32 Versículos de la Biblia sobre Las bestias
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Carga de las bestias del Mediodía. Por tierra de aflicción y de angustia. Leones y leonas en ella. Basilisco y áspid volador, llevado sobre hombros de bestias sus riquezas, y sus tesoros sobre corcovas de camellos, a pueblo que no les aprovechará.
Yo entonces miraba a causa de la voz de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta tanto que mataron a la bestia, y su cuerpo fue deshecho, y entregado para ser quemado en el fuego.
Estas grandes bestias, las cuales son cuatro, cuatro reyes son, que se levantarán en la tierra.
Entonces tuve deseo de saber la verdad acerca de la cuarta bestia, que tan diferente era de todas las otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro, y sus uñas eran de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus pies;
Vi que el carnero hería con los cuernos al poniente, al norte, y al mediodía, y que ninguna bestia podía parar delante de él, ni había quien escapara de su mano; y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía.
En el cual había de todos los animales cuadrúpedos de la tierra, y bestias fieras, y reptiles, y aves del cielo.
Y delante del trono había como un mar de color de vidrio semejante al cristal; y en medio del trono, y alrededor del trono, cuatro animales llenos de ojos delante y detrás. Y el primer animal era semejante a un león; y el segundo animal, semejante a un becerro, y el tercer animal tenía el rostro como de hombre; y el cuarto animal, semejante a un águila volando. Y los cuatro animales tenían cada uno por sí seis alas alrededor; y de dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día ni noche, diciendo: Santo, Santo, Santo el Señor Dios Todopoderoso, el que era, y que es, y que ha de venir.Leer más.
Y cuando aquellos animales dan gloria y honra y alabanza al que está sentado en el trono, al que vive para siempre jamás;
Y miré; y he aquí en medio del trono y de los cuatro animales, y en medio de los ancianos, estaba un Cordero como muerto, que tenía siete cuernos, y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados en toda la tierra. Y él vino, y tomó el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono. Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro animales y los veinticuatro ancianos cayeron sobre sus rostros delante del Cordero, teniendo cada uno arpas, y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos;Leer más.
y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro, y de abrir sus sellos; porque tú fuiste muerto, y nos has redimido para Dios con tu sangre, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos en la tierra. Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los animales, y de los ancianos; y la multitud de ellos era millones y millones, que decían a alta voz: El Cordero que fue muerto es digno de tomar potencia, y riquezas, y sabiduría, y fortaleza, y honra, y gloria, y bendición. Y oí a toda criatura que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y que está sobre el mar, y todas las cosas que están en él, diciendo: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea alabanza, honra, y gloria, y potencia, para siempre jamás. Y los cuatro animales decían: Amén. Y los veinticuatro ancianos cayeron sobre sus rostros, y adoraron al que vive para siempre jamás.
Y miré cuando el Cordero hubo abierto el primer sello, y oí al primero de los cuatro animales diciendo como con una voz de trueno: Ven y ve. Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que estaba sentado encima de él, tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió victorioso, para que también venciera. Y cuando él hubo abierto el segundo sello, oí al segundo animal, que decía: Ven y ve.Leer más.
Y salió otro caballo bermejo, y al que estaba sentado sobre él, le fue dado poder de quitar la paz de la tierra; y que se maten unos a otros; y le fue dada una gran espada. Y cuando él hubo abierto el tercer sello, oí al tercer animal, que decía: Ven y ve. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que estaba sentado encima de él, tenía un yugo en su mano. Y oí una voz en medio de los cuatro animales, que decía: Un cheniz de trigo por un denario, y tres chenizes de cebada por un denario; y no hagas daño al vino, ni al aceite. Y cuando él hubo abierto el cuarto sello, oí la voz del cuarto animal, que decía: Ven y ve.
Y todos los ángeles estaban alrededor del trono, y de los ancianos, y de los cuatro animales; y se postraron sobre sus rostros delante del trono, y adoraron a Dios,
Y cuando ellos hubieren acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo hará guerra contra ellos, y los vencerá, y los matará.
Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro animales, y de los ancianos; y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales son comprados de la tierra. Estos son los que con mujeres no son contaminados; porque son vírgenes. Estos siguen al Cordero por dondequiera que fuere. Estos son comprados de entre los hombres por primicias para Dios, y para el Cordero. Y en su boca no ha sido hallado engaño, porque ellos son sin mácula delante del trono de Dios.Leer más.
