31 Versículo de la Biblia sobre La gracia y la salvación
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Porque el Cristo, cuando aún éramos flacos, a su tiempo murió por los impíos. Ciertamente apenas muere alguno por un justo; porque por lo bueno puede ser que alguno osara morir. Mas Dios encarece su caridad para con nosotros, en que siendo aún pecadores, el Cristo murió por nosotros.
¿Pues qué diremos? ¿Que hay injusticia en Dios? En ninguna manera. Mas a Moisés dice: Tendré misericordia del que tendré misericordia, y me compadeceré del que me compadezca. Así que no es del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia.
en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados por las riquezas de su gracia,
Palabra fiel y digna de ser recibida de todos: que el Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero. Pero por esto fui recibido a misericordia, para que el Cristo Jesús mostrase primero en mí, toda su clemencia, para ejemplo de los que habían de creer en él para vida eterna.
Y el respondió: Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de YO SOY delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente.
Y en ningún otro hay salud; porque no hay otro nombre debajo del cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
Mas de ninguna cosa hago caso, ni estimo mi vida preciosa para mí mismo; solamente que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del Evangelio de la gracia de Dios.
Mas no como el delito, tal es el don; porque si por el delito de aquel uno murieron muchos, mucha más la gracia de Dios, y el don por la gracia de un hombre, Jesús el Cristo, abundó a muchos. Ni tampoco de la manera que por un pecado, así también el don; porque el juicio a la verdad vino de un pecado para condenación, mas la gracia vino de muchos delitos para justificación. Porque, si por un delito reinó la muerte por causa de uno solo , mucho más reinarán en vida por uno solo , Jesús, el Cristo, los que reciben la abundancia de gracia, y de dones y de la justicia.
(porque dice: En tiempo aceptable te he oído, y en día de salud te he socorrido; he aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de la salud).
que nos libró de la potestad de las tinieblas, y nos traspasó en el Reino de su amado Hijo, en el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados.
Y el mismo Señor nuestro, Jesús, el Cristo, y Dios y Padre nuestro, el cual nos amó, y nos dio la consolación eterna, y la buena esperanza por gracia,
Porque la gracia de Dios que trae salvación, se manifestó a todos los hombres.
Y, los otros, cierto, fueron muchos sacerdotes en cuanto por la muerte no podían permanecer; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene el sacerdocio intransferible; por lo cual puede también salvar eternamente a los que por él se allegan a Dios, viviendo siempre para rogar por ellos.
y clamaban a alta voz, diciendo: Salvación al que está sentado sobre el trono de nuestro Dios, y al Cordero.
Pero cuando se manifestó la bondad del Salvador nuestro Dios, y su amor para con los hombres, no por obras de justicia que nosotros habíamos hecho, sino por su misericordia, nos salvó por el lavamiento de la regeneración, y de la renovación del Espíritu Santo; el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesús, el Cristo, nuestro Salvador,Leer más.
para que, justificados por su gracia, seamos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna.
Y dijo también a unos que confiaban en sí como justos, y menospreciaban a los otros, esta parábola: Dos hombres subieron al Templo a orar: el uno fariseo, el otro publicano. El fariseo, en pie, oraba consigo de esta manera: Dios, te doy gracias, que no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;Leer más.
ayuno lo de dos comidas cada sábado, doy diezmos de todo lo que poseo. Mas el publicano estando lejos no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que hería su pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa más justificado que el otro; porque cualquiera que se ensalza, será humillado; y el que se humilla, será ensalzado.
Así también, aun en este tiempo ha quedado remanente por la elección graciosa de Dios . Y si por gracia, luego no por las obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por las obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.
Vacíos sois del Cristo los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído.
La ley empero entró para que el delito creciese; mas cuando el pecado creció, sobrepujó la gracia; para que, de la manera que el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine por la justicia para vida eterna por Jesús, el Cristo, Señor nuestro.
Para que el pecado no se enseñoree de vosotros; porque no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.
Así que ahora, ninguna condenación hay para los que están en el Ungido, Jesús, que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en el Ungido, Jesús, me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible a la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado, y por el pecado, condenó al pecado en la carne;Leer más.
para que la justicia de la ley fuese cumplida en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
No desecho la gracia de Dios; porque si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.
Esto pues digo: Que el Pacto previamente ratificado de Dios para con el Cristo, la ley que fue hecha cuatrocientos treinta años después, no lo abroga, para invalidar la promesa. Porque si la herencia es por la ley, ya no será por la promesa; pero Dios por la promesa hizo la dió a Abraham.
conociendo esto, que la ley no es puesta para el justo, sino para los injustos y para los desobedientes; para los impíos y pecadores, para los malos y contaminados; para los matadores de padres y madres, para los homicidas,
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su mucha caridad con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con el Cristo; por cuya gracia sois salvos; y juntamente nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en lugares celestiales en Cristo Jesús,Leer más.
para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
Y después de grande contienda, levantándose Pedro, les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la Palabra del Evangelio, y creyesen. Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo también como a nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando con la fe sus corazones.Leer más.
Ahora pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos yugo, que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes por la gracia del Señor Jesús, el Cristo, creemos que seremos salvos, como también ellos.
y sacándolos fuera, les dice: Señores, ¿qué es necesario que yo haga para ser salvo? Y ellos dijeron: Cree en el Señor Jesús, el Cristo, y serás salvo tú, y tu casa.
Pero ahora, sin la ley, la justicia de Dios se ha manifestado, testificada por la ley y por los profetas; la justicia, digo, de Dios por la fe de Jesús el Cristo, para todos y sobre todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios;Leer más.
justificados gratuitamente por su gracia mediante la redención que es en Jesús el Cristo;
Porque si los que son de la ley son los herederos, vana es la fe, y anulada es la promesa. Porque la ley obra ira; porque donde no hay ley, tampoco hay rebelión. Por tanto, por la fe, para que sea por gracia; para que la promesa sea firme a toda simiente, no solamente al que es de la ley, sino también al que es de la fe de Abraham, el cual es padre de todos nosotros.
Justificados pues por la fe, tenemos paz para con Dios por el Señor nuestro, Jesús, el Cristo; por el cual también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes , y nos gloriamos en la esperanza de la gloria (de los hijos) de Dios.
Lleguémonos pues confiadamente al trono de su gracia, para alcanzar misericordia, y hallar gracia para la ayuda oportuna.