35 Versículos de la Biblia sobre Luchando con Dios

Versículos Más Relevantes

Hechos 26:14

Y habiendo caído todos nosotros en tierra, oí una voz que me hablaba, y decía en lengua hebraica: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dura cosa te es dar coces contra los aguijones.

2 Crónicas 13:12

Y he aquí Dios está con nosotros por capitán, y sus sacerdotes con las trompetas para que suenen alarma contra vosotros. Oh hijos de Israel, no peleéis contra el SEÑOR Dios de vuestros padres, porque no os sucederá bien.

Isaías 8:10

Tomad consejo, y será deshecho; proferid palabra, y no será firme, porque Dios está con nosotros.

Hechos 11:17

Así que, si Dios les dio el mismo don también como a nosotros que hemos creído en el Señor Jesús el Cristo, ¿quién era yo que pudiera estorbar a Dios?

Salmos 2:2-5

Estarán los reyes de la tierra, y príncipes consultarán unidos contra el SEÑOR, y contra su ungido, diciendo: Rompamos sus coyundas, y echemos de nosotros sus cuerdas. El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.Leer más.
Entonces hablará a ellos con su furor, y con su ira los conturbará.

Job 15:20-26

Todos los días del impío, él es atormentado de dolor, y el número de años es escondido al violento. Estruendos espantosos hay en sus oídos; en la paz le vendrá quién lo asuele. El no creerá que ha de volver de las tinieblas, y siempre está mirando a la espada.Leer más.
Desasosegado viene a comer siempre, porque sabe que le está aparejado día de tinieblas. Tribulación y angustia le asombrarán, y se esforzarán contra él como un rey apercibido para la batalla. Por cuanto él extendió su mano contra Dios, y se esforzó contra el Todopoderoso, él le acometerá en la cerviz, en lo grueso de las hombreras de sus escudos;

Romanos 9:20

Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? O dirá el vaso de barro al que lo labró: ¿Por qué me has hecho tal?

Job 40:2

¿Es por ventura sabiduría contender con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda a esto.

Isaías 45:9-11

¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡El tiesto, contra los tiestos de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: Qué haces? y tu obra: No tiene forma. ¡Ay del que dice al padre: ¿Por qué engendraste? Y a la mujer: ¿Por qué diste a luz? Así dice el SEÑOR, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de las cosas por venir; inquiridme acerca de mis hijos, y acerca de la obra de mis manos.

Números 14:1-4

Entonces toda la congregación alzó grito, y dieron voces; y el pueblo lloró aquella noche. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Mejor que muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto que muriéramos! ¿Y por qué nos trae el SEÑOR a esta tierra para caer a espada y que nuestras mujeres y nuestros chiquitos sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?Leer más.
Y decían el uno al otro: Hagamos un capitán, y volvámonos a Egipto.

Números 20:13

Estas son las aguas de Meriba (la rencilla), por las cuales riñeron los hijos de Israel con el SEÑOR, y él se santificó en ellos.

Salmos 95:8-9

no endurezcáis vuestro corazón como en Meriba, como el día de Masá en el desierto; donde me tentaron vuestros padres, me probaron, y vieron mi obra.

Hechos 5:39

mas si es de Dios, no la podréis deshacer; no seáis tal vez hallados resistiendo a Dios.

1 Samuel 17:45

Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y escudo; mas yo vengo a ti en el nombre del SEÑOR de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, que tú has deshonrado.

Isaías 37:22-25

esto es lo que el SEÑOR habló de él: ¿Te ha menospreciado? Ha hecho escarnio de ti oh virgen hija de Sion? ¿Meneó su cabeza a tus espaldas oh hija de Jerusalén? ¿A quién injuriaste, y a quién blasfemaste? ¿Contra quién has alzado tu voz, y levantado tus ojos en alto? Contra el Santo de Israel. Por mano de tus siervos vituperaste al Señor, y dijiste: Yo con la multitud de mis carros subiré a las alturas de los montes, a las laderas del Líbano; cortaré sus altos cedros, sus hayas escogidas; vendré después a lo alto de su límite, al monte de su Carmelo.Leer más.
Yo cavé, y bebí las aguas; y con las pisadas de mis pies secaré todos los ríos de sustento.

