46 Versículo de la Biblia sobre el respeto por el cuerpo de uno
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¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
Pues por precio habéis sido comprados; por tanto, glorificad a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
Pero quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo, y la cabeza de la mujer es el hombre, y la cabeza de Cristo es Dios.
¿O no sabéis que el que se une a una ramera es un cuerpo {con ella?} Porque El dice: LOS DOS VENDRAN A SER UNA SOLA CARNE.
que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y honor,
``No haréis sajaduras en vuestro cuerpo por un muerto, ni os haréis tatuajes; yo soy el SEÑOR.
y las {partes} del cuerpo que estimamos menos honrosas, a éstas las vestimos con más honra; {de manera que} las {partes que consideramos} más íntimas, reciben un trato más honroso,
teniendo buena conciencia, para que en aquello en que sois calumniados, sean avergonzados los que difaman vuestra buena conducta en Cristo.
a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.
Por tanto, que nadie se constituya en vuestro juez con respecto a comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o día de reposo;
Honrad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios, honrad al rey.
¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
Y si Cristo está en vosotros, aunque el cuerpo esté muerto a causa del pecado, sin embargo, el espíritu está vivo a causa de la justicia.
{Sed} afectuosos unos con otros con amor fraternal; con honra, daos preferencia unos a otros;
En todo caso, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo, y que la mujer respete a su marido.
Por tanto, amados, teniendo estas promesas, limpiémonos de toda inmundicia de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
una nación de rostro fiero que no tendrá respeto al anciano ni tendrá compasión del niño.
Tales cosas tienen a la verdad, la apariencia de sabiduría en una religión humana, en la humillación de sí mismo y en el trato severo del cuerpo, {pero} carecen de valor alguno contra los apetitos de la carne.
Así que, hermanos, somos deudores, no a la carne, para vivir conforme a la carne,
Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra:
Así también deben amar los maridos a sus mujeres, como a sus propios cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama.
pues en verdad el hombre no fue creado a causa de la mujer, sino la mujer a causa del hombre.
Pero si mostráis favoritismo, cometéis pecado {y} sois hallados culpables por la ley como transgresores.
No seas sabio a tus propios ojos, teme al SEÑOR y apártate del mal.
Porque Dios no nos ha llamado a impureza, sino a santificación.
porque el ejercicio físico aprovecha poco, pero la piedad es provechosa para todo, pues tiene promesa para la vida presente y {también} para la futura.
Pues el hombre no debe cubrirse la cabeza, ya que él es la imagen y gloria de Dios; pero la mujer es la gloria del hombre.
Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella,
sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos {los aspectos} en aquel que es la cabeza, {es decir,} Cristo,
Siervos, obedeced a vuestros amos en la tierra, con temor y temblor, con la sinceridad de vuestro corazón, como a Cristo;
Porque el que procede con injusticia sufrirá las consecuencias del mal que ha cometido, y eso, sin acepción de personas.
sabiendo que cualquier cosa buena que cada uno haga, esto recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.
Y el SEÑOR te hará abundar en bienes, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado y en el producto de tu suelo, en la tierra que el SEÑOR juró a tus padres que te daría.
De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor.
para que andéis como es digno del Señor, agradándo{le} en todo, dando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios;
El segundo es éste: ``AMARAS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO." No hay otro mandamiento mayor que éstos.
Pero ninguno que tenga un remanente del Espíritu lo ha hecho {así}. ¿Y qué hizo éste mientras buscaba una descendencia de parte de Dios? Prestad atención, pues, a vuestro espíritu; no seas desleal con la mujer de tu juventud.
Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
Honra al SEÑOR con tus bienes y con las primicias de todos tus frutos;
Por eso le temen los hombres; El no estima a ninguno {que se cree} sabio de corazón.
Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
También Abel, por su parte, trajo de los primogénitos de sus ovejas y de la grosura de los mismos. Y el SEÑOR miró con agrado a Abel y a su ofrenda,
``Me volveré hacia vosotros y os haré fecundos y os multiplicaré y confirmaré mi pacto con vosotros.
Por eso, todo cuanto queráis que os hagan los hombres, así también haced vosotros con ellos, porque esta es la ley y los profetas.
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