'Sábados' en la Biblia
Y tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Con todo eso vosotros guardaréis mis sábados, porque es señal entre mí y vosotros por vuestras edades, para que sepáis que yo soy el SEÑOR que os santifico.
Cada uno temerá a su madre y a su padre, y mis sábados guardaréis. Yo soy el SEÑOR vuestro Dios.
Mis sábados guardaréis, y mi santuario tendréis en reverencia. Yo soy el SEÑOR.
Sábado de sábados será a vosotros, y afligiréis vuestras almas, comenzando a los nueve del mes en la tarde; de tarde a tarde reposaréis vuestro sábado.
además de los sábados del SEÑOR de cada semana y además de vuestros dones, y a más de todos vuestros votos, y además de todas vuestras ofrendas voluntarias, que daréis al SEÑOR.
Y te has de contar siete sábados de años, siete veces siete años; de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años.
Guardad mis sábados, y tened en reverencia mi santuario: Yo soy el SEÑOR.
Entonces la tierra reposará sus sábados todos los días que estuviere asolada, mientras vosotros estéis en la tierra de vuestros enemigos; la tierra descansará entonces y gozará sus sábados.
Todo el tiempo que estará asolada, reposará lo que no reposó en vuestros sábados mientras habitabais en ella.
Que la tierra estará desamparada de ellos, y reposará sus sábados, estando desierta a causa de ellos; y ellos rogarán por su pecado; por cuanto menospreciaron mis derechos, y tuvo el alma de ellos fastidio de mis decretos.
y para ofrecer todos los holocaustos al SEÑOR los sábados, nuevas lunas, solemnidades por la cuenta y forma que tenían, continuamente delante del SEÑOR.
He aquí yo tengo que edificar Casa al nombre del SEÑOR mi Dios, para consagrársela, para quemar incienso aromático delante de él, y para la colocación continua de los panes de la proposición , y para holocaustos a mañana y tarde; y para sábados, y nuevas lunas, y fiestas solemnes del SEÑOR nuestro Dios; lo cual ha de ser perpetuo en Israel.
para que ofreciesen cada cosa en su día, conforme al mandamiento de Moisés, en los sábados, las nuevas lunas, y fiestas tres veces en el año, a saber , en la fiesta de los panes sin levadura, en la fiesta de las semanas, y en la fiesta de los tabernáculos.
La contribución del rey de su hacienda, era holocaustos a mañana y tarde, y holocaustos para los sábados, nuevas lunas, y fiestas solemnes, como está escrito en la ley del SEÑOR.
para que se cumpliese la palabra del SEÑOR por la boca de Jeremías, hasta que la tierra cumpliese sus sábados; porque todo el tiempo de su asolamiento reposó, hasta que los setenta años fueron cumplidos.
para el pan de la proposición, y para la ofrenda continua, y para el holocausto continuo, y de los sábados, y de las nuevas lunas, y de las festividades, y para las santificaciones y para las expiaciones para expiar a Israel, y para toda la obra de la Casa de nuestro Dios.
Porque así dijo el SEÑOR a los eunucos que guardaren mis sábados, y escogieren lo que yo quiero, y abrazaren mi pacto:
Zain : Jerusalén, cuando cayó su pueblo en mano del enemigo y no hubo quien le ayudase, entonces se acordó de los días de su aflicción, y de sus rebeliones, y de todas sus cosas deseables que tuvo desde los tiempos antiguos; la miraron los enemigos, y escarnecieron de sus sábados.
Vau : Y traspasó como de huerto su tabernáculo, destruyó su congregación. El SEÑOR hizo olvidar en Sion solemnidades y sábados; y desechó en la ira de su furor rey y sacerdote.
Y les di también mis sábados que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy el SEÑOR que los santifico.
Mas se rebeló contra mí la Casa de Israel en el desierto; no anduvieron en mis ordenanzas, y desecharon mis derechos, los cuales el hombre que los hiciere, vivirá por ellos; y mis sábados profanaron en gran manera; dije, por tanto, que había de derramar sobre ellos mi ira en el desierto para consumirlos.
porque desecharon mis derechos, y no anduvieron en mis ordenanzas, y mis sábados profanaron; porque tras sus ídolos iba su corazón.
y santificad mis sábados, y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy el SEÑOR vuestro Dios.
