34 Versículo de la Biblia sobre las sorpresas
Versículos Más Relevantes
Que la muerte los sorprenda, que desciendan vivos al Seol, porque la maldad está en su morada, en medio de ellos.
Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que en medio de vosotros ha venido para probaros, como si alguna cosa extraña os estuviera aconteciendo;
¿Por qué has de ser como hombre desalentado, como guerrero incapaz de salvar? Sin embargo tú estás en medio nuestro, oh SEÑOR, y por tu nombre somos llamados; ¿no nos abandones!
Y {Jesús} no le respondió ni a una sola pregunta, por lo que el gobernador estaba muy asombrado.
Que venga destrucción sobre él sin darse cuenta, y la red que él mismo tendió lo prenda, ¿que caiga en esa misma destrucción!
Hay tres cosas que son incomprensibles para mí, y una cuarta que no entiendo:
Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que el día os sorprenda como ladrón;
Vio que no había nadie, y se asombró de que no hubiera quien intercediera. Entonces su brazo le trajo salvación, y su justicia le sostuvo.
Y en {todo} esto, se sorprenden de que no corráis con {ellos} en el mismo desenfreno de disolución, {y os} ultrajan;
Y estaba maravillado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor enseñando.
Vino, pues, Josué sobre ellos de repente, habiendo marchado toda la noche desde Gilgal.
Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para {seguir} un evangelio diferente;
y se admiraban de su enseñanza porque su mensaje era con autoridad.
Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la multitud que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado una fe tan grande.
Cuando el fariseo vio {esto,} se sorprendió de que {Jesús} no se hubiera lavado primero antes de comer, {según el ritual judío}.
Al ver la confianza de Pedro y de Juan, y dándose cuenta de que eran hombres sin letras y sin preparación, se maravillaban, y reconocían que ellos habían estado con Jesús.
Pilato se sorprendió de que ya hubiera muerto, y llamando al centurión, le preguntó si ya estaba muerto.
Por tanto, no es de sorprender que sus servidores también se disfracen como servidores de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras.
No os admiréis de esto, porque viene la hora en que todos los que están en los sepulcros oirán su voz,
Muchas son, SEÑOR, Dios mío, las maravillas que tú has hecho, y {muchos} tus designios para con nosotros; nadie hay que se compare contigo; si {los} anunciara, y hablara de ellos, no podrían ser enumerados.
Entonces los judíos se maravillaban, diciendo: ¿Cómo puede éste saber de letras sin haber estudiado?
En esto llegaron sus discípulos y se admiraron de que hablara con una mujer, pero ninguno le preguntó: ¿Qué tratas de averiguar? o: ¿Por qué hablas con ella?
Si el mundo os odia, sabéis que me ha odiado a mí antes que a vosotros.
¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? Ellos dijeron*: El primero. Jesús les dijo*: En verdad os digo que los recaudadores de impuestos y las rameras entran en el reino de Dios antes que vosotros.
Si ves la opresión del pobre y la negación del derecho y de la justicia en la provincia, no te sorprendas del hecho, porque un oficial vigila sobre {otro} oficial, y {hay oficiales} superiores sobre ellos.
Y el asombro se apoderó de todos y glorificaban a Dios; y se llenaron de temor, diciendo: Hoy hemos visto cosas extraordinarias.
Y cuando comenzaron a entonar cánticos y alabanzas, el SEÑOR puso emboscadas contra los hijos de Amón, de Moab y del monte Seir, que habían venido contra Judá, y fueron derrotados.
No te jactes del día de mañana, porque no sabes qué traerá el día.
Al ver {esto} Pedro, dijo al pueblo: Varones israelitas, ¿por qué os maravilláis de esto, o por qué nos miráis {así,} como si por nuestro propio poder o piedad le hubiéramos hecho andar?
(He aquí, vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela y guarda sus ropas, no sea que ande desnudo y vean su vergüenza.)
Porque el hombre tampoco conoce su tiempo: como peces atrapados en la red traicionera, y como aves apresadas en la trampa, así son atrapados los hijos de los hombres en el tiempo malo cuando éste cae de repente sobre ellos.
y reconocieron que era el mismo que se sentaba a la puerta del templo, la Hermosa, a {pedir} limosna, y se llenaron de asombro y admiración por lo que le había sucedido.