41 Versículo de la Biblia sobre la fe y la sanación
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y la oración de fe hará salvo al enfermo, y el Señor lo aliviará; y si estuviere en pecados, le serán perdonados.
¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la Iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el Nombre del Señor;
Y Jesús le dijo: Ve, tu fe te ha salvado. Y luego recibió la vista, y seguía a Jesús en el camino.
Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh mujer, grande es tu fe; sea hecho contigo como quieres. Y fue sana su hija desde aquella hora.
Sáname, oh SEÑOR, y seré sano; sálvame, y seré salvo, porque tú eres mi alabanza.
a otro, fe por el mismo Espíritu, y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu;
He aquí que yo le hago subir sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré abundancia de Paz y de Verdad.
El le dijo: Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote.
Y en la fe de su nombre, a éste que vosotros veis y conocéis, ha confirmado su Nombre; y la fe que por él es, ha dado a éste esta sanidad en presencia de todos vosotros.
Mas Jesús volviéndose, y mirándola, dijo: Confía, hija, tu fe te ha librado. Y la mujer fue libre desde aquella hora.
Entonces tocó los ojos de ellos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho.
Yo dije: SEÑOR, ten misericordia de mí; sana mi alma, porque contra ti he pecado.
Luego la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que era sana de aquel azote.
obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salud de vuestras almas.
Pero cuando la multitud fue echada fuera, entró, y la tomó de su mano, y se levantó la muchacha.
Y respondió el centurión, y dijo: Señor, no soy digno de que entres debajo de mi techado; mas solamente di con la palabra, y mi criado sanará.
Y cuando en la carne, en su piel, hubiere postema, y se sanare,
Y lo he presentado a tus discípulos, y no le han podido sanar.
Y una mujer, que tenía flujo de sangre hacía ya doce años, la cual había gastado en médicos toda su hacienda, y por ninguno había podido ser curada,
y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija está a la muerte; ven y pondrás las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá.
Entonces Jesús dijo al centurión: Ve, y como creiste te sea hecho. Y su criado fue sano en la misma hora.
Y no hizo allí muchas maravillas, a causa de la incredulidad de ellos.
Cuando Jesús vio a éste echado, y supo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: ¿Quieres ser sano?
Y oyéndolo Jesús, le respondió: No temas; cree solamente, y será salva.
Confesaos vuestras faltas unos a otros, y rogad los unos por los otros, para que seáis sanos. Porque la oración eficaz del justo, es muy poderosa.
diciendo: ¿Qué quieres que te haga? Y él dijo: Señor, que vea.
¿Tienen todos dones de sanidad? ¿Hablan todos lenguas? ¿Interpretan todos?
¿Qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados; o decir: Levántate, y anda?
Y no pudo hacer allí alguna maravilla; solamente sanó unos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos.
Este oyó hablar a Pablo; el cual, como puso los ojos en él, y vio que tenía fe para ser sanado,
Porque a la verdad, a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;
Porque él es el que hace la plaga, y él la ligará; él hiere, y sus manos curan.
Luego la fe es por el oír; y el oído, por la palabra de Dios.
Y viendo Jesús la fe de ellos, dice al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.
Oyó Jesús que le habían echado fuera; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios?
porque decía entre sí: Si tocare solamente su vestido, seré libre.
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