9 Versículos de la Biblia sobre Acreditación
Versículos Más Relevantes
Y dió Dios á Salomón sabiduría, y prudencia muy grande, y anchura de corazón como la arena que está á la orilla del mar. Que fué mayor la sabiduría de Salomón que la de todos los orientales, y que toda la sabiduría de los Egipcios. Y aun fué más sabio que todos los hombres; más que Ethán Ezrahita, y que Emán y Calchôl y Darda, hijos de Mahol: y fué nombrado entre todas las naciones de alrededor.Leer más.
Y propuso tres mil parábolas; y sus versos fueron mil y cinco. También disertó de los árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que nace en la pared. Asimismo disertó de los animales, de las aves, de los reptiles, y de los peces. Y venían de todos los pueblos á oir la sabiduría de Salomón, y de todos los reyes de la tierra, donde había llegado la fama de su sabiduría.
Además dije al rey: Si al rey place, dénseme cartas para los gobernadores de la otra parte del río, que me franqueen el paso hasta que llegue á Judá;
PALABRA que fué á Jeremías, de Jehová el año décimo de Sedechîas rey de Judá, que fué el año décimo octavo de Nabucodonosor. Y entonces el ejército del rey de Babilonia tenía cercada á Jerusalem; y el profeta Jeremías estaba preso en el patio de la cárcel que estaba en la casa del rey de Judá. Pues Sedechîas rey de Judá lo había preso, diciendo: ¿Por qué profetizas tú diciendo: Así ha dicho Jehová: He aquí yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y tomarála,Leer más.
Y Sedechîas rey de Judá no escapará de la mano de los Caldeos, sino que de cierto será entregado en mano del rey de Babilonia, y hablará con él boca á boca, y sus ojos verán sus ojos, Y hará llevar á Sedechîas á Babilonia, y allá estará hasta que yo le visite, dice Jehová: si peleareis con los Caldeos, no os sucederá bien? Y dijo Jeremías: Palabra de Jehová fué á mí, diciendo: He aquí que Hanameel, hijo de Sallum tu tío, viene á ti, diciendo: Cómprame mi heredad que está en Anathoth; porque tú tienes derecho á ella para comprarla. Y vino á mí Hanameel, hijo de mi tío, conforme á la palabra de Jehová, al patio de la cárcel, y díjome: Compra ahora mi heredad que está en Anathoth, en tierra de Benjamín, porque tuyo es el derecho de la herencia, y á ti compete la redención: cómprala pa Y compré la heredad de Hanameel, hijo de mi tío, la cual estaba en Anathoth, y peséle el dinero: diecisiete siclos de plata. Y escribí la carta, y selléla, é hice atestiguar á testigos, y pesé el dinero con balanza. Tomé luego la carta de venta, sellada según el derecho y costumbre, y el traslado abierto. Y dí la carta de venta á Baruch hijo de Nerías, hijo de Maasías, delante de Hanameel el hijo de mi tío, y delante de los testigos que habían suscrito en la carta de venta, delante de todos los Judíos que estaban en el patio de la cárcel.
Y estando el pueblo esperando, y pensando todos de Juan en sus corazones, si él fuese el Cristo, Respondió Juan, diciendo á todos: Yo, á la verdad, os bautizo en agua; mas viene quien es más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de sus zapatos: él os bautizará en Espíritu Santo y fuego; Cuyo bieldo está en su mano, y limpiará su era, y juntará el trigo en su alfolí, y la paja quemará en fuego que nunca se apagará.
Y les dijo: Sin duda me diréis este refrán: Médico, cúrate á ti mismo: de tantas cosas que hemos oído haber sido hechas en Capernaum, haz también aquí en tu tierra. Y dijo: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su tierra.
Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero. Otro es el que da testimonio de mí; y sé que el testimonio que da de mí, es verdadero. Vosotros enviasteis á Juan, y él dió testimonio á la verdad.Leer más.
Empero yo no tomo el testimonio de hombre; mas digo esto, para que vosotros seáis salvos. El era antorcha que ardía y alumbraba: y vosotros quisisteis recrearos por un poco á su luz. Mas yo tengo mayor testimonio que el de Juan: porque las obras que el Padre me dió que cumpliese, las mismas obras que yo hago, dan testimonio de mí, que el Padre me haya enviado. Y el que me envió, el Padre, él ha dado testimonio de mí. Ni nunca habéis oído su voz, ni habéis visto su parecer. Ni tenéis su palabra permanente en vosotros; porque al que él envió, á éste vosotros no creéis. Escudriñad las Escrituras, porque á vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí. Y no queréis venir á mí, para que tengáis vida.
PABLO, y Silvano, y Timoteo, á la iglesia de los Tesalonicenses que es en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y paz á vosotros de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Damos siempre gracias á Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones; Sin cesar acordándonos delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, y del trabajo de amor, y de la tolerancia de la esperanza del Señor nuestro Jesucristo:Leer más.
Sabiendo, hermanos amados de Dios, vuestra elección: Por cuanto nuestro evangelio no fué á vosotros en palabra solamente, mas también en potencia, y en Espíritu Santo, y en gran plenitud; como sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros. Y vosotros fuisteis hechos imitadores de nosotros, y del Señor, recibiendo la palabra con mucha tribulación, con gozo del Espíritu Santo: En tal manera que habéis sido ejemplo á todos los que han creído en Macedonia y en Acaya. Porque de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor no sólo en Macedonia y en Acaya, mas aun en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido; de modo que no tenemos necesidad de hablar nada. Porque ellos cuentan de nosotros cuál entrada tuvimos á vosotros; y cómo os convertisteis de los ídolos á Dios, para servir al Dios vivo y verdadero. Y esperar á su Hijo de los cielos, al cual resucitó de los muertos; á Jesús, el cual nos libró de la ira que ha de venir.
Sino según fuimos aprobados de Dios para que se nos encargase el evangelio, así hablamos; no como los que agradan á los hombres, sino á Dios, el cual prueba nuestros corazones. Porque nunca fuimos lisonjeros en la palabra, como sabéis, ni tocados de avaricia; Dios es testigo; Ni buscamos de los hombres gloria, ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo.