29 Versículo de la Biblia sobre Los pueblos que huyeron
Versículos Más Relevantes
Y se meterán en las cavernas de las peñas, y en las aberturas de la tierra, por la temible presencia de Jehová, y por el esplendor de su majestad, cuando Él se levante para sacudir la tierra.
Y en aquellos días los hombres buscarán la muerte, y no la hallarán; y desearán morir, pero la muerte huirá de ellos.
Y el valle de Sidim estaba lleno de pozos de betún; y huyeron el rey de Sodoma y el de Gomorra, y cayeron allí; y los demás huyeron al monte.
De los siervos de Faraón el que temió la palabra de Jehová, hizo huir sus criados y su ganado a casa:
Y Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en su fuerza, y los egipcios dieron contra él; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar.
Bería también, y Sema, que fueron las cabezas de las familias de los moradores de Ajalón, los cuales echaron a los moradores de Gat;
Éstos pasaron el Jordán en el mes primero, cuando había salido sobre todas sus riberas; e hicieron huir a todos los de los valles al oriente y al poniente.
Porque huyeron de la espada, de la espada desnuda, del arco entesado, de lo pesado de la batalla.
Voz de los que huyen y escapan de la tierra de Babilonia, para dar las nuevas en Sión de la venganza de Jehová nuestro Dios, de la venganza de su templo.
Entonces los hijos de Amón, viendo que los sirios habían huido, huyeron también ellos delante de Abisai, y entraron en la ciudad. Y volvió Joab de los hijos de Amón, y vino a Jerusalén.
Y los hijos de Amón, viendo que los sirios habían huido, huyeron también ellos delante de Abisai su hermano, y entraron en la ciudad. Entonces Joab se volvió a Jerusalén.
Y se acercó Joab, y el pueblo que con él estaba, para pelear con los sirios; mas ellos huyeron delante de él.
Mas los sirios huyeron delante de Israel; e hirió David de los sirios la gente de setecientos carros, y cuarenta mil hombres de a caballo; hirió también a Sobac general del ejército, y murió allí.
Y mató cada uno al que venía contra él: y huyeron los sirios, siguiéndolos los de Israel. Y el rey de Siria, Benadad, se escapó en un caballo con alguna gente de caballería.
Los demás huyeron a Afec, a la ciudad; y el muro cayó sobre veintisiete mil hombres que habían quedado. También Benadad vino huyendo a la ciudad, y se escondía de cámara en cámara.
Y así se levantaron y huyeron al anochecer, dejando sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y el campamento como estaba; y huyeron para salvar sus vidas.
Se acercó luego Joab y el pueblo que tenía consigo, para pelear contra los sirios; mas ellos huyeron delante de él.
Pero los sirios huyeron delante de Israel; y mató David de los sirios siete mil hombres de los carros, y cuarenta mil hombres de a pie; asimismo mató a Sofac, general del ejército.
¿Por qué los vi medrosos, tornando atrás? y sus valientes fueron deshechos, y huyeron aterrados sin mirar atrás porque había miedo de todas partes, dice Jehová.
Y cada uno permaneció en su lugar en derredor del campamento; y todo el ejército madianita echó a correr, y huyeron gritando.
Mas cuando llegaron al campamento de Israel, se levantaron los israelitas e hirieron a los de Moab, los cuales huyeron delante de ellos; pero ellos los persiguieron aun hasta su país, matando a los moabitas.
Mi corazón dará gritos por Moab; sus fugitivos huirán hasta Zoar, como novilla de tres años. Por la cuesta de Luhit subirán llorando, y levantarán grito de quebrantamiento por el camino de Horonaim.
Asimismo todos los israelitas que se habían escondido en el monte de Efraín, oyendo que los filisteos huían, ellos también los persiguieron en aquella batalla.
Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo, y tomando la espada de él, sacándola de su vaina, lo mató, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron muerto a su campeón, huyeron.
Y volvió a haber guerra; y salió David y peleó contra los filisteos, y los hirió con grande estrago, y huyeron delante de él.
Y fue Nínive de tiempo antiguo como estanque de aguas; mas ellos huyen: Parad, parad; y ninguno mira.
Huyeron, huyeron reyes de ejércitos; y las que se quedaban en casa repartían el despojo.
Pero los cinco reyes huyeron, y se escondieron en una cueva en Maceda.