12 Versículos de la Biblia sobre Cómo discípulos están llamados
Versículos Más Relevantes
Y les dijo: Venid en pos de mí, y yo os haré pescadores de hombres.
Y caminando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés su hermano, que echaban la red en el mar, porque eran pescadores. Y Jesús les dijo: Venid en pos de mí, y haré que seáis pescadores de hombres. Y dejando al instante sus redes, le siguieron.Leer más.
Y pasando de allí un poco más adelante, vio a Jacobo, hijo de Zebedeo, y a Juan su hermano, que estaban también en la barca remendando sus redes. Y al instante los llamó; y dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, fueron en pos de Él.
Y viendo Jesús a una gran multitud alrededor de sí, mandó que pasasen al otro lado. Y cierto escriba vino y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas. Y Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene donde recostar su cabeza.Leer más.
Y otro de sus discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre. Pero Jesús le dijo: Sígueme; y deja que los muertos entierren a sus muertos.
Y aconteció que yendo ellos, uno le dijo en el camino: Señor, te seguiré a dondequiera que vayas. Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo tienen nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene donde recostar su cabeza. Y dijo a otro: Sígueme. Y él dijo: Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre.Leer más.
Y Jesús le dijo: Deja que los muertos entierren a sus muertos; y tú, ve, y predica el reino de Dios.
Y pasando Jesús de allí, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos públicos; y le dijo: Sígueme. Y él se levantó y le siguió.
Y pasando, vio a Leví hijo de Alfeo, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme. Y levantándose, le siguió.
Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, le dijo: Sígueme.
Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz cada día, y sígame.
Y grandes multitudes iban con Él; y volviéndose, les dijo: Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y esposa, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo. Y cualquiera que no trae su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.
Y otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida.
Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.
Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Tú sígueme.