21 Versículos de la Biblia sobre Cansancio

Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; mas Él dormía.

Pero ahora me ha fatigado: Has tú asolado toda mi compañía.

miel, manteca, ovejas, y quesos de vaca, para que comiera David y el pueblo que estaba con él; pues dijeron: El pueblo está hambriento, cansado y sediento en el desierto.

Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; han desfallecido mis ojos esperando a mi Dios.

Ten misericordia de mí, oh Jehová, que estoy en angustia; de pesar se han consumido mis ojos, mi alma, y mis entrañas. Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar; se ha debilitado mi fuerza a causa de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido.

Y cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo de tristeza;

No te afanes por ser rico; sé prudente y desiste.

Que te salió al camino, y te desbarató la retaguardia de todos los débiles que iban detrás de ti, cuando tú estabas cansado y fatigado; y no temió a Dios.

Y vino Gedeón al Jordán para pasar, él y los trescientos hombres que traía consigo, cansados, pero todavía persiguiendo.

Y el rey y todo el pueblo que con él estaba, llegaron fatigados, y descansaron allí.

y estaba allí el pozo de Jacob. Entonces Jesús, cansado del camino, se sentó así junto al pozo; y era como la hora sexta.

Mi celo me ha consumido; porque mis enemigos se olvidaron de tus palabras.

Y Jael, esposa de Heber, tomó una estaca de la tienda, y poniendo un mazo en su mano, vino a él calladamente, y le metió la estaca por las sienes, y lo enclavó en la tierra, pues él estaba cargado de sueño y cansado; y así murió.

E hirieron aquel día a los filisteos desde Micmas hasta Ajalón; y el pueblo estaba muy cansado.

Y como los filisteos volvieron a hacer guerra contra Israel, descendió David y sus siervos con él, y pelearon con los filisteos, y David se cansó.

Fatigado estoy de mi gemir; toda la noche hago nadar mi cama con mis lágrimas, riego mi lecho con mi llanto.

Mientras callé, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; mi verdor se volvió en sequedades de estío. (Selah)

Se deshace mi alma de ansiedad; fortaléceme según tu palabra.

Tú dijiste: ¡Ay de mí ahora! Porque Jehová ha añadido tristeza a mi dolor; fatigado estoy de mi gemir, y no hallo descanso.