18 Versículo de la Biblia sobre Ser traicionado
Versículos Más Relevantes
Angustiado Él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.
Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?
Y sabemos que todas las cosas ayudan a bien, a los que aman a Dios, a los que conforme a su propósito son llamados.
Aun mi íntimo amigo, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, levantó contra mí su calcañar.
Por lo cual estoy seguro que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra criatura nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
«Al Músico principal; para los hijos de Coré: Salmo sobre Alamot» Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Y ahora, así dice Jehová Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú. Cuando pasares por las aguas, yo seré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pasares por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo soy Jehová tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador: A Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Y les dije: Si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata. Y me dijo Jehová: Échalo al tesoro, ¡hermoso precio con que me han apreciado! Y tomé las treinta piezas de plata, y las eché al tesoro en la casa de Jehová.
Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y esputos.
Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas Él herido fue por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros.
Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, el espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y harán llanto sobre Él, como llanto sobre unigénito, afligiéndose sobre Él como quien se aflige sobre primogénito.
Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su alma hasta la muerte, y fue contado con los transgresores; Y llevó Él el pecado de muchos e hizo intercesión por los transgresores.
Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque Él nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.
Entonces uno de los doce, llamado Judas Iscariote, fue a los príncipes de los sacerdotes, y les dijo: ¿Qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y convinieron con él por treinta piezas de plata. Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarle.
El que anda en chismes descubre el secreto; no te entremetas, pues, con el que lisonjea con sus labios.