'Entrada' en la Biblia
porque poco tenías antes de mi venida , y ha crecido en multitud; y el SEÑOR te ha bendecido con mi entrada; y ahora ¿cuándo tengo de hacer yo también por mi propia casa?
Y se llegaron a aquel varón que presidía en la casa de José, y le hablaron a la entrada de la casa.
Y partidos de Sucot, asentaron campo en Etam, a la entrada del desierto.
y el altar del incienso, y sus varas, y el aceite de la unción, y el incienso aromático, y la cortina de la puerta, para la entrada del tabernáculo.
Del monte de Hor señalaréis a la entrada de Hamat, y serán las salidas de aquel término a Zedad;
Estas son las heredades que Eleazar sacerdote, y Josué hijo de Nun, y los principales de los padres, entregaron por suerte en posesión a las tribus de los hijos de Israel en Silo delante del SEÑOR, a la entrada del tabernáculo del testimonio; y así acabaron de repartir la tierra.
Y los que espiaban vieron un hombre que salía de la ciudad, y le dijeron: Muéstranos ahora la entrada de la ciudad, y haremos contigo misericordia.
Y él les mostró la entrada a la ciudad, y la hirieron a filo de espada; mas dejaron a aquel hombre con toda su familia.
Y Gaal hijo de Ebed salió, y se puso a la entrada de la puerta de la ciudad; y Abimelec y todo el pueblo que con él estaba , se levantaron de la emboscada.
Mas lo persiguió Abimelec, delante del cual él huyó; y cayeron heridos muchos hasta la entrada de la puerta.
Pues Abimelec y el escuadrón que estaba con él, acometieron con ímpetu, y pararon a la entrada de la puerta de la ciudad; y las otras dos compañías acometieron a todos los que estaban en el campo, y los hirieron.
Y los seiscientos hombres, que eran de los hijos de Dan, estaban armados de sus armas de guerra a la entrada de la puerta.
Y subiendo los cinco hombres que habían ido a reconocer la tierra, entraron allá, y tomaron la imagen de talla, y el efod, y los terafines, y la imagen de fundición, mientras estaba el sacerdote a la entrada de la puerta con los seiscientos hombres armados de armas de guerra.
Y Aquis llamó a David, y le dijo: Vive el SEÑOR, que tú has sido recto, y que me ha parecido bien tu salida y entrada en el campamento conmigo, y que ninguna cosa mala he hallado en ti desde el día que viniste a mí hasta hoy; mas en los ojos de los príncipes no agradas.
¿Sabes tú que Abner hijo de Ner ha venido para engañarte, y a saber tu salida y tu entrada, y por entender todo lo que tú haces?
Y saliendo los hijos de Amón, ordenaron sus escuadrones a la entrada de la puerta; mas los Sirios de Soba, y de Rehob, y de Is-tob, y de Maaca, ordenaron de por sí en el campo.
Y dijo el mensajero a David: Prevalecieron contra nosotros los varones, que salieron a nosotros al campo, bien que nosotros les hicimos retroceder hasta la entrada de la puerta.
Entonces el rey les dijo: Yo haré lo que a vosotros pareciere bien. Y se puso el rey a la entrada de la puerta, mientras salía todo el pueblo de ciento en ciento y de mil en mil.
Y el rey de Israel y Josafat rey de Judá estaban sentados cada uno en su silla, vestidos de sus ropas reales , en la plaza junto a la entrada de la puerta de Samaria; y todos los profetas profetizaban delante de ellos.
Y Eliseo sentado en su casa, y con él estaban sentados los ancianos; y el rey envió a él un varón. Mas antes que el mensajero viniese a él, dijo él a los ancianos: ¿No habéis visto como este hijo del homicida me envía a quitar la cabeza? Mirad, pues, y cuando viniere el mensajero, cerrad la puerta, e impedidle la entrada; ¿no viene tras él el estruendo de los pies de su amo?
Y había cuatro hombres leprosos a la entrada de la puerta, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?
Y el rey puso a la puerta a aquel príncipe sobre cuya mano él se apoyaba; y le atropelló el pueblo a la entrada, y murió, conforme a lo que había dicho el varón de Dios, lo que habló cuando el rey descendió a él.
Y le sucedió así; porque el pueblo le atropelló a la entrada, y murió.
Y vino un mensajero que le dio las nuevas, diciendo: Han traído las cabezas de los hijos del rey. Y él dijo: Ponedlas en dos montones a la entrada de la puerta hasta la mañana.
Entonces el sacerdote Joiada tomó un arca, y le hizo en la tapa un agujero, y la puso junto al altar, a la mano derecha a la entrada del templo del SEÑOR; y los sacerdotes que guardaban la puerta, ponían allí todo el dinero que se metía en la Casa del SEÑOR.
El restituyó los términos de Israel desde la entrada de Hamat hasta el mar de la llanura, conforme a la palabra del SEÑOR Dios de Israel, la cual había él hablado por su siervo Jonás hijo de Amitai, profeta que fue de Gat-hefer.
