30 Versículos de la Biblia sobre La oración, la persistencia en

Versículos Más Relevantes

Lucas 18:1-8

Y les dijo también una parábola sobre que es necesario orar siempre, y no desmayar, diciendo: Había un juez en una ciudad, el cual ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él diciendo: Defiéndeme de mi adversario.Leer más.
Pero él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre, todavía, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, porque al fin no venga y me muela. Y dijo el Señor: Oíd lo que dice el juez injusto. ¿Y Dios no vengará a sus escogidos, que claman a él día y noche, aunque sea longánime acerca de ellos? Os digo que los vengará presto. Pero cuando el Hijo del hombre viniere, ¿hallará fe en la tierra?

Lucas 11:5-10

Les dijo también: ¿Quién de vosotros tendrá un amigo, e irá a él a medianoche, y le dirá: Amigo, préstame tres panes, porque un amigo ha venido a mí de camino, y no tengo qué ponerle delante; y el de dentro respondiendo, dijere: No me seas molesto; la puerta está ya cerrada, y mis niños están conmigo en la cama; no puedo levantarme, y darte.Leer más.
Os digo, que aunque no se levante a darle por ser su amigo, sin embargo, por su importunidad se levantará, y le dará todo lo que necesite. Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; tocad, y os será abierto. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que toca, es abierto.

Génesis 18:23-33

Y se acercó Abraham y dijo: ¿Destruirás también al justo con el impío? Por ventura hay cincuenta justos dentro de la ciudad, ¿destruirás también y no perdonarás al lugar por cincuenta justos que estén dentro de él? Lejos de ti el hacer tal, que hagas morir al justo con el impío, y que sea el justo tratado como el impío; nunca tal hagas. El juez de toda la tierra, ¿no ha de hacer derecho?Leer más.
Entonces respondió el SEÑOR: Si hallare en Sodoma cincuenta justos dentro de la ciudad, perdonaré a todo este lugar por amor de ellos. Y Abraham replicó y dijo: He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza; por ventura faltarán de cincuenta justos, cinco: ¿destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Y dijo: No la destruiré, si hallare allí cuarenta y cinco. Y volvió a hablarle, y dijo: Por ventura se hallarán allí cuarenta. Y respondió: No lo haré por amor de los cuarenta. Y dijo: No se enoje ahora mi Señor, si hablare: Por ventura se hallarán allí treinta. Y respondió: No lo haré si hallare allí treinta. Y dijo: He aquí ahora que he comenzado a hablar a mi Señor: Por ventura se hallarán allí veinte. Respondió, no la destruiré, por veinte. Y volvió a decir: No se enoje ahora mi Señor, si hablare solamente una vez: Por ventura se hallarán allí diez. Respondió, No la destruiré, por diez. Y se fue el SEÑOR, luego que acabó de hablar a Abraham; y Abraham se volvió a su lugar.

Génesis 32:24-32

Y se quedó Jacob solo, y luchó con él un varón, hasta que el alba subía. Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó la palma de su muslo, la palma del muslo de Jacob se descoyuntó luchando con él. Y dijo: Déjame, que el alba sube. Y él dijo: No te dejaré, si no me bendices.Leer más.
Y él le dijo: ¿Cómo es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y él dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has peleado con Dios y con los hombres, y has vencido. Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y él respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí. Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar Peniel; porque vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma. Y le salió el sol cuando pasaba a Peniel; y cojeaba de su muslo. Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en la palma del muslo; porque tocó a la palma del muslo de Jacob en el tendón que se contrajo.

Deuteronomio 9:25-29

Y me postré delante del SEÑOR cuarenta días y cuarenta noches, como estuve postrado antes; porque el SEÑOR dijo que os había de destruir. Y oré al SEÑOR, diciendo: Oh Señor DIOS, no destruyas a tu pueblo y a tu heredad que has rescatado con tu grandeza, al cual sacaste de Egipto con mano fuerte. Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac, y Jacob; no mires a la dureza de este pueblo, ni a su impiedad, ni a su pecado;Leer más.
para que no digan los de la tierra de donde nos sacaste: Por cuanto no pudo el SEÑOR introducirlos en la tierra que les había dicho, o porque los aborrecía, los sacó para matarlos en el desierto. Y ellos son tu pueblo y tu heredad, que sacaste con tu gran fortaleza y con tu brazo extendido.

Éxodo 32:31-32

Entonces volvió Moisés al SEÑOR, y dijo: Yo te ruego, pues, este pueblo ha cometido un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro, que perdones ahora su pecado, y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito.

1 Samuel 1:10-11

Y ella con amargura de alma oró al SEÑOR llorando abundantemente; e hizo voto, diciendo: SEÑOR de los ejércitos, si te dignares mirar la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, mas dieres a tu sierva simiente de varón, yo lo dedicaré al SEÑOR todos los días de su vida, y no subirá navaja sobre su cabeza.

