'Te' en la Biblia
Tus ungüentos tienen olor agradable, tu nombre es {como} ungüento purificado; por eso te aman las doncellas.
Llévame en pos de ti {y} corramos {juntos.} El rey me ha conducido a sus cámaras. Nos regocijaremos y nos alegraremos en ti, exaltaremos tu amor más que el vino. Con razón te aman.
A mi yegua, entre los carros de Faraón, yo te comparo, amada mía.
Regresa, regresa, oh Sulamita; regresa, regresa, para que te contemplemos. ¿Por qué habéis de contemplar a la Sulamita, como en la danza de los dos coros?
Tu cabeza te corona como el Carmelo, y la cabellera suelta de tu cabeza es como hilos de púrpura; {el} rey está preso en {tus} trenzas.
Levantémonos temprano {y vayamos} a las viñas; veamos si la vid ha brotado, {si} se han abierto {sus} flores, {y si} han florecido los granados. Allí te entregaré mi amor.
¿Ah, si tú fueras como mi hermano, amamantado a los pechos de mi madre! {Si} te encontrara afuera, te besaría, y no me despreciarían.
Te llevaría {y} te introduciría en la casa de mi madre, que me enseñaba; te daría a beber vino sazonado del zumo de mis granadas.
¿Quién es ésta que sube del desierto, recostada sobre su amado? Debajo del manzano te desperté; allí tu madre tuvo dolores de parto por ti, allí tuvo dolores de parto, {y} te dio a luz.