9 Versículo de la Biblia sobre La autoridad de Cristo sobre la naturaleza
Versículos Más Relevantes
Y entrando él en un barco, sus discípulos le siguieron. Y he aquí, fue hecho en el mar un gran movimiento, que el barco se cubría de las ondas; mas él dormía. Y acercándose sus discípulos, le despertaron, diciendo: Señor, sálvanos, que perecemos.Leer más.
Y él les dice: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, despierto, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?
Y enviando la multitud, le tomaron como estaba en el barco; y había también con él otros barquitos. Y se levantó una grande tempestad de viento, y echaba las olas en el barco, de tal manera que ya se llenaba. El estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal, y le despertaron, y le dijeron: ¿Maestro, no tienes cuidado que perecemos?Leer más.
Y levantándose, increpó al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y fue hecha grande bonanza. Y a ellos dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Y temieron con gran temor, y decían el uno al otro. ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?
Y aconteció un día que él entró en un barco con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y partieron. Pero mientras ellos navegaban, él se durmió. Y sobrevino una tempestad de viento en el lago; y se anegaban de agua, y peligraban. Y acercándose a él, le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Y despertado él, increpó al viento y a la furia del agua; y cesaron, y fue hecha grande bonanza.Leer más.
Y les dijo: ¿Qué es de vuestra fe? Y atemorizados, se maravillaban, diciendo los unos a los otros: ¿Quién es éste, que aun a los vientos y al agua manda, y le obedecen?
Luego Jesús hizo a sus discípulos entrar en un barco, e ir delante de él al otro lado del lago, entre tanto que él despedía a la multitud. Y despedida la multitud, subió al monte, apartado, a orar; y cuando llegó la tarde del día, estaba allí solo. Y ya el barco estaba en medio del mar, atormentado de las ondas; porque el viento era contrario.Leer más.
Mas a la cuarta vela de la noche, Jesús fue a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: Fantasma es. Y dieron voces de miedo. Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: Confiad, YO SOY; no tengáis miedo. Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si tú eres, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro del barco, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero viendo el viento fuerte, tuvo miedo; y comenzándose a hundir, dio voces, diciendo: Señor, sálvame. Luego Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: Oh hombre de poca fe, ¿por qué dudaste? Y cuando ellos entraron en el barco, el viento reposó. Entonces los que estaban en el barco, vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.
Y luego apuró a sus discípulos a subir en el barco, e ir delante de él a Betsaida en la otra ribera, entre tanto que él despedía la multitud. Y después que los hubo despedido, se fue al monte a orar. Cuando llegó la noche, el barco estaba en medio del mar, y él solo en tierra.Leer más.
Y los vio fatigados remando, porque el viento les era contrario; y cerca de la cuarta vigilia de la noche, vino a ellos andando sobre el mar, y quería precederlos. Y viéndole ellos, que andaba sobre el mar, pensaron que era fantasma, y dieron voces; porque todos le veían, y se turbaron. Mas luego habló con ellos, y les dijo: Alentaos; YO SOY, no temáis. Y subió a ellos en el barco, y el viento reposó; y ellos en gran manera estaban fuera de sí, y se maravillaban;
Y sabiendo Jesús que habían de venir para arrebatarle, y hacerle rey, volvió a retirarse al monte, él solo. Y como se hizo tarde, descendieron sus discípulos al mar; y entrando en un navío, iban cruzando el mar hacia Capernaum. Y era ya oscuro, y Jesús no había venido a ellos.Leer más.
Y el mar comenzó a levantarse con un gran viento. Cuando hubieron navegado como veinticinco o treinta estadios, ven a Jesús que andaba sobre el mar, y se acercaba al navío; y tuvieron miedo. Pero él les dijo: YO SOY; no tengáis miedo. Y ellos le recibieron de buena gana en el navío; y luego el navío llegó a la tierra donde iban.
Y por la mañana volviendo a la ciudad, tuvo hambre. Y viendo una higuera sobre el camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente, y le dijo: Nunca más para siempre nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. Y viendo esto los discípulos, maravillados decían: ¡Cómo se secó luego la higuera!Leer más.
Y respondiendo Jesús les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no sólo haréis esto a la higuera; mas si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.
Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, vino a ver si quizá hallaría en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas; porque no era tiempo de higos. Entonces Jesús respondiendo, dijo a la higuera: Nunca más coma nadie fruto de ti para siempre. Y lo oyeron sus discípulos.
Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Entonces Pedro acordándose, le dice: Maestro, he aquí la higuera que maldijiste, se ha secado. Y respondiendo Jesús, les dice: Tened fe en Dios.Leer más.
Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate, y échate en el mar, y no dudare en su corazón, mas creyere que será hecho lo que dice, lo que dijere le será hecho. Por tanto, os digo que todo lo que orando pidiereis, creed que lo recibiréis, y os vendrá.