122 Versículos de la Biblia sobre Mano de Dios
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Mi mano hizo todas estas cosas, y por ella todas estas cosas fueron, dijo el SEÑOR; a aquel pues miraré que es pobre y abatido de espíritu, y que tiembla a mi palabra.
¿Te parece bien que oprimas, y que deseches la obra de tus manos, y que resplandezcas sobre el consejo de los impíos?
Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú compusiste:
Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el extendimiento denuncia la obra de sus manos.
El SEÑOR cumplirá por mí; tu misericordia, oh SEÑOR, es para siempre; no dejarás la obra de tus manos.
Ciertamente mi mano fundó la tierra, y mi mano derecha midió los cielos con el palmo; al llamarlos yo, aparecieron juntamente.
Ahora pues, SEÑOR, tú eres nuestro padre; nosotros lodo, y tú el que nos obraste, así que obra de tus manos somos todos nosotros.
Porque en su mano están las profundidades de la tierra, y las alturas de los montes son suyas.
En su mano está el alma de todo viviente, y el espíritu de toda carne humana.
En tu mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos, y de mis perseguidores.
¿Quién midió las aguas con su puño; y aderezó los cielos con su palmo; y con tres dedos apañó el polvo de la tierra; y pesó los montes con balanza, y los collados con peso?
Daré en el desierto cedros, espinos, arrayanes, y olivas; pondré en la soledad hayas, olmos, y álamos juntamente; para que vean y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano del SEÑOR hace esto, y que el Santo de Israel lo crió.
y contra el Señor del cielo te has ensoberbecido, e hiciste traer delante de ti los vasos de su Casa, y tú y tus príncipes, tus mujeres y tus concubinas, bebisteis vino en ellos: además de esto, a dioses de plata, de oro, de bronce, de hierro, de madera, y de piedra, que ni ven, ni oyen, ni saben, diste alabanza; y al Dios en cuya mano está tu alma, y cuyos son todos tus caminos, nunca honraste.
Y él les echó las suertes, y su mano les repartió con cordel; por tanto para siempre la tendrán por heredad; de generación en generación morarán allí.
Y su resplandor fue como la luz; cuernos le salían de su mano; y allí estaba escondida su fortaleza.
Las riquezas y la gloria están delante de ti, y tú señoreas a todos; y en tu mano está la potencia y la fortaleza, y en tu mano la grandeza y fuerza de todas las cosas.
Voz de júbilo y de salud hay en las tiendas de los justos, la diestra del SEÑOR hace valentías. La diestra del SEÑOR es sublime, la diestra del SEÑOR hace valentías.
¿Por ventura no podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh Casa de Israel, dice el SEÑOR? He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh Casa de Israel.
Y todos los moradores de la tierra por nada son contados; y en el ejército del cielo, y en los moradores de la tierra, hace según su voluntad: ni hay quien estorbe con su mano, y le diga: ¿Qué haces?
Aunque cavaren hasta el Seol, de allá los tomará mi mano; y si subieren hasta el cielo, de allá los haré descender.
Así dijo el SEÑOR: Por tres pecados de Gaza, y por el cuarto, no la convertiré; porque llevó cautiva toda la cautividad, para entregarlos a Edom. Y meteré fuego en el muro de Gaza, y quemará sus palacios. Y talaré a los moradores de Azoto, y a los gobernadores de Ascalón; y tornaré mi mano sobre Ecrón, y el remanente de los palestinos perecerá, dijo el Señor DIOS.
si amolare el resplandor de mi espada, y mi mano arrebatare el juicio, yo volveré la venganza a mis enemigos, y daré el pago a los que me aborrecen.
Pero se agravó la mano del SEÑOR sobre los de Asdod, y los destruyó, y los hirió con hemorroides en Asdod y en todos sus términos. Y viendo esto los de Asdod, dijeron: No quede con nosotros el arca del Dios de Israel, porque su mano es dura sobre nosotros, y sobre nuestro dios Dagón. Enviaron, pues, a juntar a sí todos los cardinales de los filisteos, y dijeron: ¿Qué haremos del arca del Dios de Israel? Y ellos respondieron: Pásese el arca del Dios de Israel a Gat. Y pasaron allá el arca del Dios de Israel.Leer más.
Y aconteció que cuando la pasaron, la mano del SEÑOR fue contra la ciudad con gran quebrantamiento; e hirió a los hombres de aquella ciudad, desde el chico hasta el grande se llenaron de hemorroides.
