22 Versículos de la Biblia sobre Despertares religiosos

Versículos Más Relevantes

1 Reyes 18:39

Y viéndolo, todo el pueblo, cayeron sobre sus rostros, y dijeron: ¡El SEÑOR es el Dios! ¡El SEÑOR es el Dios!

2 Crónicas 30:11

Con todo eso, algunos varones de Aser, de Manasés, y de Zabulón, se humillaron, y vinieron a Jerusalén.

Esdras 10:1

Y orando Esdras y confesando, llorando y postrándose delante de la casa de Dios, se juntó a él una muy grande multitud de Israel, hombres y mujeres y niños; y lloraba el pueblo con gran llanto.

Lucas 3:10

Y ellos le preguntaban, diciendo: ¿Pues qué haremos?

Juan 4:39

Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio, diciendo : Que me dijo todo lo que he hecho.

Hechos 9:35

Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor.

Hechos 13:48

Y los gentiles oyendo esto, se fueron gozosos, y glorificaban la palabra del Señor; y creyeron todos los que estaban ordenados para vida eterna.

Hechos 19:18

Y muchos de los que habían creído, venían, confesando y dando cuenta de sus hechos.

1 Samuel 7:5

Y Samuel dijo: Juntad a todo Israel en Mizpa, y yo oraré por vosotros al SEÑOR.

1 Samuel 7:6

Y juntándose en Mizpa, sacaron agua, y la derramaron delante del SEÑOR, y ayunaron aquel día, y dijeron allí: Contra el SEÑOR hemos pecado. Y juzgó Samuel a los hijos de Israel en Mizpa.

1 Reyes 18:21-40

Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo cojearéis vosotros entre dos pensamientos? Si el SEÑOR es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra. Y Elías tornó a decir al pueblo: Sólo yo he quedado profeta del SEÑOR; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta varones. Dénsenos, pues, dos bueyes, y escójanse ellos uno, y córtenlo en pedazos, y pónganlo sobre leña, mas no pongan fuego debajo; y yo aparejaré el otro buey, y lo pondré sobre leña, y ningún fuego pondré debajo.Leer más.
Invocad luego vosotros en el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré en el nombre del SEÑOR; y será que el Dios que respondiere por fuego, sea el Dios. Y todo el pueblo respondió, diciendo: Bien dicho. Entonces Elías dijo a los profetas de Baal: Escogeos un buey, y haced primero, pues que vosotros sois los más; e invocad en el nombre de vuestros dioses, mas no pongáis fuego debajo. Y ellos tomaron el buey que les fue dado, y lo aparejaron, e invocaron en el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: ¡Baal, respóndenos! Mas no había voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho. Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, que dios es; por ventura está conversando, o tiene algún empeño, o va de camino; o duerme, y despertará. Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta cubrirse de sangre. Y cuando pasó el mediodía, y ellos aun profetizaron hasta el tiempo del ofrecimiento del sacrificio de la tarde , y no había voz, ni quien respondiese ni escuchase; entonces Elías dijo a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se llegó a él; y él reparó el altar del SEÑOR que estaba arruinado. Y tomando Elías doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido dada palabra del SEÑOR, diciendo: Israel será tu nombre; edificó con las piedras un altar en el nombre del SEÑOR; después hizo una zanja alrededor del altar, en que cupieran dos medidas de simiente. Compuso luego la leña, y cortó el buey en pedazos, y lo puso sobre la leña. Y dijo: Llenad cuatro cántaros de agua, y derramadla sobre el holocausto, y sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra vez; y otra vez lo hicieron. Y dijo: Hacedlo la tercera vez; y lo hicieron la tercera vez. De tal manera que las aguas corrían alrededor del altar; y también había llenado de agua la zanja. Y cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto de la tarde, se acercó el profeta Elías, y dijo: SEÑOR Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, SEÑOR, respóndeme; para que conozca este pueblo que tú, oh SEÑOR, eres el Dios, y que tú convertirás de nuevo el corazón de ellos a ti . Entonces cayó fuego del SEÑOR, el cual consumió el holocausto, y la leña, y las piedras, y el polvo, y aun lamió las aguas que estaban en la zanja. Y viéndolo, todo el pueblo, cayeron sobre sus rostros, y dijeron: ¡El SEÑOR es el Dios! ¡El SEÑOR es el Dios! Y les dijo Elías: Prended a los profetas de Baal, que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los mató.

