39 Versículos de la Biblia sobre la condena

Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne sino conforme al Espíritu.

Porque si el ministerio de condenación tiene gloria, mucho más abunda en gloria el ministerio de justicia.

no un recién convertido, no sea que se envanezca y caiga en la condenación {en que cayó} el diablo.

Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.

Tampoco sucede con el don como con {lo que vino} por medio de aquel que pecó; porque ciertamente el juicio {surgió a causa} de una {transgresión,} resultando en condenación; pero la dádiva {surgió a causa} de muchas transgresiones resultando en justificación.

¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.

Y este es el juicio: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, pues sus acciones eran malas.

Pues lo que la ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios {lo hizo}: enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y {como ofrenda} por el pecado, condenó al pecado en la carne,

El que cree en El no es condenado; {pero} el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.

Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos {de vosotros}, sabiendo que recibiremos un juicio más severo.

No hablo para condenar{os;} porque he dicho antes que estáis en nuestro corazón para morir juntos y para vivir juntos.

Ningún arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se alce contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos del SEÑOR, y su justificación viene de mí --declara el SEÑOR.

Aunque soy justo, mi boca me condenará; {aunque} soy inocente, El me declarará culpable.

No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados.

Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por El.

en cualquier cosa en que nuestro corazón nos condene; porque Dios es mayor que nuestro corazón y sabe todas las cosas.

Amados, si nuestro corazón no nos condena, confianza tenemos delante de Dios;

El que justifica al impío, y el que condena al justo, ambos son igualmente abominación al SEÑOR.

El que come no menosprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo ha aceptado.

Habéis condenado {y} dado muerte al justo; él no os hace resistencia.

Pues algunos hombres se han infiltrado encubiertamente, los cuales desde mucho antes estaban marcados para esta condenación, impíos que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan a nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo.

Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo {del Señor,} come y bebe juicio para sí.

La fe que tú tienes, ten{la} conforme a tu propia convicción delante de Dios. Dichoso el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba.

¿Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparéis del juicio del infierno?

sabiendo que el tal es perverso y peca, habiéndose condenado a sí mismo.

Por lo cual no tienes excusa, oh hombre, quienquiera {que seas tú} que juzgas, pues al juzgar a otro, a ti mismo te condenas, porque tú que juzgas practicas las mismas cosas.

Le diré a Dios: ``No me condenes, hazme saber por qué contiendes conmigo.

Y ella respondió: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Yo tampoco te condeno. Vete; desde ahora no peques más.

¿Acaso juzga nuestra ley a un hombre a menos que le oiga primero y sepa lo que hace?

La Reina del Sur se levantará con esta generación en el juicio y la condenará, porque ella vino desde los confines de la tierra para oír la sabiduría de Salomón; y mirad, algo más {grande} que Salomón está aquí.

Se unen contra la vida del justo, y condenan a muerte al inocente.

El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado.

Pero el que duda, si come se condena, porque no {lo hace} por fe; y todo lo que no procede de fe, es pecado.

Pero el otro le contestó, y reprendiéndole, dijo: ¿Ni siquiera temes tú a Dios a pesar de que estás bajo la misma condena?

Tu {propia} boca, y no yo, te condena, y tus {propios} labios testifican contra ti.

y saldrán: los que hicieron lo bueno, a resurrección de vida, y los que practicaron lo malo, a resurrección de juicio.

si condenó a la destrucción las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndo{las} a cenizas, poniéndo{las} de ejemplo para los que habrían de vivir impíamente después;