27 Versículos de la Biblia sobre La lujuria

Versículos Más Relevantes

Proverbios 6:25-29

No codicies su hermosura en tu corazón, ni ella te prenda con sus ojos; porque a causa de la mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; y la mujer adúltera caza la preciosa alma del varón. ¿Tomará el hombre fuego en su seno, sin que su vestidura se queme?Leer más.
¿Andará el hombre sobre brasas, sin que se quemen sus pies? Así el que entrare a la esposa de su prójimo; no será sin culpa cualquiera que la tocare.

Santiago 1:13-15

Cuando uno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado con el mal, ni Él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado cuando de su propia concupiscencia es atraído, y seducido. Y la concupiscencia, cuando ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, engendra muerte.

Romanos 1:21-27

Porque habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias; antes se envanecieron en sus discursos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible, en semejanza de imagen de hombre corruptible, y de aves, y de cuadrúpedos, y de reptiles.Leer más.
Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, a las concupiscencias de sus corazones, a que deshonrasen entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, adorando y sirviendo a la criatura antes que al Creador, el cual es bendito por siempre. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza; y de la misma manera también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo cosas nefandas hombres con hombres, recibiendo en sí mismos la recompensa que convino a su extravío.

1 Corintios 6:9-10

¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os engañéis: Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.

2 Pedro 2:14-18

Tienen los ojos llenos de adulterio, y no pueden dejar de pecar. Seducen a las almas inestables, tienen un corazón ejercitado en la codicia; son hijos de maldición. Han dejado el camino recto, y se han extraviado, siguiendo el camino de Balaam, hijo de Bosor, el cual amó la paga de la maldad. Mas fue reprendido por su iniquidad; una asna muda, hablando con voz de hombre, refrenó la locura del profeta.Leer más.
Éstos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tempestad; para los cuales está guardada la oscuridad de las tinieblas para siempre. Porque hablando palabras arrogantes de vanidad, seducen con las concupiscencias de la carne mediante lascivias a los que verdaderamente habían escapado de los que viven en error;

Gálatas 5:16-21

Digo, pues: Andad en el Espíritu; y no satisfagáis la concupiscencia de la carne. Porque la carne codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no podáis hacer lo que quisiereis. Mas si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley.Leer más.
Y manifiestas son las obras de la carne, que son: Adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, desenfrenos, y cosas semejantes a estas; de las cuales os denuncio, como también ya os denuncié, que los que hacen tales cosas, no heredarán el reino de Dios.

1 Tesalonicenses 4:4-5

que cada uno de vosotros sepa tener su vaso en santificación y honor; no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios.

Génesis 39:6-12

Y dejó todo lo que tenía en mano de José; y él no se preocupaba de nada sino del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia. Y aconteció después de esto, que la esposa de su señor puso sus ojos en José, y dijo: Acuéstate conmigo. Y él no quiso, y dijo a la esposa de su señor: He aquí que mi señor no sabe conmigo lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene:Leer más.
No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su esposa; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal y pecaría contra Dios? Y fue que, hablando ella a José cada día, que él no la escuchó para acostarse al lado de ella, o para estar con ella. Y sucedió que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí. Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Acuéstate conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.

2 Samuel 11:2-5

Y sucedió que levantándose David de su cama a la hora de la tarde, se paseaba por el terrado de la casa real, cuando vio desde el terrado a una mujer que se estaba lavando, la cual era muy hermosa. Y envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: Aquélla es Betsabé hija de Eliam, esposa de Urías heteo. Y envió David mensajeros, y la tomó; y así que hubo entrado a él, él se acostó con ella; pues ella estaba purificada de su inmundicia. Y ella regresó a su casa.Leer más.
Y concibió la mujer, y envió a hacerlo saber a David, diciendo: Yo estoy encinta.

1 Timoteo 6:9-10

Porque los que quieren enriquecerse, caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en perdición y muerte. Porque el amor al dinero es la raíz de todos los males; el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y se traspasaron con muchos dolores.

Ezequiel 23:1-21

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, hubo dos mujeres, hijas de una madre, las cuales se prostituyeron en Egipto; en su juventud se prostituyeron. Allí fueron apretados sus pechos, y allí fueron estrujados los pechos de su virginidad.Leer más.
Y se llamaban, la mayor, Ahola, y su hermana, Aholiba; las cuales fueron mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y llamaron a Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba. Y Ahola se prostituyó aun cuando era mía; y se enamoró de sus amantes, los asirios sus vecinos, vestidos de púrpura, capitanes y príncipes, todos ellos jóvenes codiciables, jinetes que montaban a caballo. Y se prostituyó con ellos, con todos los más escogidos de los hijos de los asirios, y con todos aquellos de quienes se enamoró; se contaminó con todos los ídolos de ellos. Y no dejó sus prostituciones traídas de Egipto; porque con ella se echaron en su juventud, y ellos estrujaron los pechos de su virginidad, y derramaron sobre ella su prostitución. Por lo cual la entregué en mano de sus amantes, en mano de los hijos de los asirios, de quienes se había enamorado. Ellos descubrieron su desnudez, tomaron sus hijos y sus hijas, y a ella mataron a espada; y vino a ser famosa entre las mujeres, pues en ella ejecutaron juicios. Y lo vio su hermana Aholiba, y se corrompió en sus deseos más que ella; y sus prostituciones, fueron más que las prostituciones de su hermana. Y se enamoró de los hijos de los asirios, sus vecinos, capitanes y príncipes, vestidos en perfección, jinetes que andaban a caballo, todos ellos jóvenes codiciables. Y vi que se había contaminado; un mismo camino era el de ambas. Y aumentó sus prostituciones; pues cuando vio hombres pintados en la pared, imágenes de caldeos pintadas de color, ceñidos de talabartes por sus lomos, y turbantes de colores en sus cabezas, teniendo todos ellos parecer de capitanes, a la manera de los hombres de Babilonia, nacidos en tierra de caldeos, al verlos se enamoró de ellos, y les envió mensajeros a la tierra de los caldeos. Y entraron a ella los hombres de Babilonia, al lecho de amores, y la contaminaron con su prostitución; y ella también se contaminó con ellos, y su deseo se sació de ellos. Así hizo patentes sus prostituciones, y descubrió su desnudez; por lo cual mi alma se hastió de ella, como se había ya hastiado mi alma de su hermana. Aun multiplicó sus prostituciones trayendo en memoria los días de su juventud, en los cuales se había prostituido en la tierra de Egipto. Y se enamoró de sus rufianes, cuya carne es como carne de asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos. Así trajiste a la memoria la lujuria de tu juventud, cuando los egipcios comprimieron tus pechos, los pechos de tu juventud.

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