2 Crónicas 30:1-27

Envió también Ezequías por todo Israel y Judá, y escribió letras a Efraín y Manasés, que viniesen a Jerusalén a la Casa del SEÑOR, para celebrar la pascua al SEÑOR Dios de Israel. Y el rey tomó consejo con sus príncipes, y con toda la congregación en Jerusalén, para hacer la pascua en el mes segundo: Porque entonces no la podían hacer, por cuanto no había plenitud de sacerdotes santificados, ni el pueblo estaba junto en Jerusalén.Leer más.
Esto agradó al rey y a toda la multitud. Y determinaron de hacer pasar pregón por todo Israel, desde Beerseba hasta Dan, para que viniesen a hacer la pascua al SEÑOR Dios de Israel en Jerusalén; porque en mucho tiempo no la habían hecho como está escrito. Fueron, pues , correos con letras de la mano del rey y de sus príncipes por todo Israel y Judá, como el rey lo había mandado, y decían: Hijos de Israel, volveos al SEÑOR el Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, y él se volverá a las reliquias que os han quedado de la mano de los reyes de Asiria. No seáis como vuestros padres y como vuestros hermanos, que se rebelaron contra el SEÑOR Dios de sus padres, y él los entregó a desolación, como vosotros veis. Por tanto no endurezcáis vuestra cerviz como vuestros padres; dad la mano al SEÑOR, y venid a su santuario, el cual él ha santificado para siempre; y servid al SEÑOR vuestro Dios, y la ira de su furor se apartará de vosotros. Porque si os volviereis al SEÑOR, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia delante de los que los tienen cautivos, y volverán a esta tierra; porque el SEÑOR vuestro Dios es clemente y misericordioso, y no volverá de vosotros su rostro, si vosotros os volviereis a él. Y así pasaban los correos de ciudad en ciudad por la tierra de Efraín y Manasés, hasta Zabulón; mas ellos se reían y burlaban de ellos. Con todo eso, algunos varones de Aser, de Manasés, y de Zabulón, se humillaron, y vinieron a Jerusalén. En Judá también fue la mano de Dios para darles un corazón para cumplir el mandado del rey y de los príncipes, conforme a la palabra del SEÑOR. Y se juntó en Jerusalén un pueblo grande para hacer la solemnidad de los panes sin levadura, en el mes segundo; una gran congregación. Y levantándose, quitaron los altares que había en Jerusalén; quitaron también todos los altares de incienso, y los echaron en el arroyo de Cedrón. Entonces sacrificaron la pascua, a los catorce del mes segundo; y los sacerdotes y los levitas se santificaron con vergüenza, y trajeron los holocaustos a la Casa del SEÑOR. Y se pusieron en su orden conforme a su costumbre, conforme a la ley de Moisés varón de Dios; los sacerdotes esparcían la sangre que recibían de manos de los levitas. Porque aún había muchos en la congregación que no estaban santificados, y por eso los levitas sacrificaban la pascua por todos los que no se habían limpiado para santificarse al SEÑOR. Porque una gran multitud del pueblo de Efraín y Manasés, y de Isacar y Zabulón, no se habían purificado, y comieron la pascua no conforme a lo que está escrito. Mas Ezequías oró por ellos, diciendo: el SEÑOR, que es bueno, sea propicio a todo aquel que ha apercibido su corazón para buscar a Dios, al SEÑOR Dios de sus padres, aunque no esté purificado según la purificación del santuario. Y oyó el SEÑOR a Ezequías, y sanó al pueblo. Así hicieron los hijos de Israel, que fueron presentes en Jerusalén, la solemnidad de los panes sin levadura por siete días con grande gozo; y alababan al SEÑOR todos los días los levitas y los sacerdotes, con instrumentos de fortaleza al SEÑOR. Y Ezequías habló al corazón de todos los levitas que tenían buena inteligencia para servir al SEÑOR. Y comieron los sacrificios de la fiesta por siete días, ofreciendo sacrificios pacíficos, y dando gracias al SEÑOR Dios de sus padres. Y toda la multitud determinó que celebrasen otros siete días; y celebraron otros siete días con alegría. Porque Ezequías rey de Judá había dado a la multitud mil toros y siete mil ovejas; y también los príncipes dieron al pueblo mil toros y diez mil ovejas; y muchos sacerdotes se santificaron. Y toda la congregación de Judá se alegró, y los sacerdotes y levitas, y asimismo toda la multitud que había venido de Israel; y también los extranjeros que habían venido de la tierra de Israel, y los que habitaban en Judá. Y se hicieron grandes alegrías en Jerusalén; porque desde los días de Salomón hijo de David rey de Israel, no hubo tal cosa en Jerusalén. Y levantándose los sacerdotes levitas, bendijeron al pueblo; y la voz de ellos fue oída, y su oración llegó a la habitación de su santuario, al cielo.

