35 Versículos de la Biblia sobre Rayo
Versículos Más Relevantes
Y Moisés extendió su vara hacia el cielo, y Jehová hizo tronar y granizar, y el fuego se desparramó por la tierra; y llovió Jehová granizo sobre la tierra de Egipto. Hubo, pues, granizo, y fuego mezclado con el granizo, tan grande, cual nunca hubo en toda la tierra de Egipto desde que fue habitada.
He aquí que sobre él extiende su luz, y cobija con ella las profundidades del mar. Bien que por esos medios castiga a los pueblos, Él da sustento en abundancia. Con las nubes encubre la luz, y le manda no brillar, interponiendo aquéllas.Leer más.
Tocante a ella anunciará el trueno, su compañero, que hay acumulación de ira sobre el que se eleva.
Por el resplandor de su presencia se encendieron carbones ardientes.
¿Por qué camino se reparte la luz, y se esparce el viento solano sobre la tierra?
Les dio granizo en vez de lluvia, y llamas de fuego en su tierra.
Sus relámpagos alumbraron el mundo; la tierra vio, y se estremeció.
Él hace subir las nubes de los extremos de la tierra; hace los relámpagos para la lluvia; saca los vientos de sus depósitos.
El que hizo la tierra con su poder, el que puso en orden el mundo con su sabiduría, y extendió los cielos con su inteligencia; a su voz se da muchedumbre de aguas en el cielo, y hace subir las nubes de lo postrero de la tierra; hace los relámpagos con la lluvia, y saca el viento de sus depósitos.
Y hubo voces, y relámpagos y truenos; y hubo un gran temblor, un terremoto tan grande, cual no hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra.
Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestidura blanca y resplandeciente.
Para degollar víctimas está afilada, pulida está para que relumbre. ¿Hemos de alegrarnos? Al cetro de mi hijo ha menospreciado como a una vara cualquiera.
Y su cuerpo era como el berilo, y su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce resplandeciente, y la voz de sus palabras como la voz de una multitud.
El sol y la luna se pararon en su estancia; a la luz de tus saetas anduvieron, y al resplandor de tu fulgente lanza.
Y Jehová será visto sobre ellos, y su saeta saldrá como un relámpago; y Jehová el Señor tocará la trompeta, e irá con torbellinos del sur.
Y aconteció que estando ellas perplejas de esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes;
Aún estaba éste hablando, y vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y los criados, y los consumió; solamente escapé yo para traerte la noticia.
Y Elías respondió, y dijo al capitán de cincuenta: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y te consuma con tus cincuenta. Y descendió fuego del cielo, que lo consumió a él y a sus cincuenta. Volvió el rey a enviar a él otro capitán de cincuenta con sus cincuenta; y le habló, y dijo: Varón de Dios, el rey dice así: Desciende pronto. Y les respondió Elías, y dijo: Si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo, y te consuma con tus cincuenta. Y el fuego de Dios descendió del cielo y lo consumió a él y a sus cincuenta.
Y viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, y los consuma, así como hizo Elías?
Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos, y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los devoró.
Y aconteció al tercer día cuando vino la mañana, que vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de trompeta muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento.
Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete Espíritus de Dios.
Todo el pueblo percibía los truenos y los relámpagos, y el sonido de la trompeta, y el monte que humeaba. Y viéndolo el pueblo, temblaron, y se pusieron de lejos.
Y miré, y he aquí un viento tempestuoso venía del norte, una gran nube, con un fuego envolvente, y en derredor suyo un resplandor, y en medio del fuego una cosa que parecía como de ámbar,
Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo voces, y truenos, y relámpagos, y terremotos.
Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto fue vista en su templo. Y hubo relámpagos, y voces, y truenos, y un terremoto, y grande granizo.
Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre.
Porque como el relámpago, que resplandeciendo, alumbra de un extremo al otro bajo del cielo, así también será el Hijo del Hombre en su día.
Por esta causa corté con los profetas, con las palabras de mi boca los maté; y tus juicios serán como luz que sale.
Los carros se precipitarán en las calles, discurrirán por las plazas; su parecer como antorchas encendidas; correrán como relámpagos.
Y Él les dijo: Yo vi a Satanás caer del cielo como un rayo.