Y vi otro ángel volar por en medio del cielo, que tenía el Evangelio eterno para que evangelizara a los que moran en la tierra, y a toda nación y tribu y lengua y pueblo, diciendo en alta voz: Temed a Dios, y dadle gloria; porque la hora de su juicio es venida; y adorad a aquel que ha hecho el cielo y la tierra y el mar y las fuentes de las aguas. Y otro ángel le siguió, diciendo: Ya es caída, ya es caída Babilonia, aquella gran ciudad, porque ella ha dado a beber a todos los gentiles del vino de la ira de su fornicación. Y el tercer ángel los siguió, diciendo en alta voz: Si alguno adora a la bestia y a su imagen, y toma la marca en su frente, o en su mano,
Y vi así como un mar de vidrio mezclado con fuego; y vi los que habían alcanzado la victoria de la bestia, y de su imagen, y de su marca, y del número de su nombre, estar sobre el mar semejante al vidrio, teniendo las arpas de Dios.
Y el primero fue, y derramó su copa en la tierra; y fue hecha una plaga mala y dañosa sobre los hombres que tenían la marca de la bestia, y sobre los que adoraban su imagen. Y el segundo ángel derramó su copa en el mar, y fue vuelto en sangre, como de un muerto; y toda alma viviente fue muerta en el mar. Y el tercer ángel derramó su copa en los ríos, y en las fuentes de las aguas, y fueron vueltas en sangre.Leer más.
Y oí al ángel de las aguas, que decía: Señor, tú eres justo, que eres y que eras el Santo, porque has juzgado estas cosas; porque ellos derramaron la sangre de los santos y de los profetas, tú les has dado también a beber sangre, pues lo merecen. Y oí a otro del altar, que decía: Ciertamente, Señor Dios Todopoderoso, tus juicios son verdaderos y justos. Y el cuarto ángel derramó su copa contra el sol, y le fue dado que afligiera a los hombres con calor por fuego. Y los hombres se inflamaron con el gran calor, y blasfemaron el nombre de Dios, que tiene potestad sobre estas plagas, y no se enmendaron para darle gloria. Y el quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su reino fue hecho tenebroso, y se mordían sus lenguas de dolor;
Y los veinticuatro ancianos y los cuatro animales cayeron sobre sus rostros, y adoraron a Dios que estaba sentado sobre el trono, diciendo: ¡Amén! ¡Alelu-JAH! Y salió una voz del trono, que decía: Load a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le teméis, así pequeños como grandes. Y oí como la voz de una gran compañía, y como ruido de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decían: ¡Alelu-JAH, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso ha reinado!Leer más.
Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque son venidas las bodas del Cordero, y su mujer se ha aparejado. Y le ha sido dado que se vista de tela de lino finísimo, limpio y resplandeciente; porque el lino finísimo es la justicia de los santos. Y él me dice: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son las verdaderas palabras de Dios. Y yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira que no lo hagas; yo soy siervo contigo, y con tus hermanos que tienen el testimonio de Jesús; adora a Dios, porque el testimonio de Jesús es el espíritu de profecía. Y vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco; y el que estaba sentado sobre él, era llamado Fiel y Verdadero, el cual en justicia juzga y pelea. Y sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno ha conocido sino él mismo; y estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es llamado LA PALABRA DE DIOS. Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos blancos, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio. Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella los gentiles; y él los regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Y vi un ángel que estaba dentro del sol, y clamó con gran voz, diciendo a todas las aves que volaban por medio del cielo: Venid, y congregaos a la cena del gran Dios, Para que comáis carne de reyes, y de capitanes, y carne de fuertes, y carne de caballos, y de los que están sentados sobre ellos; y carne de todos libres y siervos, de pequeños y de grandes. Y vi la bestia, y los reyes de la tierra y sus ejércitos, congregados para hacer guerra contra el que estaba sentado sobre el caballo, y contra su ejército.
Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos, y les fue dado juicio; y vi las almas de los degollados por el testimonio de Jesús, y por la palabra de Dios, que no adoraron la bestia, ni a su imagen, y que no recibieron su marca en sus frentes, ni en sus manos, y vivirán y reinarán con Cristo los mil años. Mas los otros muertos no volvieron a vivir hasta que sean cumplidos los mil años. Esta es la primera resurrección. Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad en éstos; antes serán sacerdotes de Dios y del Cristo, y reinarán con él mil años.Leer más.
