39 Versículos de la Biblia sobre las medidas

Pero a cada uno de nosotros es dada la gracia conforme a la medida del don del Cristo.

Pesas perfectas y justas tendrás; efa perfecto y justo tendrás; para que tus días sean prolongados sobre la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.

Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida, y rebosando darán en vuestro seno; porque con la misma medida que midiereis, os será vuelto a medir.

Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados; y con la medida con que medís, os volverán a medir.

Y midió su muro de ciento cuarenta y cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel.

Así dijo el SEÑOR: Si los cielos arriba se pueden medir, y buscarse abajo los fundamentos de la tierra, también yo desecharé toda la simiente de Israel por todo lo que hicieron, dijo el SEÑOR.

Les dijo también: Mirad lo que oís: con la medida que medís, os medirán otros, y será añadido a vosotros los que oís.

El carpintero tiende la regla, lo señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con el compás, lo hace a forma de varón, a semejanza de hombre hermoso, para que esté sentado en casa.

No hagáis agravio en juicio, en medida de tierra, ni en peso, ni en otra medida.

El efa y el bato serán de una misma medida; que el bato tenga la décima parte del homer, y la décima parte del homer el efa; la medida de ellos será según el homer.

Alcé después mis ojos, y miré y he aquí un varón que tenía en su mano un cordel de medir.

Y le dije: ¿A dónde vas? Y él me respondió: A medir a Jerusalén, para ver cuánta es su anchura, y cuánta su longitud.

¡Vosotros también llenad la medida de vuestros padres!

Su dimensión es más larga que la tierra, y más ancha que el mar.

Digo pues por la gracia que me es dada, a todos los que están entre vosotros, que no sepan más de lo que conviene saber; mas que sepan con templanza, cada uno conforme a la medida de fe que Dios repartió.

Y éstas son las medidas del altar en codos (el codo de a codo y palmo). El aro del medio, de un codo, y de un codo el ancho; y su remate por su borde alrededor, de un palmo. Este será el fondo alto del altar.

Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura.

Porque no osamos entremeternos o compararnos con algunos que se encomiendan a sí mismos; mas no entienden que ellos, consigo mismos se miden, y a sí mismos se comparan.

Pero nosotros no nos gloriaremos más allá de nuestra medida, sino conforme a la medida de la regla, de la medida que Dios nos repartió, para llegar aun hasta vosotros.

Y la ciudad está situada y puesta cuadrangular, y su largura es tanta como su anchura. Y él midió la Ciudad con la caña de oro, doce mil estadios; y la largura y la altura y la anchura de ella son iguales.

De manera que, teniendo diferentes dones según la gracia que nos es dada; si es profecía, conforme a la medida de la fe;

Haciendo peso al viento, y poniendo las aguas por medida;

¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel?

y conocer la caridad del Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.

Y midió la Casa, cien codos de largo; y el apartamiento, y el edificio, y sus paredes, de longitud de cien codos;

Y midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos.

Porque si en vosotros hay estas cosas, y abundan, no os dejarán estar ociosos, ni estériles en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.

Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; porque no le da Dios el Espíritu por medida.

¿Quién midió las aguas con su puño; y aderezó los cielos con su palmo; y con tres dedos apañó el polvo de la tierra; y pesó los montes con balanza, y los collados con peso?

Y un gomer es la décima parte del efa.

Estas son las medidas de que Salomón fundó el edificio de la Casa de Dios. La primera medida fue, la longitud de sesenta codos; y la anchura de veinte codos.

Y me fue dada una caña semejante a una vara, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él.

no gloriándonos más allá de nuestra medida en trabajos ajenos; sino teniendo esperanza del crecimiento de vuestra fe, que seremos muy engrandecidos entre vosotros, conforme a nuestra regla.

El peso falso abominación es al SEÑOR; mas la pesa cabal le agrada.

Y el que hablaba conmigo, tenía una caña de oro, para medir la ciudad, y sus puertas, y su muro.

E hizo los portales de sesenta codos, cada portal del atrio y del portal por todo alrededor.

Y beberás el agua por medida, la sexta parte de un hin; de tiempo en tiempo la beberás.

No te aíres, oh SEÑOR, sobremanera; ni tengas perpetua memoria de la iniquidad. He aquí, mira ahora, pueblo tuyo somos todos nosotros.