Esdras 10:1-44

Y orando Esdras y confesando, llorando y postrándose delante de la casa de Dios, se juntó a él una muy grande multitud de Israel, hombres y mujeres y niños; y lloraba el pueblo con gran llanto. Entonces respondió Secanías hijo de Jehiel, de los hijos Elam, y dijo a Esdras: Nos hemos rebelado contra nuestro Dios, pues tomamos mujeres extranjeras de los pueblos de la tierra; mas hay aún esperanza para Israel sobre esto. Por tanto ahora hagamos alianza con nuestro Dios, que echaremos todas las mujeres y los nacidos de ellas, según el consejo del Señor, y de los que temen el mandamiento de nuestro Dios; y hágase conforme a la ley.Leer más.
Levántate, porque a ti toca el negocio, y nosotros estaremos contigo; esfuérzate, y ponlo por obra. Entonces se levantó Esdras, y juramentó a los príncipes de los sacerdotes y de los levitas, y a todo Israel, que harían conforme a esto; y ellos juraron. Se levantó luego Esdras de delante de la Casa de Dios, y se fue a la cámara de Johanán hijo de Eliasib; e ido allá, no comió pan ni bebió agua, porque se entristeció sobre la prevaricación de los de la transmigración. E hicieron pasar pregón por Judá y por Jerusalén a todos los hijos de la transmigración, que se juntasen en Jerusalén; y que el que no viniera dentro de tres días, conforme al acuerdo de los príncipes y de los ancianos, perdiese toda su hacienda, y él fuese apartado de la compañía de los de la transmigración. Así fueron reunidos todos los varones de Judá y de Benjamín en Jerusalén dentro de tres días, a los veinte del mes, el cual era el mes noveno; y se sentó todo el pueblo en la plaza de la Casa de Dios, temblando con motivo de aquel negocio, y a causa de las lluvias. Y se levantó Esdras el sacerdote, y les dijo: Vosotros habéis prevaricado, por cuanto tomásteis mujeres extrañas, añadiendo así sobre el pecado de Israel. Ahora pues, dad confesión al SEÑOR Dios de vuestros padres, y haced su voluntad, y apartaos de los pueblos de las tierras, y de las mujeres extranjeras. Y respondió toda la congregación, y dijeron en alta voz: Así se haga conforme a tu palabra. Mas el pueblo es mucho, y el tiempo lluvioso, y no hay fuerza para estar en la calle; ni la obra es de un día ni de dos, porque somos muchos los que hemos prevaricado en este negocio. Estén ahora nuestro príncipes, los de toda la congregación; y todos aquellos que en nuestras ciudades hubieren tomado mujeres extranjeras, vengan a tiempos aplazados, y con ellos los ancianos de cada ciudad, y los jueces de ellas, hasta que apartemos de nosotros el furor de la ira de nuestro Dios sobre esto. Fueron pues puestos sobre este negocio Jonatán hijo de Asael, y Jahazías hijo de Ticva; y Mesulam y Sabetai, levitas, les ayudaron. E hicieron así los hijos de la transmigración. Y fueron apartados Esdras y los varones cabezas de los padres en la casa de sus padres, y todos ellos por sus nombres; y se sentaron el primer día del mes décimo para inquirir sobre el negocio. Y concluyeron, con todos aquellos que habían tomado mujeres extranjeras, al primer día del mes primero. Y de los hijos de los sacerdotes que habían tomado mujeres extranjeras, fueron hallados éstos: De los hijos de Jesúa hijo de Josadac, y de sus hermanos: Maasías, y Eliezer, y Jarib, y Gedalías; y dieron su mano en promesa de echar sus mujeres, y ofrecieron como culpados un carnero de los rebaños por su delito. Y de los hijos de Imer: Hanani y Zebadías. Y de los hijos de Harim: Maasías, y Elías, y Semaías, y Jehiel, y Uzías. Y de los hijos de Pasur: Elioenai, Maasías, Ismael, Natanael, Jozabad, y Elasa. Y de los hijos de los levitas: Jozabad, y Simei, Kelaía (éste es Kelita), Petaías, Judá y Eliezer. Y de los cantores, Eliasib; y de los porteros: Salum, y Telem, y Uri. Asimismo de Israel, de los hijos de Paros: Ramía y Jezías, y Malquías, y Mijamín, y Eleazar, y Malquías, y Benaía. Y de los hijos de Elam: Matanías, Zacarías, y Jehiel, y Abdi, y Jeremot, y Elías. Y de los hijos de Zatu: Elioenai, Eliasib, Matanías, y Jeremot, y Zabad, y Aziza. Y de los hijos de Bebai: Johanán, Hananías, Zabai, Atlai. Y de los hijos de Bani: Mesulam, Maluc, y Adaía, Jasub, y Seal, y Ramot. Y de los hijos de Pahat-moab: Adna, y Quelal, Benaía, Maasías, Matanías, Bezaleel, Binúi y Manasés. Y de los hijos de Harim: Eliezer, Isías, Malquías, Semaías, Simeón, Benjamín, Maluc, y Semarías. De los hijos de Hasum: Matenai, Matata, Zabad, Elifelet, Jeremai, Manasés, y Simei. De los hijos de Bani: Madai, Amram y Uel, Benaía, Bedías, Quelúhi, Vanías, Meremot, Eliasib, Matanías, Matenai, y Jaasai, y Bani, y Binúi, Simei, y Selemías y Natán y Adaía, Macnadebai, Sasai, Sarai, Azareel, y Selemías, Semarías, Salum, Amarías, y José. Y de los hijos de Nebo: Jeiel, Matatías, Zabad, Zebina, Jadau, Joel y Benaía. Todos éstos habían tomado mujeres extranjeras; y había mujeres de ellos que habían dado a luz hijos.

