'Agripa' en la Biblia
Por aquel tiempo el rey Herodes (Agripa I) echó mano a algunos que pertenecían a la iglesia para maltratarlos.
Esa misma noche, cuando Herodes (Agripa I) estaba a punto de venir a buscarlo, Pedro estaba durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas; y unos guardias delante de la puerta custodiaban la cárcel.
Cuando Pedro volvió en sí, dijo: ``Ahora sé en verdad que el Señor ha enviado a Su ángel, y me ha rescatado de la mano de Herodes (Agripa I) y de todo lo que esperaba el pueblo de los Judíos."
Herodes (Agripa I), después de buscarlo y no encontrar{lo,} interrogó a los guardias y ordenó que los llevaran {para matarlos}. Después de esto Herodes (Agripa I) descendió de Judea a Cesarea, y se quedó allí por un tiempo.
Herodes (Agripa I) estaba muy enojado con los de Tiro y de Sidón. Pero ellos, de común acuerdo se presentaron ante él, y habiéndose ganado a Blasto, camarero del rey, pedían paz, pues su región era abastecida por el territorio del rey.
El día señalado, Herodes (Agripa I), vestido con ropa real, se sentó en la tribuna y comenzó a hablarles.
Al instante un ángel del Señor lo hirió, por no haber dado la gloria a Dios; y Herodes (Agripa I) murió comido de gusanos.
dijo: ``Te oiré cuando estén presentes también tus acusadores." Y mandó que lo guardaran en el Pretorio (la residencia oficial del gobernador) de Herodes (Agripa I).
Pasados varios días, el rey {Herodes} Agripa II y Berenice llegaron a Cesarea y fueron a saludar a Festo.
Entonces Agripa II {dijo} a Festo: ``A mí también me gustaría oír al hombre." ``Mañana lo oirás," dijo {Festo}.
Así que al día siguiente, cuando Agripa II y Berenice entraron al auditorio en medio de gran pompa, acompañados por los comandantes y los hombres importantes de la ciudad, por orden de Festo, fue traído Pablo.
Y Festo dijo: ``Rey Agripa y todos los demás aquí presentes con nosotros; éste es el {hombre} acerca del cual los Judíos, tanto en Jerusalén como aquí, me hicieron una petición declarando a gritos que no debe vivir más.
"Sin embargo, no tengo nada definido sobre él para escribirle a mi señor. Por eso lo he traído ante ustedes, y especialmente ante ti, rey Agripa, para que después de que se le interrogue, yo tenga algo que escribir.
Agripa II dijo a Pablo: ``Se te permite hablar en tu favor." Entonces Pablo, extendiendo la mano, comenzó su defensa:
``Con respecto a todo aquello de que los Judíos me acusan, me considero afortunado, {oh} rey Agripa, de poder presentar hoy mi defensa delante de usted,
``Por tanto, oh rey Agripa, no fui desobediente a la visión celestial,
"Rey Agripa, ¿cree usted {en} los profetas? Yo sé que cree."
Entonces Agripa II {le dijo} a Pablo: ``En poco tiempo me persuadirás a que me haga Cristiano."
Agripa II le dijo a Festo: ``Este hombre podría haber sido puesto en libertad, si no hubiera apelado al César."