36 Versículos de la Biblia sobre amarse unos a otros

Este es mi mandamiento: Que os ameis los unos a los otros, como yo os he amado.

Un mandamiento nuevo os doy: Que os ameis unos a otros; como os he amado, que también os améis los unos a los otros.

Esto os mando: Que os ameis los unos a los otros.

Carísimos, amémonos unos a otros; porque la caridad es de Dios. Cualquiera que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios.

Amados, si Dios así nos ha amado, debemos también nosotros amarnos unos a otros.

Habiendo purificado vuestras almas en la obediencia de la verdad, por el Espíritu, en caridad hermanable sin fingimiento, amaos unos a otros entrañablemente de corazón puro,

El amor de la hermandad permanezca.

amando la caridad de la hermandad los unos con los otros; previniéndoos con honra los unos a los otros;

con toda humildad y mansedumbre, con tolerancia, soportando los unos a los otros en caridad;

En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

Y esta es la caridad, que andemos según su mandamiento. Y el mandamiento es: Que andéis en él, como vosotros habéis oído desde el principio.

Porque, esta es la anunciación que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros.

Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con obra y de verdad.

Y nosotros tenemos este mandamiento de él: Que el que ama a Dios, ame también a su Hermano.

Y a vosotros multiplique el Señor, y haga abundar la caridad entre vosotros, y para con todos, como es también de nosotros para con vosotros;

sujetados los unos a los otros en el temor de Dios.

No debáis a nadie nada, sino amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, cumplió la ley.

Mas acerca del amor entre los hermanos no tenéis necesidad que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os mostréis caridad los unos a los otros;

Y éste es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su Hijo Jesús, el Cristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha mandado.

El que no ama, no conoce a Dios; porque Dios es caridad.

Y sobre todo, tened entre vosotros ferviente caridad; porque la caridad cubrirá multitud de pecados.

Saludaos unos a otros con beso de caridad. Paz sea con todos vosotros los que estáis en Jesús, el Cristo. Amén.

Y ahora te ruego, señora, (no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino aquel que nosotros hemos tenido desde el principio), que nos amemos unos a otros.

En esto hemos conocido la caridad de Dios , en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los Hermanos.

Ninguno vio jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su caridad es completada en nosotros;

Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amaras a tu projimo como a ti mismo.

antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdonándoos los unos a los otros, como también Dios os perdonó en el Cristo.

Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su Hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su Hermano al cual ha visto, ¿cómo puede amar a Dios que no ha visto?

Y finalmente, sed todos de un consentimiento, de una afección, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables;

cumplid mi gozo; que sintáis lo mismo, teniendo una misma caridad, unánimes, sintiendo una misma cosa.

Resta, hermanos, que tengáis gozo, seáis perfectos, tengáis consolación, sintáis una misma cosa, tengáis paz; y el Dios de paz y de caridad sea con vosotros.

Por tanto, sobrellevaos los unos a los otros, como también el Cristo nos sobrellevó, para gloria de Dios.

Unánimes entre vosotros; no altivos, mas acomodándoos a los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.

Y el segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.

Nosotros sabemos que somos pasados de muerte a vida, en que amamos a los Hermanos. El que no ama a su Hermano, permanece en muerte.

Nosotros lo amamos a él, porque él primero nos amó.