Lucas 3:2-14

siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino Palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y él vino por toda la tierra alrededor del Jordán predicando el bautismo del arrepentimiento para la remisión de pecados; como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías que dice: Voz del que clama en el desierto: Aparejad el camino del Señor, Haced derechas sus sendas.Leer más.
Todo valle se rellenará, y se bajará todo monte y collado; y los caminos torcidos serán enderezados, y los caminos ásperos allanados; y verá toda carne la Salud de Dios. Y decía a los de la multitud que salía para ser bautizados de él: ¡Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira que vendrá? Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir en vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que puede Dios, aun de estas piedras, levantar hijos a Abraham. Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; todo árbol pues que no hace buen fruto, es cortado, y echado en el fuego. Y ellos le preguntaban, diciendo: ¿Pues qué haremos? Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo. Y vinieron también publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos? Y él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado. Y le preguntaron también los soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No oprimáis, ni acusáis falsamente a nadie; y sed contentos con vuestros salarios.

Juan 4:28-42

Entonces la mujer dejó su cántaro, y fue a la ciudad, y dijo a aquellos hombres: Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho; ¿si quizás es éste el Cristo? Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a él.Leer más.
Entre tanto los discípulos le rogaban, diciendo: Rabí, come. Y él les dijo: Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. Entonces los discípulos decían el uno al otro: ¿Si le habrá traído alguien de comer? Les dice Jesús: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra. ¿No decís vosotros que aún hay cuatro meses y la siega viene? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos, y mirad el campo, porque ya están blancas para la siega. Y el que siega, recibe salario, y allega fruto para vida eterna; para que el que siembra también goce, y el que siega. Porque en esto es el dicho verdadero: Que uno es el que siembra, y otro es el que siega. Yo os he enviado a segar lo que vosotros no labrasteis; otros labraron, y vosotros habéis entrado en sus labores. Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio, diciendo : Que me dijo todo lo que he hecho. Viniendo pues los samaritanos a él, le rogaron que se quedase allí; y permaneció allí dos días. Y creyeron muchos más por la palabra de él. Y decían a la mujer: Ya no creemos por tu dicho; porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.

