56 Versículos de la Biblia sobre Voces
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la cual, cuando reconoció la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que corrió adentro, y dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta.
Y se acercó Jacob a su padre Isaac; y él le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, mas las manos, son las manos de Esaú.
Y cuando estaban cerca de la casa de Micaía, reconocieron la voz del joven levita; y llegándose allá, le dijeron: ¿Quién te ha traído por acá? ¿Y qué haces aquí? ¿Y qué tienes tú por aquí?
Y aconteció que, cuando David acabó de decir estas palabras a Saúl, Saúl dijo: ¿No es ésta la voz tuya, hijo mío David? Y alzando Saúl su voz lloró.
Y conociendo Saúl la voz de David, dijo: ¿No es ésta tu voz, hijo mío David? Y David respondió: Mi voz es, rey señor mío.
Y Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras de Jehová, y todos los derechos: y todo el pueblo respondió a una voz, y dijeron: Ejecutaremos todas las palabras que Jehová ha dicho.
Y Samuel dijo a todo el pueblo: ¿Habéis visto al que ha elegido Jehová, que no hay semejante a él en todo el pueblo? Entonces el pueblo clamó con alegría, diciendo: ¡Viva el rey!
sucedió pues, que cuando los trompetistas y cantores al unísono hicieron oír su voz para alabar y dar gracias a Jehová; cuando elevaron la voz con trompetas y címbalos e instrumentos de música, y alabaron a Jehová, diciendo: Porque Él es bueno, porque para siempre es su misericordia, la casa se llenó entonces de una nube, la casa de Jehová.
Entonces sacaron al hijo del rey, le pusieron la corona, le dieron el testimonio y le proclamaron rey; y Joiada y sus hijos le ungieron, diciendo luego: ¡Viva el rey!
Entonces toda la congregación respondió, y dijo en alta voz: Así se haga conforme a tu palabra.
Pero cuando supieron que era judío, todos a una voz gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios!
Y le oyeron hasta esta palabra; entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra a tal hombre, porque no conviene que viva.
Y se paró, y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué salís a dar batalla? ¿No soy yo filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí.
¿A quién has injuriado y a quién has blasfemado? ¿Y contra quién has alzado tu voz, y has alzado en alto tus ojos? Contra el Santo de Israel.
¿A quién injuriaste y a quién blasfemaste? ¿Contra quién has alzado tu voz, y levantado tus ojos en alto? Contra el Santo de Israel.
Se levantó, pues, David de mañana, y dejando las ovejas al cuidado de un guarda, se fue con su carga, como Isaí le había mandado; y llegó a la trinchera al momento que el ejército salía a la batalla dando el grito de guerra.
Entonces los de Judá alzaron grito; y así que ellos alzaron el grito, sucedió que Dios desbarató a Jeroboam y a todo Israel delante de Abías y de Judá:
Reuníos, pueblos, y seréis quebrantados; oíd, todos los que sois de lejanas tierras; ceñíos, y seréis quebrantados; apercibíos, y seréis quebrantados.
Decid a las naciones; he aquí, haced oír sobre Jerusalén: Guardas vienen de tierra lejana, y darán su voz sobre las ciudades de Judá.
Yo soy hoy día de edad de ochenta años, ¿podré distinguir entre lo bueno y lo malo? ¿Tomará gusto ahora tu siervo en lo que coma o beba? ¿Oiré más la voz de los cantores y de las cantoras? ¿Para qué, pues, sería aún tu siervo molesto a mi señor el rey?
Y haré cesar de las ciudades de Judá, y de las calles de Jerusalén, voz de gozo y voz de alegría, voz de desposado y voz de desposada; porque la tierra será desolada.
Porque así dice Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo haré cesar en este lugar, delante de vuestros ojos y en vuestros días, toda voz de gozo y toda voz de alegría, toda voz de desposado y toda voz de desposada.
