20 Versículo de la Biblia sobre las mujeres que trabajan
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{a ser} prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.
Ella le trae bien y no mal todos los días de su vida. Busca lana y lino, y con agrado trabaja con sus manos. Es como las naves de mercader, trae su alimento de lejos.Leer más.
También se levanta cuando aún es de noche, y da alimento a los de su casa, y tarea a sus doncellas. Evalúa un campo y lo compra; con sus ganancias planta una viña.
Nota que su ganancia es buena, no se apaga de noche su lámpara.
Dos {mujeres} {estarán} moliendo en el molino; una será llevada y la otra será dejada.
Y todas las mujeres hábiles hilaron con sus manos, y trajeron lo que habían hilado, {de tela} azul, púrpura, escarlata y lino fino.
Los hijos de Israel, todos los hombres y mujeres cuyo corazón los movía a traer {algo} para toda la obra que el SEÑOR había ordenado por medio de Moisés que se hiciera, trajeron una ofrenda voluntaria al SEÑOR.
Respondieron las parteras a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias, pues son robustas y dan a luz antes que la partera llegue a ellas.
Débora, profetisa, mujer de Lapidot, juzgaba a Israel en aquel tiempo;
El Señor da la palabra; las {mujeres} que anuncian las {buenas} nuevas son gran multitud:
Porque siete mujeres echarán mano de un hombre en aquel día, diciendo: Nuestro pan comeremos y con nuestra ropa nos vestiremos; tan sólo déjanos llevar tu nombre; quita nuestro oprobio.
Yo no permito que la mujer enseñe ni que ejerza autoridad sobre el hombre, sino que permanezca callada.
Oíd, pues, mujeres, la palabra del SEÑOR, y reciba vuestro oído la palabra de su boca; enseñad la lamentación a vuestras hijas y la endecha cada una a su vecina.
Recibe, te ruego, la instrucción de su boca, y pon sus palabras en tu corazón.
Así dice el SEÑOR de los ejércitos: Considerad, llamad a las plañideras, que vengan; enviad por las {más} hábiles, que vengan,
Mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor.
Cuando por primera vez el SEÑOR habló por medio de Oseas, el SEÑOR le dijo: Anda, toma para ti a una mujer ramera y {engendra} hijos de prostitución; porque la tierra se prostituye gravemente, abandonando al SEÑOR.
Hace telas de lino y {las} vende, y provee cinturones a los mercaderes.
Y el SEÑOR Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea.
Ella vigila la marcha de su casa, y no come el pan de la ociosidad. Sus hijos se levantan y la llaman bienaventurada, {también} su marido, y la alaba {diciendo:}
No tiene temor de la nieve por los de su casa, porque todos los de su casa llevan ropa escarlata.