'Ciento' en la Biblia
Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set.
Y vivió Set ciento cinco años, y engendró a Enós.
Y vivió Jared ciento sesenta y dos años, y engendró a Enoc.
Y vivió Matusalén ciento ochenta y siete años, y engendró a Lamec.
Y vivió Lamec ciento ochenta y dos años, y engendró un hijo:
Y dijo Jehová: No contenderá mi Espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años.
Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días.
Y las aguas retornaron gradualmente de sobre la tierra; y al cabo de ciento cincuenta días, las aguas decrecieron.
Y vivió Nacor, después que engendró a Taré, ciento diecinueve años, y engendró hijos e hijas.
Y fue la vida de Sara ciento veintisiete años; tantos fueron los años de la vida de Sara.
Y éstos fueron los días de vida que vivió Abraham; ciento setenta y cinco años.
Y éstos fueron los años de la vida de Ismael, ciento treinta y siete años: y exhaló el espíritu Ismael, y murió; y fue unido a su pueblo.
Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová.
Y fueron los días de Isaac ciento ochenta años.
Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación.
Y vivió Jacob en la tierra de Egipto diecisiete años: y fueron los días de Jacob, los años de su vida, ciento cuarenta y siete años.
Y habitó José en Egipto, él y la casa de su padre: y vivió José ciento diez años.
Y murió José de edad de ciento diez años; y lo embalsamaron, y fue puesto en un ataúd en Egipto.
Y éstos son los nombres de los hijos de Leví por sus linajes: Gersón, y Coat, y Merari: Y los años de la vida de Leví fueron ciento treinta y siete años.
Y los hijos de Coat: Amram, e Izhar, y Hebrón, y Uziel. Y los años de la vida de Coat fueron ciento treinta y tres años.
Y Amram tomó por esposa a Jocabed su tía, la cual le dio a luz a Aarón y a Moisés. Y los años de la vida de Amram fueron ciento treinta y siete años.
Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y constituirás a éstos sobre ellos caporales sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta y sobre diez.
Y escogió Moisés varones de virtud de todo Israel, y los puso por cabezas sobre el pueblo, caporales sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta, y sobre diez.
Todos los contados en el ejército de Judá, ciento ochenta y seis mil cuatrocientos, por sus escuadrones, irán delante.
Todos los contados en el ejército de Rubén, ciento cincuenta y un mil cuatrocientos cincuenta, por sus escuadrones, irán los segundos.
Todos los contados en el ejército de Efraín, ciento ocho mil cien, por sus escuadrones, irán los terceros.
Todos los contados en el ejército de Dan, ciento cincuenta y siete mil seiscientos; irán los postreros tras sus banderas.
Y su ofrenda fue un plato de plata de peso de ciento treinta siclos, y un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para presente;
Ofreció por su ofrenda un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para presente;
Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para presente;
Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario, ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para presente;
Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para presente;
Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para presente;
Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para presente;
Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para presente;
Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para presente;
Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para presente;
Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento y treinta siclos de peso, un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para presente;
Y su ofrenda fue un plato de plata de ciento treinta siclos de peso, un jarro de plata de setenta siclos, al siclo del santuario; ambos llenos de flor de harina amasada con aceite para presente;
Cada plato de ciento treinta siclos, cada jarro de setenta: toda la plata de los vasos, dos mil cuatrocientos siclos, al siclo del santuario.
Las doce cucharas de oro llenas de incienso, de diez siclos cada cuchara, al siclo del santuario: todo el oro de las cucharas, ciento veinte siclos.
Y era Aarón de edad de ciento veintitrés años, cuando murió en el monte Hor.
y les dijo: De edad de ciento veinte años soy hoy día; no puedo más salir ni entrar; además de esto Jehová me ha dicho: No pasarás este Jordán.
Y era Moisés de edad de ciento veinte años cuando murió; sus ojos nunca se oscurecieron, ni perdió su vigor.
Y después de estas cosas murió Josué, hijo de Nun, siervo de Jehová siendo de ciento diez años.
Y murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años.
Y Zeba y Zalmuna estaban en Carcor, y con ellos su ejército de como quince mil hombres, todos los que habían quedado de todo el campamento de los orientales; y los muertos habían sido ciento veinte mil hombres que sacaban espada.
Y cuando los príncipes de los filisteos pasaban revista a sus compañías de a ciento y de a mil hombres, David y sus hombres iban en la retaguardia con Aquís.
Entonces el rey les dijo: Yo haré lo que bien os pareciere. Y se puso el rey a la entrada de la puerta, mientras salía todo el pueblo de ciento en ciento y de mil en mil.
Y ofreció Salomón sacrificios de paz, los cuales ofreció a Jehová; veintidós mil bueyes, y ciento veinte mil ovejas. Así dedicaron el rey y todos los hijos de Israel la casa de Jehová.
Y había Hiram enviado al rey ciento veinte talentos de oro.
Y dio ella al rey ciento veinte talentos de oro, y gran cantidad de especiería, y piedras preciosas; nunca vino tan gran cantidad de especias, como la reina de Seba dio al rey Salomón.
Y venía y salía de Egipto, el carro por seiscientos siclos de plata, y el caballo por ciento cincuenta; y así los sacaban por mano de ellos, todos los reyes de los heteos, y de Siria.