Hablad según el corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido; que su iniquidad es perdonada; que doble ha recibido de la mano del SEÑOR por todos sus pecados.
Tú me dejaste, dice el SEÑOR, atrás te volviste; por tanto, yo extendí sobre ti mi mano, y te eché a perder; estoy cansado de arrepentirme.
Guímel: Cortó con la ira de su furor todo el cuerno de Israel; hizo volver atrás su diestra delante del enemigo; y se encendió en Jacob como llama de fuego que ha devorado alrededor.
Y extenderé mi mano sobre ellos, y tornaré la tierra asolada y espantosa, más que el desierto de Diblat, en todas sus habitaciones; y sabrán que yo soy el SEÑOR.
Y extenderé mi mano sobre Judá, y sobre todos los moradores de Jerusalén, y talaré de este lugar el remanente de Baal, y el nombre de sus religiosos con sus sacerdotes;
Ahora pues, he aquí la mano del Señor está contra ti, y quedarás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. Y luego cayeron en él oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quién le diera la mano.
Porque así me dijo el SEÑOR Dios de Israel: Toma de mi mano el vaso del vino de este furor, y da a beber de él a todos los gentiles a los cuales yo te envío. Y beberán, y temblarán, y enloquecerán delante de la espada que yo envío entre ellos. Y tomé el vaso de la mano del SEÑOR, y di de beber a todos los gentiles a los cuales me envió el SEÑOR:
Que la copa está en la mano del SEÑOR, y el vino es bermejo, lleno de mistura; y él derrama del mismo; ciertamente sus heces chuparán y tragarán todos los impíos de la tierra.
Despiértate, despiértate, levántate, oh Jerusalén, que bebiste de la mano del SEÑOR el cáliz de su furor, las heces del cáliz de angustia bebiste, y chupaste.
Te has llenado de deshonra en vez de honra; bebe tú también, y tu prepucio será descubierto; el cáliz de la mano derecha del SEÑOR volverá sobre ti, y vómito de afrenta caerá sobre tu gloria.
Oh vosotros mis amigos, tened compasión de mí, tened compasión de mí; porque la mano de Dios me ha tocado.
¿habíais vosotras de esperarlos hasta que fueran grandes? ¿Habíais vosotras de quedaros sin casar por amor de ellos? No, hijas mías; que mayor amargura tengo yo que vosotras, porque la mano del SEÑOR ha salido contra mí.
Y ellos dijeron: Si enviáis el arca del Dios de Israel, no la enviéis vacía; mas le pagaréis la expiación de la culpa; y entonces seréis sanos, y conoceréis por qué no se apartó de vosotros su mano.
Mas extiende ahora tu mano, y toca todo lo que tiene, y verás si no te blasfema en tu rostro.
En aquel día será Egipto como mujeres: porque se asombrará y temerá, en la presencia de la mano alta del SEÑOR de los ejércitos, que él ha de levantar sobre ellos.
Extendió su mano sobre el mar; hizo temblar los reinos. El SEÑOR mandó sobre Canaán que sus fuerzas sean debilitadas.
¿Por qué retraes tu mano, y tu diestra? ¿Por qué la escondes dentro de tu seno?
Para que sean librados tus amados; salva con tu diestra, y respóndeme.
Y dije: Enfermedad mía es ésta; me acordaré de los años de la diestra del Altísimo,
Envía tu mano desde lo alto; redímeme, y sácame de las muchas aguas, de la mano de los hijos extraños; cuya boca habla vanidad, y su diestra es diestra de mentira.
Si anduviere yo por medio de la angustia, tú me vivificarás; contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, y tu diestra me salvará.
Asimismo el extranjero, que no es de tu pueblo Israel, que hubiere venido de lejanas tierras a causa de tu nombre, (porque habrán oído de tu gran nombre, y de tu mano fuerte, y de tu brazo extendido), y viniere a orar a esta Casa;
Y también al extranjero que no fuere de tu pueblo Israel, que hubiere venido de lejanas tierras a causa de tu gran Nombre, y de tu mano fuerte, y de tu brazo extendido, si vinieren, y oraren en esta Casa,
Cantad al SEÑOR canción nueva, porque ha hecho maravillas; su diestra lo ha salvado, y el brazo de su santidad.
