14 Versículo de la Biblia sobre Apologetics

Versículos Más Relevantes

Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.

Y Esteban, lleno de fe y de poder, hacía grandes prodigios y milagros entre el pueblo. Entonces se levantaron unos de la sinagoga que se llama de los libertinos, y cireneos, y alejandrinos, y de los de Cilicia, y de Asia, disputando con Esteban. Pero no podían resistir a la sabiduría y al Espíritu con que hablaba.

Porque con gran vehemencia convencía públicamente a los judíos, demostrando por las Escrituras que Jesús era el Cristo.

Entonces Pablo, puesto en pie en medio del Areópago, dijo: Varones atenienses, en todo veo que sois muy supersticiosos; porque pasando y mirando vuestros santuarios, hallé también un altar en el cual estaba esta inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Aquél, pues, que vosotros adoráis sin conocerle, a Éste yo os anuncio. El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay; Éste, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos de manos;Leer más.
ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase algo; pues Él a todos da vida y aliento, y todas las cosas. Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los términos de su habitación; para que busquen al Señor, si en alguna manera, palpando, le hallen; si bien no está lejos de cada uno de nosotros. Porque en Él vivimos, y nos movemos, y somos; como también algunos de vuestros poetas han dicho: Porque también nosotros somos linaje suyo. Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte e imaginación de hombres. Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora demanda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan; por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien Él designó; dando fe a todos con haberle resucitado de los muertos.

Y entrando en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, disputando y persuadiendo acerca del reino de Dios. Pero cuando algunos se endurecieron y no creyeron, sino que maldijeron el Camino delante de la multitud, él se apartó de ellos y apartó a los discípulos, disputando cada día en la escuela de un tal Tyrano. Y esto fue hecho por espacio de dos años; de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús.

Y aconteció que tres días después, Pablo convocó a los principales de los judíos; a los cuales, luego que estuvieron reunidos, les dijo: Yo, varones hermanos, no habiendo hecho nada contra el pueblo, ni contra las costumbres de nuestros padres, he sido entregado preso desde Jerusalén en manos de los romanos; los cuales, habiéndome interrogado, me querían soltar; por no haber en mí ninguna causa de muerte. Pero oponiéndose los judíos, me vi obligado a apelar a César; no que tenga de qué acusar a mi nación.Leer más.
Así que por esta causa os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel estoy rodeado de esta cadena. Entonces ellos le dijeron: Nosotros ni hemos recibido de Judea cartas acerca de ti, ni ha venido alguno de los hermanos que haya denunciado o hablado algún mal de ti. Pero queremos oír de ti lo que piensas; porque de esta secta nos es notorio que en todas partes se habla contra ella. Y habiéndole señalado un día, vinieron a él muchos a la posada, a los cuales declaraba y testificaba el reino de Dios desde la mañana hasta la tarde, persuadiéndoles acerca de Jesús, tanto por la ley de Moisés como por los profetas. Y algunos asentían a lo que se decía, pero algunos no creían. Y como no estuvieron de acuerdo entre sí, partiendo ellos, les dijo Pablo esta palabra: Bien habló el Espíritu Santo por el profeta Isaías a nuestros padres, diciendo: Ve a este pueblo, y diles: De oído oiréis, y no entenderéis; Y viendo veréis, y no percibiréis: Porque el corazón de este pueblo se ha engrosado, y de los oídos oyen pesadamente, y han cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y entiendan de corazón, y se conviertan, y yo los sane. Os sea, pues, notorio, que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios; y ellos oirán. Y habiendo dicho esto, los judíos salieron, teniendo gran discusión entre sí. Y Pablo, se quedó dos años enteros en su casa de alquiler, y recibía a todos los que a él venían, predicando el reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo, con toda confianza y sin impedimento.

Y cuando Saulo vino a Jerusalén, intentó juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que él era discípulo. Entonces Bernabé, tomándole, le trajo a los apóstoles, y les contó cómo había visto al Señor en el camino, y que Él le había hablado, y cómo en Damasco había predicado con denuedo en el nombre de Jesús. Y estaba con ellos, entrando y saliendo en Jerusalén;Leer más.
y hablaba con denuedo en el nombre del Señor Jesús; y disputaba con los griegos; pero éstos procuraban matarle. Y cuando lo supieron los hermanos, le trajeron hasta Cesarea, y le enviaron a Tarso.

Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó su voz, y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. Porque éstos no están borrachos, como vosotros pensáis, siendo apenas la hora tercera del día. Mas esto es lo que fue dicho por el profeta Joel:Leer más.
Y será que en los postreros días, dice Dios: Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne; Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Y vuestros jóvenes verán visiones; Y vuestros ancianos soñarán sueños: Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas derramaré de mi Espíritu en aquellos días, y profetizarán. Y mostraré prodigios arriba en el cielo; y señales abajo en la tierra; sangre y fuego, y vapor de humo: El sol se tornará en tinieblas; y la luna en sangre; antes que venga el día del Señor; grande y memorable; Y sucederá que todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús Nazareno, varón aprobado de Dios entre vosotros con milagros y prodigios, y señales que Dios hizo en medio de vosotros por medio de Él, como también vosotros sabéis. A Éste, entregado por determinado consejo y presciencia de Dios, prendisteis y matasteis por manos de los inicuos, crucificándole; a quien Dios resucitó, habiendo soltado los dolores de la muerte, por cuanto era imposible ser retenido por ella. Porque David dice de Él: Veía al Señor siempre delante de mí: Porque está a mi diestra, no seré conmovido. Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua; Y aun mi carne descansará en esperanza; Porque no dejarás mi alma en el infierno, ni permitirás que tu Santo vea corrupción. Me hiciste conocer los caminos de la vida; Me llenarás de gozo con tu presencia. Varones hermanos, permitidme hablaros libremente del patriarca David, que murió, y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que del fruto de sus lomos, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo que se sentaría sobre su trono; viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el infierno, ni su carne vio corrupción. A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que ahora vosotros veis y oís. Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús que vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. Y al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Entonces Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que con gozo recibieron su palabra, fueron bautizados; y aquel día fueron añadidas a ellos como tres mil almas.

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