'Almacenes' en la Biblia
A Obed-edom {le tocó} la del sur, y a sus hijos los almacenes.
A cargo de los almacenes del rey {estaba} Azmavet, hijo de Adiel. Y a cargo de los almacenes en el campo, en las ciudades, en las aldeas y en las torres {estaba} Jonatán, hijo de Uzías.
y de los olivares e higuerales que había en las campiñas, Baal-hanán, el gederita; y de los almacenes del aceite, Joás;
Entonces David dio a su hijo Salomón el plano del pórtico {del templo,} de sus edificios, almacenes, aposentos altos, cámaras interiores y del lugar del propiciatorio;
y el plano de todo lo que tenía en mente para los atrios de la casa del SEÑOR y para todas las cámaras alrededor, para los almacenes de la casa de Dios y para los almacenes de las cosas consagradas;
Y no se apartaron del mandamiento del rey tocante a los sacerdotes y a los levitas en cosa alguna, ni tocante a los almacenes.
{Hizo} también almacenes para el producto de granos, vino y aceite, corrales para toda clase de ganado y apriscos para los rebaños.
Matanías, Bacbuquías, Obadías, Mesulam, Talmón y Acub {eran} porteros que mantenían guardia en los almacenes junto a las puertas.
Aquel día fueron designados hombres a cargo de las cámaras destinadas a almacenes de las contribuciones, de las primicias y de los diezmos, para que recogieran en ellas, de los campos de las ciudades, las porciones dispuestas por la ley para los sacerdotes y levitas. Pues Judá se regocijaba por los sacerdotes y levitas que servían.
Y todo Judá trajo el diezmo del grano, del vino y del aceite, á los almacenes.
Y puse al frente de los almacenes al sacerdote Selemías, al escriba Sadoc, y a Pedaías, uno de los levitas; además de éstos estaba Hanán, hijo de Zacur, hijo de Matanías; porque se les consideraba dignos de confianza, y su responsabilidad {era} repartir {las raciones} a sus parientes.
El junta las aguas del mar como un montón; pone en almacenes los abismos.
Y veis aquí que yo habito en Mizpa, para estar delante de los caldeos que vendrán a nosotros; mas vosotros, coged el vino, y el pan, y el aceite, y ponedlo en vuestros almacenes, y quedaos en vuestras ciudades que habéis tomado.
Venid contra ella desde el cabo de la tierra: abrid sus almacenes: hacedla montones, y destruidla: no le queden reliquias.