Hechos 9:4-5

y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y él Señor dijo: YO SOY Jesús el Nazareno a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.

Génesis 32:24-28

Y se quedó Jacob solo, y luchó con él un varón, hasta que el alba subía. Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó la palma de su muslo, la palma del muslo de Jacob se descoyuntó luchando con él. Y dijo: Déjame, que el alba sube. Y él dijo: No te dejaré, si no me bendices.Leer más.
Y él le dijo: ¿Cómo es tu nombre? Y él respondió: Jacob. Y él dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has peleado con Dios y con los hombres, y has vencido.

Oseas 12:2-5

Pleito tiene el SEÑOR con Judá para visitar a Jacob conforme a sus caminos; le pagará conforme a sus obras. En el vientre tomó por el calcañar a su hermano, y con su fortaleza venció al ángel. Dominó al ángel, y prevaleció; lloró, y le rogó; en Bet-el le halló, y allí habló con nosotros.Leer más.
Mas el SEÑOR es Dios de los ejércitos; el SEÑOR es su memorial.

Romanos 7:14-25

Porque ya sabemos que la ley es espiritual; mas yo soy carnal, vendido a sujeción del pecado. Porque lo que cometo, no lo entiendo; y ni el (bien) que quiero, hago; antes lo que aborrezco, aquello hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la ley es buena.Leer más.
De manera que ya yo no obro aquello, sino el pecado que mora en mí. Y yo sé que en mí (es a saber, en mi carne) no mora el bien, porque tengo el querer, mas efectuar el bien no lo alcanzo. Porque no hago el bien que quiero; pero el mal que no quiero, éste hago. Y si hago lo que no quiero, ya no obro yo, sino el pecado que mora en mí. Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: Que el mal me es propio. Porque con el hombre interior, me deleito con la ley de Dios; mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros. ¡Miserable hombre de mí! ¿Quién me librará del cuerpo de esta muerte? La gracia de Dios, por Jesús, el Cristo, Señor nuestro. Así que, yo mismo con la mente sirvo a la ley de Dios, pero con la carne a la ley del pecado.

1 Corintios 9:25-27

Y todo aquel que lucha, en todo demuestra templanza; y ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible; mas nosotros, una incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a cosa incierta; de esta manera peleo, no como quien hiere el aire; antes sujeto mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre; para que predicando a los otros, no me haga yo reprobado.

Filipenses 3:10-14

por conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, en conformidad a su muerte, si en alguna manera llegara a la resurrección de los muertos. No que ya lo haya alcanzado, ni que ya sea perfecto; mas sigo para asirme de aquello como también soy asido del Cristo Jesús.Leer más.
Hermanos, yo mismo no hago cuenta de haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo al blanco, al premio del soberano llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

Éxodo 5:22-23

Entonces Moisés se volvió al SEÑOR, y dijo: Señor, ¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para qué me enviaste? Porque desde que yo vine al Faraón para hablarle en tu Nombre, ha afligido a este pueblo; y tú tampoco has librado a tu pueblo.

Salmos 73:16

Pensaré pues para entender esto; es a mis ojos duro trabajo.

Salmos 88:14-18

¿Por qué, oh SEÑOR, desechas mi alma? ¿Por qué escondes tu rostro de mí? Yo soy pobre y menesteroso; desde la juventud he llevado tus temores, he estado medroso. Sobre mí han pasado tus iras; tus espantos me han cortado.Leer más.
Me han rodeado como aguas de continuo; me han cercado a una. Has alejado de mí al amigo y al compañero; y mis conocidos has puesto en la tiniebla.

Habacuc 1:2-4

¿Hasta cuándo, oh SEÑOR, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás? ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que mire molestia, y destrucción y violencia delante de mí, habiendo además quien levante pleito y contienda? Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale verdadero; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcido el juicio.

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