E hizo venir todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, y profanó los altos donde los sacerdotes quemaban incienso, desde Gabaa hasta Beerseba; y derribó los altares de las puertas y los que estaban a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad; y los que estaban a la mano izquierda, a la puerta de la ciudad.
Asimismo quitó los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol a la entrada del templo del SEÑOR, junto a la cámara de Natán-melec eunuco, el cual tenía cargo de los ejidos; y quemó al fuego los carros del sol.
Y llegaron hasta la entrada de Gedor hasta el oriente del valle, buscando pastos para sus ganados.
Habitó también desde el oriente hasta la entrada del desierto desde el río Eufrates; porque tenía muchos ganados en la tierra de Galaad.
Y Salum hijo de Coré, hijo de Ebiasaf, hijo de Coré, y sus hermanos los coreítas por la casa de su padre, tuvieron cargo de la obra del ministerio, guardando las puertas del tabernáculo; y sus padres fueron sobre la cuadrilla del SEÑOR guardas de la entrada.
Y los hijos de Amón salieron, y ordenaron su escuadrón a la entrada de la ciudad; y los reyes que habían venido, estaban por sí en el campo.
también las tenazas, y los tazones, y los cucharros, y los incensarios, de oro puro. En cuanto a la entrada de la Casa, sus puertas interiores para el lugar santísimo, y las puertas de la Casa del templo, de oro.
Entonces hizo Salomón fiesta siete días, y con él todo Israel, una grande congregación, desde la entrada de Hamat hasta el arroyo de Egipto.
Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam paveses de bronce, y los entregó en manos de los príncipes de la guardia, los cuales custodiaban la entrada de la casa del rey.
Y el rey de Israel y Josafat rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, vestidos de sus ropas; y estaban sentados en la era a la entrada de la puerta de Samaria, y todos los profetas profetizaban delante de ellos.
y mirando, vio al rey que estaba junto a su columna a la entrada, y los príncipes y los trompetas junto al rey, y que todo el pueblo de la tierra hacía alegrías, y sonaban bocinas, y cantaban con instrumentos de música los que sabían alabar. Entonces Atalía rasgó sus vestidos, y dijo: ¡Conjuración, conjuración!
Y ellos pusieron las manos en ella, y ella se entró en la entrada de la puerta de los caballos de la casa del rey, y allí la mataron.
Y dieron los amonitas presentes a Uzías, y su nombre fue divulgado hasta la entrada de Egipto; porque fue altamente poderoso.
Después de esto edificó el muro de afuera de la ciudad de David, al occidente de Gihón en el valle, y a la entrada de la puerta del pescado, y cercó a Ofel, y lo alzó muy alto; y puso capitanes de ejército en todas las ciudades fuertes por Judá.
Tras él restauró Meremot hijo de Urías hijo de Cos la otra medida, desde la entrada de la casa de Eliasib, hasta el cabo de la casa de Eliasib.
El SEÑOR guardará tu salida y tu entrada, desde ahora y para siempre.
en el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad, a la entrada de las puertas da voces:
Carga de Tiro. Aullad, naves de Tarsis, porque destruida es Tiro hasta no quedar casa, ni entrada; de la tierra de Quitim es revelado a ellos.
He entendido tu estado, tu salida y tu entrada: y tu furor contra mí.
Porque he aquí que yo convoco todas las familias de los reinos del aquilón, dijo el SEÑOR; y vendrán, y pondrá cada uno su asiento a la entrada de las puertas de Jerusalén, y junto a todos sus muros en derredor, y en todas las ciudades de Judá.
y saldrás al valle de Ben-Hinom, que está a la entrada de la puerta oriental, y publicarás allí las palabras que yo te hablaré.
Y los príncipes de Judá oyeron estas cosas, y subieron de casa del rey a la Casa del SEÑOR; y se sentaron en la entrada de la puerta nueva de la casa del SEÑOR.
Y Baruc leyó en el libro las palabras de Jeremías en la Casa del SEÑOR, en la cámara de Gemarías hijo de Safán escriba, en el atrio de arriba, a la entrada de la puerta nueva de la Casa del SEÑOR, en oídos de todo el pueblo.
Después envió el rey Sedequías, e hizo traer a sí a Jeremías profeta a la tercera entrada que estaba en la Casa del SEÑOR. Y dijo el rey a Jeremías: Te pregunto una palabra, no me encubras ninguna cosa.
Y fue entrada la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron, y se salieron de la ciudad de noche por el camino del postigo que está entre los dos muros, que estaban cerca del jardín del rey, y se fueron por el camino del desierto, estando aún los caldeos junto a la ciudad alrededor.
Y aquella semejanza extendió la mano, y me tomó por las guedejas de mi cabeza; y el Espíritu me alzó entre el cielo y la tierra, y me llevó en visiones de Dios a Jerusalén, a la entrada de la puerta de adentro que mira hacia el aquilón, donde estaba la habitación de la imagen del celo, la que hacía celar.
Y me dijo: Hijo de hombre, alza ahora tus ojos camino del aquilón. Y alcé mis ojos camino del aquilón, y he aquí al aquilón, junto a la puerta del altar, la imagen del celo en la entrada.