Santiago 5:17-18

Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y rogó en oración que no lloviera, y no llovió sobre la tierra tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto.

1 Reyes 18:36-44

Y cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto de la tarde, se acercó el profeta Elías, y dijo: SEÑOR Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, SEÑOR, respóndeme; para que conozca este pueblo que tú, oh SEÑOR, eres el Dios, y que tú convertirás de nuevo el corazón de ellos a ti. Entonces cayó fuego del SEÑOR, el cual consumió el holocausto, la leña, las piedras, el polvo, y aun lamió las aguas que estaban en la zanja.Leer más.
Y viéndolo, todo el pueblo, cayeron sobre sus rostros, y dijeron: ¡El SEÑOR es el Dios! ¡El SEÑOR es el Dios! Y les dijo Elías: Prended a los profetas de Baal, que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de Cisón, y allí los mató. Entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe; porque una gran lluvia suena. Y Acab subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo; y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas. Y dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces. Y a la séptima vez dijo: He aquí una pequeña nube como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te ataje.

Salmos 88:1-18

Oh SEÑOR, Dios de mi salud, día y noche clamo delante de ti. Entre mi oración en tu presencia; inclina tu oído a mi clamor. Porque mi alma está harta de males, y mi vida llega al Seol.Leer más.
Soy contado con los que descienden al hoyo, soy como hombre sin fuerza; librado entre los muertos. Como los muertos que duermen en el sepulcro, que no te acuerdas más de ellos, y que son cortados de tu mano. Me has puesto en el hoyo profundo, en tinieblas, en honduras. Sobre mí se ha acostado tu ira, y me has afligido con todas tus ondas. (Selah.) Has alejado de mí mis conocidos; me has puesto por abominación a ellos; estoy encerrado, y no saldré. Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; te he llamado, oh SEÑOR, cada día he extendido a ti mis manos. ¿Harás tú milagro a los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte? (Selah.) ¿Será contada en el sepulcro tu misericordia, o tu verdad en el infierno? ¿Será conocida en las tinieblas tu maravilla, y tu justicia en la tierra del olvido? Mas yo a ti he clamado, oh SEÑOR; y de mañana te previno mi oración. ¿Por qué, oh SEÑOR, desechas mi alma? ¿Por qué escondes tu rostro de mí? Yo soy pobre y menesteroso; desde la juventud he llevado tus temores, he estado medroso. Sobre mí han pasado tus iras; tus espantos me han cortado. Me han rodeado como aguas de continuo; me han cercado a una. Has alejado de mí al amigo y al compañero; y mis conocidos has puesto en la tiniebla.

Salmos 119:147-149

Me anticipé al alba, y clamé; esperé en tu palabra. Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus dichos. Oye mi voz conforme a tu misericordia, oh SEÑOR; vivifícame conforme a tu juicio.

Salmos 130:1-6

De lo profundo te llamo, oh SEÑOR. Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi oración. JAH, si retuvieres a las iniquidades, ¿Señor quién persistirá?Leer más.
Por lo cual hay perdón cerca de ti, para que seas temido. Esperé yo al SEÑOR, esperó mi alma; a su palabra he esperado. Mi alma esperó al SEÑOR más que los centinelas esperan a la mañana, más que los centinelas a la mañana.

Lucas 22:42-44

diciendo: Padre, si quieres, pasa este vaso de mí; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y le apareció un ángel del cielo confortándole. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y fue su sudor como gotas de sangre que caían hasta la tierra.

Mateo 26:36-43

Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dice a los discípulos: Sentaos aquí, hasta que vaya allí y ore. Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dice: Mi alma está muy triste hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.Leer más.
Y yéndose un poco más adelante, se postró sobre su rostro, orando, y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí este vaso; pero no como yo quiero, sino como tú. Y vino a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está presto, mas la carne débil. Otra vez fue, segunda vez, y oró diciendo: Padre mío, si no puede este vaso pasar de mí sin que yo lo beba, hágase tu voluntad. Y vino, y los halló otra vez durmiendo; porque los ojos de ellos estaban agravados.

Marcos 14:32-40

Y vienen al lugar que se llama Getsemaní, y dice a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que yo oro. Y toma consigo a Pedro y a Jacobo y a Juan, y comenzó a atemorizarse, y a angustiarse. Y les dice: Está muy triste mi alma, hasta la muerte; esperad aquí y velad.Leer más.
Y yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró, que si fuera posible, pasara de él aquella hora, Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son a ti posibles; traspasa de mí este vaso; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. Y vino y los halló durmiendo; y dice a Pedro: ¿Simón, duermes? ¿No has podido velar una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad es presto, mas la carne enferma. Y volviéndose a ir, oró, y dijo las mismas palabras. Y vuelto, los halló otra vez durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados; y no sabían qué responderle.

Isaías 26:8

Aun en el camino de tus juicios, oh SEÑOR, te esperamos, a tu nombre y a tu memoria es el deseo del alma.

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