Y los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron en mis ordenanzas, ni guardaron mis derechos para ponerlos por obra, los cuales el hombre que los cumpliere, vivirá por ellos; profanaron mis sábados. Dije entonces que derramaría mi ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto.
porque no pusieron por obra mis derechos, y desecharon mis ordenanzas, y profanaron mis sábados, y tras los ídolos de sus padres se les fueron sus ojos.
Mis santuarios menospreciaste, y mis sábados has profanado.
Sus sacerdotes violentaron mi ley, y contaminaron mis santuarios, entre lo santo y lo profano no hicieron diferencia, ni entre inmundo y limpio hicieron manifestación; y de mis sábados escondieron sus ojos, y yo era profanado en medio de ellos.
Aun esto más me hicieron; contaminaron mi Santuario en aquel día, y profanaron mis sábados;
Y en el pleito ellos estarán para juzgar; por mis derechos lo juzgarán; y mis leyes y mis decretos guardarán en todas mis solemnidades, y santificarán mis sábados.
Mas del príncipe será la obligación de dar el holocausto, y el sacrificio, y la libación, en las solemnidades, y en las lunas nuevas, y en los sábados, y en todas las fiestas de la Casa de Israel; él hará la expiación, y el presente, y el holocausto, y los pacíficos, para expiar la Casa de Israel.
Asimismo adorará el pueblo de la tierra delante del SEÑOR, a la entrada de la puerta, en los sábados y en las nuevas lunas.
O ¿no habéis leído en la ley, que los sábados en el Templo los sacerdotes profanan el sábado, y son sin culpa?
Pues ¿cuánto más vale un hombre que una oveja? Así que, lícito es en los sábados hacer bien.
Y advancado el sábado, amaneciendo para el primero de los sábados, vino María Magdalena, y la otra María, a ver el sepulcro.
Entraron en Capernaum; y luego los sábados, entrando en la sinagoga, enseñaba.
Y les dice: ¿Es lícito hacer bien en sábados, o hacer mal? ¿Salvar la persona, o matarla? Mas ellos callaban.
Y muy de mañana, el primero de los sábados, vienen al sepulcro, ya salido el sol.
Mas como Jesús resucitó por la mañana, el primero de los sábados, apareció primeramente a María Magdalena, de la cual había echado siete demonios.
Y descendió a Capernaum, ciudad de Galilea, y allí les enseñaba los sábados.
Y algunos de los fariseos les dijeron: ¿Por qué hacéis lo que no es lícito hacer en los sábados?
Entonces Jesús les dice: Os preguntaré una cosa: ¿Es lícito en sábados hacer bien, o hacer mal? ¿Salvar una persona, o matarla?
Y el primero de los sábados, muy de mañana, vinieron al monumento, trayendo las drogas aromáticas que habían aparejado, y algunas otras mujeres con ellas.
Y el primero de los sábados, María Magdalena vino de mañana, siendo aún tinieblas, al sepulcro; y vio la piedra quitada del sepulcro.
Y como fue tarde aquel día, el primero de los sábados, y estando las puertas cerradas donde los discípulos estaban juntos por miedo de los judíos, vino Jesús, y se puso en medio, y les dijo: Paz tengáis.
Porque los que habitaban en Jerusalén, y sus príncipes, no conociendo a éste, y las voces de los profetas que se leen todos los sábados, condenándolo, las cumplieron.
Y un día de los sábados salimos de la puerta junto al río, donde solía ser la oración; y sentándonos, hablamos a las mujeres que se habían juntado.
Y Pablo, como acostumbraba, entró a ellos, y por tres sábados disputó con ellos de las Escrituras,
Y disputaba en la sinagoga todos los sábados, y persuadía a judíos y a griegos.
Y el primero de los sábados, juntos los discípulos a partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de partir al día siguiente; y continuó la palabra hasta la medianoche.
Por tanto, nadie os juzgue en comida, o en bebida, o en parte de día de fiesta, o de nueva luna, o de sábados;