Y me llevó a la entrada del atrio, y miré, y he aquí un agujero que estaba en la pared.
Y me llevó a la entrada de la puerta de la Casa del SEÑOR, que está al aquilón; y he aquí mujeres que estaban allí sentadas endechando a Tamuz.
Y me metió en el atrio de adentro de la Casa del SEÑOR; y he aquí junto a la entrada del Templo del SEÑOR, entre la entrada y el altar, como veinticinco varones, sus espaldas vueltas al Templo del SEÑOR y sus rostros al oriente, y se encorvaban al nacimiento del sol.
Y alzando los querubines sus alas, se levantaron de la tierra delante de mis ojos; cuando ellos salieron, también las ruedas estaban delante de ellos; y se pararon a la entrada de la puerta oriental de la Casa del SEÑOR, y la gloria del Dios de Israel estaba arriba sobre ellos.
Y el Espíritu me levantó, y me metió por la puerta oriental de la Casa del SEÑOR, la cual mira hacia el oriente; y he aquí a la entrada de la puerta veinticinco varones, entre los cuales vi a Jaazanías hijo de Azur, y a Pelatías hijo de Benaía, príncipes del pueblo.
Y cada cámara tenía una caña de largo, y una caña de ancho; y entre las cámaras dejó cinco codos en ancho; y cada poste de la puerta junto a la entrada de la puerta por dentro, una caña.
Midió asimismo la entrada de la puerta por dentro, de una caña.
Midió luego la entrada del portal, de ocho codos, y sus postes de dos codos; y la entrada del portal por dentro.
Y midió la anchura de la entrada de la puerta, de diez codos; la longitud del portal de trece codos.
Y desde la delantera de la puerta de la entrada hasta la delantera de la entrada de la puerta de dentro, cincuenta codos.
Y en la entrada de la puerta había dos mesas de una parte, y otras dos de la otra, para degollar sobre ellas el holocausto, y la expiación, y el sacrificio por el pecado.
Y al lado por fuera de las gradas, a la entrada de la puerta del norte, había dos mesas; y al otro lado que estaba a la entrada de la puerta, otras dos mesas.
Y me llevó a la entrada de la Casa, y midió cada poste de la entrada, cinco codos de una parte, y cinco codos de la otra; y la anchura de la puerta tres codos de una parte, y tres codos de la otra.
Y pasó al interior, y midió cada poste de la puerta de dos codos; y la puerta de seis codos; y la anchura de la entrada de siete codos.
Y en las puertas del Templo había labrados de querubines y palmas, así como estaban hechos en las paredes, y grueso madero sobre la delantera de la entrada por fuera.
Y había ventanas estrechas, y palmas de una y otra parte por los lados de la entrada, y de la Casa, y por las vigas.
Y debajo de las cámaras estaba la entrada del Templo del oriente, para entrar en él desde el atrio de afuera.
Para el príncipe: el príncipe, él se sentará en ella para comer pan delante del SEÑOR; por el camino de la entrada de la puerta entrará, y por el camino de ella saldrá.
Y el príncipe entrará de afuera por el camino del portal de la puerta, y estará al umbral de la puerta, (mientras los sacerdotes harán su holocausto y sus pacíficos) y adorará a la entrada de la puerta; después saldrá; mas no se cerrará la puerta hasta la tarde.
Asimismo adorará el pueblo de la tierra delante del SEÑOR, a la entrada de la puerta, en los sábados y en las nuevas lunas.
Me metió después por la entrada que estaba hacia la puerta, a las cámaras santas de los sacerdotes, las cuales miraban al norte, y había allí un lugar a los lados del occidente.
Me hizo tornar luego a la entrada de la Casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente; y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al mediodía del altar.
Entre la entrada y el altar, lloren los sacerdotes, ministros del SEÑOR, y digan: Perdona, oh SEÑOR, a tu pueblo, y no pongas en oprobio tu heredad, para que los gentiles se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?
Pues he aquí, levantaré yo sobre vosotros, oh casa de Israel, dijo el SEÑOR Dios de los ejércitos, gentiles que os oprimirán desde la entrada de Hamat hasta el arroyo del desierto.
Mas él negó, diciendo: No lo conozco, ni sé lo que dices. Y se salió fuera a la entrada; y cantó el gallo.
por el cual también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes , y nos gloriamos en la esperanza de la gloria (de los hijos) de Dios.
que por él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
en el cual tenemos seguridad y entrada con confianza por la fe de él.
Porque ellos cuentan de nosotros cuál entrada tuvimos a vosotros; y de qué manera fuisteis convertidos a Dios dejando los ídolos para servir al Dios vivo y verdadero.
Porque, hermanos, vosotros mismos sabéis que nuestra entrada a vosotros no fue vana,
Temamos, pues, alguna vez, que dejando la promesa de la entrada en su Reposo, parezca alguno de vosotros haberse apartado.
Porque de esta manera os será abundantemente administrada la entrada en el Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesús, el Cristo.