Y haré que perezca de entre ellos la voz de gozo y la voz de alegría, la voz de desposado y la voz de desposada, el ruido de piedras de molino y la luz de la lámpara.
voz de gozo y voz de alegría, voz de desposado y voz de desposada, voz de los que digan: Alabad a Jehová de los ejércitos, porque Jehová es bueno, porque para siempre es su misericordia; voz de los que traigan alabanza a la casa de Jehová. Porque volveré a traer la cautividad de la tierra como al principio, dice Jehová.
Y vino el pueblo a la casa de Dios, y se estuvieron allí hasta la tarde delante de Dios; y alzando su voz hicieron gran llanto, y dijeron:
Cuando Esaú oyó las palabras de su padre clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí, padre mío.
Entonces toda la congregación gritó y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche.
Tuve angustia, invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios; y Él oyó mi voz desde su templo; llegó mi clamor a sus oídos.
En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios: Él oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de Él, a sus oídos.
Y a la puesta del sol salió un pregón por el campamento que decía: ¡Cada uno a su ciudad, y cada cual a su tierra!
Porque oí una voz como de mujer que está de parto, angustia como de primeriza; voz de la hija de Sión que lamenta y extiende sus manos, diciendo: ¡Ay ahora de mí! que mi alma desmaya a causa de los asesinos.
Y harán oír su voz sobre ti, y gritarán amargamente, y echarán polvo sobre sus cabezas, y se revolcarán en la ceniza.
y llegándose cerca del foso llamó a voces a Daniel con voz triste. Y el rey habló a Daniel y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves ¿te ha podido librar de los leones?
Voz fue oída en Ramá, lamentación, lloro y gemido grande, Raquel que llora a sus hijos, y no quiso ser consolada, porque perecieron.
Así dice Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo: Raquel que llora por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de sus hijos, porque perecieron.
Truena Dios maravillosamente con su voz; Él hace grandes cosas, que nosotros no entendemos.
Estas palabras habló Jehová a toda vuestra congregación en el monte, de en medio del fuego, de la nube y de la oscuridad, a gran voz: y no añadió más. Y las escribió en dos tablas de piedra, las cuales me dio a mí.
Los pueblos huyeron a la voz del estruendo; las naciones fueron esparcidas al levantarte tú.
y he aquí la gloria del Dios de Israel, que venía del oriente; y su voz era como el sonido de muchas aguas, y la tierra resplandecía a causa de su gloria.
Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo, que decía: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez. Y la multitud que estaba presente, y había oído, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado.
Y viendo la mujer a Samuel, clamó en alta voz, y habló aquella mujer a Saúl, diciendo: ¿Por qué me has engañado? pues tú eres Saúl.
Y se levantaron los levitas de los hijos de Coat y de los hijos de Coré, para alabar a Jehová el Dios de Israel a fuerte y alta voz.
Súbete sobre un monte alto, oh Sión, tú que traes buenas nuevas; levanta fuertemente tu voz, oh Jerusalén, tú que traes buenas nuevas; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡He aquí vuestro Dios!
Y estaba en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu de un demonio inmundo, el cual exclamó a gran voz,
Entonces dando grandes voces, y tapándose sus oídos, arremetieron a una contra él.
Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego una voz suave y delicada. Y al oírla Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se paró a la puerta de la cueva. Y he aquí vino una voz a él, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?
He aquí, estas cosas son sólo parte de sus caminos: ¡Mas cuán poco hemos oído de Él! Pero el estruendo de su poder, ¿quién lo puede comprender?
Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz;
Lejos del ruido de los arqueros, en los abrevaderos, allí repetirán los hechos justos de Jehová, los hechos justos para con los habitantes de sus aldeas en Israel; entonces descenderá el pueblo de Jehová a las puertas.
y puesto en pie, bendijo a toda la congregación de Israel, diciendo en voz alta:
Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y decían: Porque Él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con gran júbilo, alabando a Jehová, porque se echaban los cimientos de la casa de Jehová.
«Al Músico principal: De los hijos de Coré: Salmo» Pueblos todos, batid las manos; aclamad a Dios con voz de júbilo.
«Salmo de alabanza» Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que Jehová es Dios: Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos. Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.Leer más.
Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; dadle gracias, bendecid su nombre.