Y cuando los mil años fueren cumplidos, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá para engañar los gentiles que están sobre los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de congregarlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la anchura de la tierra, y circundaron el campo de los santos, y la Ciudad amada. Y de Dios descendió fuego del cielo, y los devoró. Y el diablo que los engañaba, fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde está la bestia y el falso Profeta; y serán atormentados día y noche para siempre jamás.
Y miré cuando el Cordero hubo abierto el primer sello, y oí al primero de los cuatro animales diciendo como con una voz de trueno: Ven y ve. Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que estaba sentado encima de él, tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió victorioso, para que también venciera. Y cuando él hubo abierto el segundo sello, oí al segundo animal, que decía: Ven y ve.Leer más.
Y salió otro caballo bermejo, y al que estaba sentado sobre él, le fue dado poder de quitar la paz de la tierra; y que se maten unos a otros; y le fue dada una gran espada. Y cuando él hubo abierto el tercer sello, oí al tercer animal, que decía: Ven y ve. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que estaba sentado encima de él, tenía un yugo en su mano. Y oí una voz en medio de los cuatro animales, que decía: Un cheniz de trigo por un denario, y tres chenizes de cebada por un denario; y no hagas daño al vino, ni al aceite. Y cuando él hubo abierto el cuarto sello, oí la voz del cuarto animal, que decía: Ven y ve. Y miré, y he aquí un caballo verde; y el que estaba sentado sobre él tenía por nombre Muerte; y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las bestias de la tierra.
Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro animales, y de los ancianos; y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales son comprados de la tierra.
Y uno de los cuatro animales dio a los siete ángeles siete copas de oro, llenas de la ira de Dios, que vive para siempre jamás.
Y los veinticuatro ancianos y los cuatro animales cayeron sobre sus rostros, y adoraron a Dios que estaba sentado sobre el trono, diciendo: ¡Amén! ¡Alelu-JAH!
En aquel día el SEÑOR visitará con su espada dura, grande y fuerte, sobre el leviatán, serpiente huidora, y sobre el leviatán serpiente retuerta; y matará al dragón que está en el mar.
He aquí ahora behemot, al cual yo hice contigo; hierba come como buey. He aquí ahora que su fuerza está en sus lomos, y su fortaleza en el ombligo de su vientre. Su cola mueve como un cedro, y los nervios de sus genitales son entretejidos.Leer más.
Sus huesos son fuertes como bronce, y sus miembros como barras de hierro. El es el comienzo de los caminos de Dios; el que lo hizo, acercará a él su espada. Ciertamente los montes llevan renuevo para él; y toda bestia del campo retoza allá. Se echará debajo de las sombras, en lo oculto de las cañas, y de los lugares húmedos. Los árboles sombríos lo cubren con su sombra; los sauces del arroyo lo cercan. He aquí que él tomará el río sin inmutarse; y se confía que el Jordán pasará por su boca. Su hacedor lo tomará por sus ojos en tropezaderos, y horadará su nariz.
Y prendió al dragón, aquella serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y lo ató por mil años;
De entre los animales, todo el de pezuña, y que tiene las pezuñas hendidas, y que rumia, éste comeréis.
¿Hasta cuándo estará desierta la tierra, y marchita la hierba de todo el campo por la maldad de los que en ella moran? Faltaron los ganados, y las aves; porque dijeron: No verá él nuestras postrimerías.
De todo animal limpio te tomarás de siete pares, macho y su hembra; mas de los animales que no son limpios, dos, macho y su hembra. También de las aves de los cielos de siete pares, macho y hembra; para guardar en vida la simiente sobre la faz de toda la tierra.
Enviaré también contra vosotros bestias fieras que os arrebaten los hijos, y destruyan vuestros animales, y os apoquen, y vuestros caminos sean desiertos.
Si como hombre batallé en Efeso contra las bestias, ¿qué me aprovecha? Si los muertos no resucitan, comamos y bebamos, que mañana moriremos.
Y en efecto, pregunta ahora a las bestias, que ellas te enseñarán; y a las aves de los cielos, que ellas te lo mostrarán; o habla a la tierra, que ella te enseñará; los peces del mar te lo declararán también.
Que nos enseña más que a las bestias de la tierra, y nos hace sabios más que las aves del cielo.