Y acontecerá en aquel tiempo, que el SEÑOR tornará a poner otra vez su mano, para poseer el remanente de su pueblo que fue dejado de Assur, de Egipto, de Patros, de Etiopía, de Elam, de Caldea, de Hamat, y de las islas del mar.
Y los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis ordenanzas, ni guardaron mis derechos para ponerlos por obra, los cuales el hombre que los cumpliere, vivirá por ellos; profanaron mis sábados. Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto. Mas retraje mi mano, y obré por causa de mi Nombre para que no se infamara a vista de los gentiles, delante de cuyos ojos los saqué.
Duélete y gime, hija de Sion como mujer de parto; porque ahora saldrás de la ciudad, y morarás en el campo, y llegarás hasta Babilonia; allí serás librada, allí te redimirá el SEÑOR de la mano de tus enemigos.
Y Moisés dijo al pueblo: Tened memoria de este día, en el cual habéis salido de Egipto, de la casa de servidumbre; pues el SEÑOR os ha sacado de aquí con mano fuerte; por tanto, no comeréis leudado.
Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte. Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir.
Y te será como una señal sobre tu mano, y como una memoria delante de tus ojos, para que la ley del SEÑOR esté en tu boca; por cuanto con mano fuerte te sacó el SEÑOR de Egipto.
Y acuérdate que fuiste siervo en tierra de Egipto, y que el SEÑOR tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y brazo extendido; por lo cual el SEÑOR tu Dios te ha mandado que guardes el día del sábado.
sino porque el SEÑOR os amó, y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha sacado el SEÑOR con mano fuerte, y os ha rescatado de casa de siervos, de la mano del Faraón, rey de Egipto.
Ellos, pues, son tus siervos y tu pueblo, los cuales rescataste con tu gran fortaleza, y con tu mano fuerte.
y sacaste tu pueblo Israel de tierra de Egipto con señales y portentos, y con mano fuerte y brazo extendido, con terror grande;
Ahora pues, Señor Dios nuestro, que sacaste tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa, y ganaste para ti Nombre clarísimo, como hasta hoy parece; hemos pecado, impíamente hemos hecho.
No temas, que yo estoy contigo; no desmayes, que yo soy tu Dios, que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Al SEÑOR he puesto siempre delante de mí; porque estando El a mi diestra, no seré conmovido.
Me diste asimismo el escudo de tu salud; y tu diestra me sustentará, y tu mansedumbre me multiplicará.
Yo, el SEÑOR, te llamé en justicia, y por tu mano te tendré; te guardaré y te pondré por alianza del pueblo, por luz de los gentiles;
Pero yo dije: Por demás he trabajado; en vano y sin provecho, he consumido mi fortaleza; mas mi juicio está delante del SEÑOR, y mi recompensa con mi Dios.
Mi Padre que me las dio, mayor que todos es y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.
Aun antes que hubiera día, yo era; y no hay quien de mi mano escape; si yo hiciere, ¿quién lo estorbará?
Y partimos del río de Ahava el doce del mes primero, para ir a Jerusalén; y la mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, el cual nos libró de mano del enemigo y del acechador en el camino.
y será que, cuando pasare mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado. Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas mis faces no se verán.
E invocó Jabes al Dios de Israel, diciendo: ¡Oh si me dieras bendición, y ensancharas mi término, y si tu mano fuera conmigo, y me libraras de mal, que no me dañe! E hizo Dios que le viniera lo que pidió.
Porque yo, el SEÑOR, soy tu Dios, que te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudaré.
Y puso mi boca como espada aguda, con la sombra de su mano me cubrió; y me puso por saeta limpia, me guardó en su aljaba.
Y extendió el SEÑOR su mano, y tocó sobre mi boca; y me dijo el SEÑOR: He aquí he puesto mis palabras en tu boca.
Porque el SEÑOR me dijo de esta manera con mano fuerte, y me enseñó que no caminara por el camino de este pueblo, diciendo:
No me senté en compañía de burladores, ni me engreí a causa de tu profecía; me senté solo, porque me llenaste de indignación.
vino Palabra del SEÑOR a Ezequiel sacerdote, hijo de Buzi, en la tierra de los caldeos, junto al río de Quebar; y vino allí sobre él la mano del SEÑOR.
Y el Espíritu me levantó, y me tomó; y fui en amargura, en la indignación de mi espíritu, pero la mano del SEÑOR era fuerte sobre mí.
