'Magistrados' en la Biblia
Y no sabían los magistrados a dónde yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo había yo declarado a los judíos y sacerdotes, ni a los nobles y magistrados, ni a los demás que hacían la obra.
Después miré, y me levanté, y dije a los principales y a los magistrados, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos: acordaos del Señor grande y terrible, y pelead por vuestros hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras esposas y por vuestras casas.
Y dije a los principales, y a los magistrados y al resto del pueblo: La obra es grande y amplia, y nosotros estamos apartados en el muro, lejos los unos de los otros.
Entonces lo medité, y reprendí a los nobles y a los magistrados, y les dije: ¿Tomáis cada uno usura de vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una gran asamblea.
Además ciento cincuenta hombres de los judíos y magistrados, y los que venían a nosotros de las naciones que están en nuestros alrededores.
Y puso Dios en mi corazón que reuniese a los nobles, y a los magistrados, y al pueblo, para que fuesen empadronados por el orden de sus linajes: Y hallé el libro de la genealogía de los que habían subido antes, y encontré en él escrito:
Pararon luego los dos coros en la casa de Dios; y yo, y la mitad de los magistrados conmigo;
Y reprendí a los magistrados, y dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Y los junté, y los puse en su lugar.
Todos los presidentes del reino, magistrados, gobernadores, grandes y capitanes, han acordado por consejo promulgar un real edicto, y confirmarlo, que cualquiera que demandare petición de cualquier dios u hombre en el espacio de treinta días, excepto de ti, oh rey, sea echado en el foso de los leones.
Y cuando os trajeren a las sinagogas, y ante los magistrados y potestades, no os preocupéis de cómo o qué habéis de responder, o qué habéis de decir;
y éste fue y habló con los príncipes de los sacerdotes, y con los magistrados, de cómo se lo entregaría.
Entonces Jesús dijo a los príncipes de los sacerdotes, y a los magistrados del templo, y a los ancianos que habían venido contra Él: ¿Como contra un ladrón habéis salido, con espadas y palos?
Entonces Pilato, convocando a los príncipes de los sacerdotes, y a los magistrados, y al pueblo,
y cómo los príncipes de los sacerdotes y nuestros magistrados, le entregaron a condenación de muerte, y le crucificaron.
y presentándolos ante los magistrados, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad,
Y se agolpó el pueblo contra ellos; y los magistrados, rasgándoles sus ropas, mandaron azotarles con varas.
Y cuando fue de día, los magistrados enviaron alguaciles, diciendo: Deja ir a aquellos hombres.
Y el carcelero hizo saber estas palabras a Pablo: Los magistrados han enviado a decir que se os suelte, así que ahora salid, e id en paz.
Y los alguaciles dijeron estas palabras a los magistrados, los cuales tuvieron miedo al oír que eran romanos.
Y el pueblo y los magistrados de la ciudad se alborotaron al oír estas cosas.
Porque los magistrados no están para atemorizar las buenas obras, sino las malas. ¿Quieres, pues, no temer la potestad? Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella.
Recuérdales que se sujeten a los principados y potestades, que obedezcan a los magistrados, que estén dispuestos para toda buena obra.
Y los reyes de la tierra, y los magistrados, y los ricos, y los capitanes, y los poderosos, y todo siervo y todo libre, se escondieron en las cuevas y entre las peñas de las montañas;