21 Versículo de la Biblia sobre Una Iglesia

Así muchos somos un cuerpo en Cristo, mas todos miembros los unos de los otros.

Porque un pan, es que muchos somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel un pan.

Mas ahora muchos miembros son á la verdad, empero un cuerpo.

Y reconciliar por la cruz con Dios á ambos en un mismo cuerpo, matando en ella las enemistades.

Un cuerpo, y un Espíritu; como sois también llamados á una misma esperanza de vuestra vocación:

Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, á la cual asimismo sois llamados en un cuerpo; y sed agradecidos.

Porque de la manera que el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, empero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un cuerpo, así también Cristo.

Porque por un Espíritu somos todos bautizados en un cuerpo, ora Judíos ó Griegos, ora siervos ó libres; y todos hemos bebido de un mismo Espíritu.

Porque él es nuestra paz, que de ambos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación; Dirimiendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos en orden á ritos, para edificar en sí mismo los dos en un nuevo hombre, haciendo la paz,

No hay Judío, ni Griego; no hay siervo, ni libre; no hay varón, ni hembra: porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.

Y no solamente por aquella nación, mas también para que juntase en uno los hijos de Dios que estaban derramados.

Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo á ti vengo. Padre santo, á los que me has dado, guárdalos por tu nombre, para que sean una cosa, como también nosotros.

Y yo, la gloria que me diste les he dado; para que sean una cosa, como también nosotros somos una cosa.

Yo en ellos, y tú en mí, para que sean consumadamente una cosa; que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado, como también á mí me has amado.

Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa: para que el mundo crea que tú me enviaste.

También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también me conviene traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.

Solícitos á guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.

Hasta que todos lleguemos á la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, á un varón perfecto, á la medida de la edad de la plenitud de Cristo:

Y sobre todas estas cosas vestíos de caridad, la cual es el vínculo de la perfección.

Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma: y ninguno decía ser suyo algo de lo que poseía; mas todas las cosas les eran comunes.

Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos: por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,