Y cuando Roboam vino a Jerusalén, juntó toda la casa de Judá y la tribu de Benjamín, ciento ochenta mil hombres guerreros escogidos, para hacer guerra a la casa de Israel, y devolver el reino a Roboam hijo de Salomón.
Y aconteció que la misma noche salió el ángel de Jehová, e hirió en el campamento de los asirios ciento ochenta y cinco mil; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí, todo era cuerpos de muertos.
Y fueron los hijos de Ulam hombres valientes y vigorosos, arqueros diestros, los cuales tuvieron muchos hijos y nietos, ciento cincuenta. Todos éstos fueron de los hijos de Benjamín.
Y del otro lado del Jordán, de los rubenitas y de los gaditas y de la media tribu de Manasés, ciento veinte mil con todo tipo de armas de guerra.
De los hijos de Coat, Uriel el principal, y sus hermanos, ciento veinte.
De los hijos de Gersón, Joel el principal, y sus hermanos, ciento treinta;
de los hijos de Uziel, Aminadab el principal, y sus hermanos, ciento doce.
Y subían, y compraban en Egipto, un carro por seiscientas piezas de plata, y un caballo por ciento cincuenta; y así se compraban por medio de ellos para todos los reyes de los heteos, y para los reyes de Siria.
Y contó Salomón todos los hombres extranjeros que estaban en la tierra de Israel, después de haberlos ya contado David su padre, y fueron hallados ciento cincuenta y tres mil seiscientos.
El pórtico que estaba en la parte frontal del templo, tenía longitud de veinte codos, igual al ancho de la casa, y su altura de ciento veinte: y lo cubrió por dentro de oro puro.
y los levitas cantores, todos los de Asaf, los de Hemán, y los de Jedutún, juntamente con sus hijos y sus hermanos, vestidos de lino fino, estaban con címbalos y salterios y arpas al oriente del altar; y con ellos ciento veinte sacerdotes que tocaban trompetas;
Y ofreció el rey Salomón en sacrificio veintidós mil bueyes, y ciento veinte mil ovejas; y así dedicaron la casa de Dios el rey y todo el pueblo.
Y dio al rey ciento veinte talentos de oro, y gran cantidad de especias aromáticas y piedras preciosas; nunca hubo tales especias aromáticas como las que dio la reina de Seba al rey Salomón.
Y cuando Roboam vino a Jerusalén, juntó la casa de Judá y de Benjamín, ciento ochenta mil hombres, guerreros escogidos, para pelear contra Israel y volver el reino a Roboam.
Tras éste, Jozabad, y con él ciento ochenta mil apercibidos para la guerra.
Mas Joiada envejeció, y murió lleno de días; tenía ciento treinta años cuando murió.
Porque Peka, hijo de Remalías mató en Judá en un día ciento veinte mil, todos hombres valientes; por cuanto habían dejado a Jehová el Dios de sus padres.
Los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos.
Los varones de Anatot, ciento veintiocho.
Los hijos de Magbis, ciento cincuenta y seis.
Los cantores; los hijos de Asaf, ciento veintiocho.
Los hijos de los porteros: los hijos de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Acub, los hijos de Hatita, los hijos de Sobai; por todos, ciento treinta y nueve.
de los hijos de Secanías y de los hijos de Paros, Zacarías, y con él, en la línea de varones, ciento cincuenta;
y de los hijos de Selomit, el hijo de Josifías, y con él ciento sesenta varones;
y de los hijos de Azgad, Johanán, hijo de Catán, y con él ciento diez varones;
Además ciento cincuenta hombres de los judíos y magistrados, y los que venían a nosotros de las naciones que están en nuestros alrededores.
Los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y dos.
Los varones de Belén y de Netofa, ciento ochenta y ocho.
Los varones de Anatot, ciento veintiocho.
Los varones de Micmas, ciento veintidós.
Los varones de Betel y de Hai, ciento veintitrés.
Cantores: los hijos de Asaf, ciento cuarenta y ocho.
Porteros: los hijos de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Acub, los hijos de Hatita, los hijos de Sobai, ciento treinta y ocho.
y sus hermanos, hombres de grande vigor, ciento veintiocho; jefe de los cuales era Zabdiel, hijo de un hombre grande.
Y los porteros, Acub, Talmón, y sus hermanos, guardas en las puertas, ciento setenta y dos.
Y aconteció en los días de Asuero (el Asuero que reinó desde la India hasta Etiopía sobre ciento veintisiete provincias);
para mostrar él las riquezas de la gloria de su reino, y el esplendor de su gloriosa majestad, por muchos días, ciento ochenta días.
Entonces fueron llamados los escribanos del rey en el mes tercero, que es Siván, a veintitrés del mismo; y se escribió conforme a todo lo que mandó Mardoqueo, a los judíos, a los sátrapas, a los capitanes y a los príncipes de las provincias que había desde la India hasta Etiopía, ciento veintisiete provincias; a cada provincia según su escritura, y a cada pueblo conforme a su lengua, a los judíos también conforme a su escritura y lengua.
Y envió Mardoqueo cartas a todos los judíos, a las ciento veintisiete provincias del rey Asuero, con palabras de paz y de verdad,
Y después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación.
Y salió el ángel de Jehová, e hirió a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos.
Había noventa y seis granadas en cada hilera; todas ellas eran ciento sobre la red alrededor.
Pareció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte gobernadores, que estuviesen en todo el reino.
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