'Entiende' en la Biblia

También la persona que jurare, pronunciando con sus labios hacer mal o bien, en cualquiera cosa que el hombre profiere con juramento, y él no lo conociere; si después lo entiende, será culpable de una de estas cosas.

Ahora, pues, entiende y mira lo que has de hacer, porque el mal está del todo resuelto contra nuestro amo y contra toda su casa; pues él es tan hijo de Belial, que no hay quien pueda hablarle.

Y tú, Salomón, hijo mío, conoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto, y con ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende toda imaginación de los pensamientos. Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, Él te desechará para siempre.

¿Qué cosa de todas éstas no entiende que la mano de Jehová la hizo?

Sus hijos alcanzan honor, y él no lo sabe; o son humillados, y no entiende de ellos.

Dios entiende el camino de ella, y Él conoce su lugar.

Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; mas el hombre no entiende.

El hombre que está en honra y no entiende, semejante es a las bestias que perecen.

El hombre necio no sabe, y el insensato no entiende esto:

Todas ellas son rectas al que entiende, y razonables a los que han hallado sabiduría.

Conoce el justo la causa de los pobres; mas el impío no entiende sabiduría.

Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y caí sobre mi rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión será para el tiempo del fin.

Al principio de tus súplicas fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, el asunto, y considera la visión.

Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; la plaza volverá a ser edificada, y el muro, en tiempos angustiosos.

Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Éste es el que fue sembrado junto al camino.

Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye la palabra y la entiende, y lleva fruto; y lleva uno a ciento, y otro a sesenta, y otro a treinta por uno.

Porque el que habla en lengua desconocida, no habla a los hombres, sino a Dios; pues nadie le entiende, aunque en espíritu hable misterios.