39 Versículos de la Biblia sobre La oración, en la Iglesia
Versículos Más Relevantes
Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, y en la comunión, y en el partimiento del pan, y en las oraciones.
Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los príncipes de los sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Señor, tú eres Dios, que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que por boca de David, tu siervo, dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, y los pueblos piensan cosas vanas?Leer más.
Se levantaron los reyes de la tierra, y los príncipes se juntaron en uno contra el Señor, y contra su Cristo. Pues verdaderamente se juntaron contra tu santo Hijo Jesús, a quien tú ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer lo que tu mano y tu consejo habían predeterminado que se hiciese. Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra; y extiende tu mano para que sanidades, y milagros y prodigios sean hechos por el nombre de tu santo Hijo Jesús. Y cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaron la palabra de Dios con denuedo.
Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando.
Y habiendo dicho estas cosas, se puso de rodillas, y oró con todos ellos.
Y cuando cumplimos aquellos días, partimos, y nos encaminaron todos, con sus esposas e hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la ribera, oramos.
Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Separadme a Bernabé y a Saulo para la obra para la cual los he llamado. Y habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos, y los enviaron.
Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has escogido para que tome el oficio de este ministerio y apostolado, del cual cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar.
A éstos presentaron delante de los apóstoles, quienes orando, les impusieron las manos.
Y cuando les ordenaron ancianos en cada iglesia, habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.
Así que, Pedro era guardado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.
Y apedrearon a Esteban, mientras él invocaba a Dios y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y arrodillándose, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.
Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles sus ropas, mandaron azotarles con varas. Y después de haberles herido de muchos azotes, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, habiendo recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro; y les apretó los pies en el cepo.Leer más.
Pero a media noche, Pablo y Silas oraban, y cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.
Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas y oró; y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió sus ojos, y viendo a Pedro, se incorporó.
En aquellos lugares había heredades del hombre principal de la isla, llamado Publio, quien nos recibió y nos hospedó amigablemente tres días. Y aconteció que el padre de Publio estaba en cama, enfermo de fiebre y de disentería; al cual Pablo entró a ver, y después de haber orado, puso sobre él las manos, y le sanó.
Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias;
Gozosos en la esperanza, sufridos en la tribulación, constantes en la oración.
orando en todo tiempo, con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
Exhorto, pues, ante todo, que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias, por todos los hombres;
Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración.
orando juntamente también por nosotros, que Dios nos abra la puerta de la palabra, para que hablemos el misterio de Cristo, por el cual estoy también preso; para que lo manifieste como debo hablar.
y por mí, para que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio; por el cual soy embajador en cadenas; para que en ellas hable osadamente, como debo hablar.
Finalmente, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada así como entre vosotros;
¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor.
Si alguno ve a su hermano cometer pecado no de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; digo a los que pecan no de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo que se pida. Toda maldad es pecado; mas hay pecado no de muerte.
Confesaos vuestras faltas unos a otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo, puede mucho.
Y os ruego hermanos, por nuestro Señor Jesucristo, y por el amor del Espíritu, que os esforcéis conmigo en oración por mí a Dios;
ayudándonos vosotros también con oración por nosotros, para que por el don concedido a nosotros por medio de muchas personas, por muchas sean dadas gracias en nuestro favor.
Todo varón que ora o profetiza cubierta la cabeza, deshonra su cabeza. Mas toda mujer que ora o profetiza no cubierta su cabeza, deshonra su cabeza; porque lo mismo es que si se rapase.
Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse? La naturaleza misma ¿no os enseña que es deshonroso al varón traer el cabello largo? Pero si una mujer tiene cabello largo, le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello.
Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes pongamos sobre este trabajo. Y nosotros persistiremos en la oración, y en el ministerio de la palabra.
Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría y entendimiento espiritual; para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios;
no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo mención de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de Él; alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza de su llamamiento, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos;Leer más.
y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fortaleza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos, y sentándole a su diestra en los lugares celestiales, sobre todo principado y potestad y potencia y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este mundo, sino también en el venidero;
para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; que habite Cristo por la fe en vuestros corazones; para que, arraigados y fundados en amor, podáis comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad y la altura;Leer más.
y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento; para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
Y esto pido en oración, que vuestro amor abunde aún más y más en conocimiento y en todo discernimiento; para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo; llenos de frutos de justicia, que son por Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.
Damos gracias al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, orando siempre por vosotros;
Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo mención de vosotros en nuestras oraciones;
Por lo cual asimismo oramos siempre por vosotros, que nuestro Dios os tenga por dignos de este llamamiento, y cumpla todo buen deseo de su bondad, y la obra de fe con poder, para que el nombre de nuestro Señor Jesucristo sea glorificado en vosotros, y vosotros en Él, por la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.