi alma; sean cubiertos de afrenta y de ignominia los que procuran mi mal.

Porque mis enemigos han hablado de mí; y los que acechan mi vida han consultado entre sí,

También mi lengua hablará de tu justicia todo el día, porque han sido avergonzados, porque han sido humillados, los que procuran mi mal.

Oh Dios, no estés lejos de mí; Dios mío, apresúrate a socorrerme.

diciendo: Dios lo ha desamparado; perseguidlo y apresadlo, pues no hay quien {lo} libre.