50 Versículos de la Biblia sobre mantenerse fuerte durante tiempos difíciles

Si flaqueares en el día de adversidad, tu fuerza será reducida.

Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fortaleza.

Mas también si te casas, no pecaste; y si la virgen se casa, no pecó; pero aflicción de carne tendrán los tales; pero yo os dejo.

No serán avergonzados en el mal tiempo; y en los días de hambre serán saciados.

Dad licor al desfallecido, y el vino a los de ánimo amargado.

En el día del bien goza del bien; y en el día del mal considera. Dios también hizo esto delante de lo otro, para que el hombre no descubra nada después de él.

Diligentes, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.

En el día que clamé, me respondiste; me fortaleciste con fortaleza en mi alma.

orando en todo tiempo, con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;

Así que los que somos fuertes debemos sobrellevar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos.

teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos a la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;

el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos nosotros consolar a los que están en cualquier angustia, con la consolación con que nosotros mismos somos consolados de Dios.

«Al Músico principal; para los hijos de Coré: Salmo sobre Alamot» Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.

Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; la plaza volverá a ser edificada, y el muro, en tiempos angustiosos.

Él es la Roca, cuya obra es perfecta, porque todos sus caminos son rectitud: Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad; justo y recto es Él.

Por tanto, el prudente en tal tiempo calla, porque el tiempo es malo.

arraigados y sobreedificados en Él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en ella con acciones de gracias.

Mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo.

Sabe también esto; que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.

En todo tiempo ama el amigo; y el hermano nace para los tiempos de adversidad.

Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.

¡Ay de los que se levantan de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la noche, hasta que el vino los enciende!

Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años, de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento;

Y esto os será para testimonio.

porque habrá entonces gran tribulación, cual no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni jamás habrá.

reteniendo la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.

Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

para darle reposo de los días de aflicción, en tanto que para el impío se cava el hoyo.

Los cuales le dijeron: Ezequías dice así: Día de angustia, de reprensión y de blasfemia, es este día; porque los hijos han llegado hasta el punto de nacer, y no hay fuerzas para dar a luz.

y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;

Porque el Señor Jehová me ayudará; por tanto no seré confundido; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado.

Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos, son gobernadas con un muy pequeño timón por donde quiere el que las gobierna.

Y estando en agonía, oraba más intensamente; y fue su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.

Por lo cual me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias por amor a Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy poderoso.

para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro que perece, aunque sea probado con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra, en la manifestación de Jesucristo,

Pero sus mentes fueron cegadas; porque hasta el día de hoy cuando leen el antiguo testamento, permanece sin ser quitado el mismo velo, el cual Cristo abolió.

Pero ¡ay de las que estén encintas, y de las que amamanten en aquellos días! porque habrá gran angustia sobre la tierra, e ira sobre este pueblo.

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.

Y entonces muchos se escandalizarán; y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán.

Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra fe; que fiel es el que prometió;

confirmando el alma de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe; y diciéndoles que es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios

en trabajo y fatiga, en muchas vigilias, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez.

Y por la mañana: Hoy habrá tempestad, porque el cielo tiene arreboles y está nublado. ¡Hipócritas! que sabéis discernir la faz del cielo; ¿Mas las señales de los tiempos no podéis?

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción.

Orad sin cesar.

Por tanto, alabé yo la alegría; pues el hombre no tiene mejor bien debajo del sol, que comer y beber y alegrarse; y que esto le quede de su trabajo los días de su vida que Dios le concede debajo del sol.

apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de flaqueza, fueron hechos fuertes en batallas, hicieron huir ejércitos extranjeros.

recordando sin cesar vuestra obra de fe, y trabajo de amor y paciencia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo, delante del Dios y Padre nuestro.