Y la mano del SEÑOR había sido sobre mí la tarde antes que el escapado viniera, y había abierto mi boca, hasta que vino a mí por la mañana; y abrió mi boca, y nunca más estuve mudo.
Y la mano del SEÑOR fue sobre mí, y me sacó en el Espíritu del SEÑOR, y me puso en medio de un campo que estaba lleno de huesos.
En el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del año, a los diez del mes, a los catorce años después que la ciudad fue herida, en aquel mismo día fue sobre mí la mano del SEÑOR, y me llevó allá.
Este Esdras subió de Babilonia, el cual era escriba diligente en la ley de Moisés, que dio el SEÑOR Dios de Israel; y le concedió el rey, según la mano del SEÑOR su Dios sobre él, todo lo que pidió.
En Judá también fue la mano de Dios para darles un solo corazón para cumplir el mandato del rey y de los príncipes, conforme a la palabra del SEÑOR.
Porque el primero del primer mes fue el principio de la partida de Babilonia, y al primero del mes quinto llegó a Jerusalén, según la buena mano de su Dios sobre él.
Y nos trajeron (según la buena mano de nuestro Dios sobre nosotros), un varón entendido de los hijos de Mahli, hijo de Leví, hijo de Israel; y a Serebías con sus hijos y sus hermanos, dieciocho;
y carta para Asaf, guarda de la huerta del rey, a fin que me dé madera para enmaderar los portales del palacio de la Casa, y para el muro de la ciudad, y la casa donde entraré. Y me lo otorgó el rey, según la benéfica mano del SEÑOR sobre mí.
Como los repartimientos de las aguas, así está el corazón del rey en la mano del SEÑOR; a todo lo que quiere lo inclina.
Así dice el SEÑOR a su Mesías, a Ciro, al cual yo tomé por su mano derecha, para sujetar gentiles delante de él, y desatar lomos de reyes. Para abrir delante de él puertas; y las puertas no se cerrarán:
Y todos los que las oían, las conservaban en su corazón, diciendo: ¿Quién será este niño? Y la mano del Señor estaba con él.
Y les diste pan del cielo en su hambre, y en su sed les sacaste aguas de la piedra; y les prometiste que entraran a poseer la tierra, por la cual alzaste tu mano que se la habías de dar.
Y os meteré en la tierra, por la cual alcé mi mano que la daría a Abraham, a Isaac y a Jacob; y yo os la daré por heredad. Yo soy el SEÑOR.
vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano de haceros habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun.
Cuando yo alzaré a los cielos mi mano, y diré: Vivo yo para siempre,
Y la heredaréis así los unos como los otros; por ella alcé mi mano que la había de dar a vuestros padres; por tanto, esta tierra os caerá en heredad.
por delante los sirios, y por las espaldas los filisteos; y con toda la boca se tragarán a Israel. Ni con todo eso cesará su furor, antes todavía su mano está extendida.
SEÑOR, cuando se levante tu mano, no verán; verán al cabo, y se avergonzarán con celo del pueblo. Y a tus enemigos fuego los consumirá.
Más él, estando lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.
El SEÑOR dijo a mi Señor; siéntate a mi diestra, entretanto que pongo tus enemigos por estrado de tus pies.
A éste Dios ha ensalzado con su diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y remisión de pecados.
¿Quién es el que los condenará? Cristo, Jesús, es el que murió; más aun, el que también resucitó, quien además está a la diestra de Dios, el que también demanda por nosotros.
Si habéis pues resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está el Cristo sentado a la diestra de Dios.
el cual siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia, y sustentando todas las cosas con la palabra de su potencia, habiendo hecho la purgación de nuestros pecados por sí mismo, se sentó a la diestra de la majestad en las alturas,
el cual está a la diestra de Dios, siendo subido al cielo; a quien están sujetos los ángeles, las Potestades, y Virtudes.
Humillaos pues bajo la poderosa mano de Dios, para que él os ensalce cuando fuere tiempo,
Y contra Israel dice: Todo el día extendí mis manos a un pueblo desobediente y contradictor.
Extendí mis manos todo el día a pueblo rebelde, el cual anda por camino no bueno, en pos de sus pensamientos;
Porque no entendieron las obras del SEÑOR, y el hecho de sus manos, los derribará, y no los edificará.
Me acordé de los días antiguos; meditaba en todas tus obras, meditaba en las obras de tus manos.
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Job 36:32Con las nubes encubre la luz, y les manda que vayan contra ella.