Hechos 2:1-47

Cuando se cumplió plenamente el día de pentecostés, estaban todos unánimes juntos en el mismo sitio; y de repente vino un estruendo del cielo como de un viento vehemente que venía con ímpetu , el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, que se asentó sobre cada uno de ellos.Leer más.
Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, como el Espíritu Santo les daba que hablasen. (Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones religiosos, de todas las naciones que están debajo del cielo.) Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar su propia lengua. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: He aquí ¿no son galileos todos éstos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en su lengua en que somos criados? partos y medos, y elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea y en Capadocia, en el Ponto y en Asia, En Frigia y Panfilia, en Egipto y en las partes de Africa que está de la otra parte de Cirene, y romanos extranjeros, tanto judíos como convertidos, cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios. Y estaban todos atónitos y perplejos, diciendo los unos a los otros: ¿Qué es esto? Mas otros burlándose, decían: Que están llenos de mosto. Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó su voz, y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. Porque éstos no están borrachos, como vosotros pensáis, siendo la hora tercia del día; mas esto es lo que fue dicho por el profeta Joel: Y será en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; y vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros viejos soñarán sueños. Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días, derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. Y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo; El sol se volverá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto; y acontecerá que todo aquel que invocare el Nombre del Señor, será salvo. Varones Israelitas, oíd estas palabras: El Jesús Nazareno, varón aprobado de Dios entre vosotros en maravillas y prodigios y señales, que Dios hizo por él en medio de vosotros, como también vosotros sabéis; éste, entregado por determinado consejo y providencia de Dios, tomándolo vosotros lo matasteis con manos inicuas, colgándole en un madero; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible ser detenido de ella. Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí; porque lo tengo a la diestra, no seré removido. Por lo cual mi corazón se alegró, y mi lengua se gozó; y aun mi carne descansará en esperanza; que no dejarás mi alma en el infierno, ni darás a tu Santo que vea corrupción. Me hiciste notorios los caminos de la vida; me llenarás de gozo con tu presencia. Varones hermanos, se os puede libremente decir del patriarca David, que murió, y fue sepultado, y su sepulcro está con nosotros hasta el día de hoy. Así que siendo profeta, y sabiendo que con juramento le había Dios jurado que del fruto de su lomo, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo que se sentaría sobre su trono; viéndolo antes, habló de la resurrección del Cristo, que su alma no fue dejada en el infierno, ni su carne vio corrupción. A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que, levantado por la diestra de Dios, y recibiendo del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros ahora veis y oís. Porque David no subió a los cielos; pero él dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Sepa pues ciertísimamente toda la Casa de Israel, que a este Jesús que vosotros colgasteis en un madero, Dios ha hecho Señor y Cristo. Entonces oído esto, fueron compungidos de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Cristo, para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque a vosotros es la promesa, y a vuestros hijos, y a todos los que están lejos; a cualesquiera que el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y los exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra, fueron bautizados; y fueron añadidas a ellos aquel día como tres mil personas. Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, y en la comunión, y en el partimiento del pan, y en las oraciones. Y toda persona tenía temor; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Y todos los que creían estaban juntos; y tenían todas las cosas comunes; Y vendían las posesiones, y las haciendas, y las repartían a todos, según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el Templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y con sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo gracia con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la Iglesia los que habían de ser salvos.

Hechos 8:5-8

Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba el Cristo. Y el pueblo escuchaba atentamente unánimes las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque muchos espíritus inmundos, salían de los que los tenían, dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados;Leer más.
así que había gran gozo en aquella ciudad.

Hechos 19:18-20

Y muchos de los que habían creído, venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo muchos de los que habían practicado vanas artes, trajeron los libros, y los quemaron delante de todos; y echada la cuenta del precio de ellos, hallaron ser cincuenta mil denarios. Así crecía poderosamente la palabra del Señor, y prevalecía.

Never miss a post

Sagradas Escrituras (1569)