'Corta' en la Biblia
vuestros niños, vuestras mujeres, y tus extranjeros que habitan en medio de tu campamento, desde el que corta tu leña hasta el que saca tu agua;
Y Josué les respondió: Si eres pueblo tan grande, sube tú al monte, y corta para ti allí en la tierra del Pherezeo y de los gigantes, pues que el monte de Ephraim es angosto para ti.
Y aconteció que la misma noche le dijo el SEÑOR: Toma un toro del hato de tu padre, y otro toro de siete años, y derriba el altar de Baal que tu padre tiene, y corta también el bosque que está junto a él;
No anheles la noche, en la cual él corta los pueblos de su lugar.
Voz del SEÑOR que corta llamas de fuego.
Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra; que quiebra el arco, corta la lanza, y quema los carros en el fuego.
Como el que se corta los pies y bebe su daño, Así es el que envía algo por mano de un necio.
El que saca piedras, puede lastimarse con ellas, Y el que corta leña, puede lesionarse con ella.
El SEÑOR, pues, corta de Israel la cabeza y la cola, la hoja de palmera y el junco en un mismo día.
¿Se gloriará el hacha contra el que con ella corta? ¿Se ensoberbecerá la sierra contra el que la mueve? Como si el bordón se levantara contra los que lo levantan; como si se levantara la vara, ¿no es leño?
La cama es muy corta para estirarse en ella, y la manta muy estrecha para envolverse en ella.
Corta cedros para sí, toma un ciprés o una encina, y hace que sea fuerte entre los árboles del bosque; planta un pino y la lluvia lo hace crecer.
¿Por qué cuando vine no había nadie, {y} cuando llamé no había quien respondiera? ¿Acaso es tan corta mi mano que no puede rescatar, o no tengo poder para librar? He aquí, con mi reprensión seco el mar, convierto los ríos en desierto; sus peces hieden por falta de agua, mueren de sed.
Corta tu cabello, oh Jerusalén, y arrójalo, y levanta llanto sobre las alturas; porque Jehová ha desechado y abandonado a la generación objeto de su ira.
Todo árbol que no lleva buen fruto, se corta y se echa en el fuego.
Y les decía también una parábola: Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo para remendar un vestido viejo; pues si lo hace, rompe el nuevo, y el remiendo sacado de él no armoniza con el viejo.
Mas el que no tiene estas cosas, es ciego, y tiene la vista muy corta, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.