'Traían' en la Biblia
Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas y bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto.
Cuando José regresó a su casa, ellos le trajeron a la casa el presente que traían en su mano y se postraron ante él en tierra.
Los cuales juzgaban al pueblo en todo tiempo; el negocio arduo lo traían a Moisés, y ellos juzgaban todo negocio pequeño.
Además todas las mujeres sabias de corazón hilaban con sus manos, y traían lo que habían hilado: cárdeno, o púrpura, o carmesí, o lino fino.
y tomaron de delante de Moisés toda la ofrenda que los hijos de Israel habían traído para la obra del servicio del santuario, a fin de hacerla. Y ellos le traían aun ofrenda voluntaria cada mañana.
y zapatos viejos y recosidos en sus pies, con vestidos viejos sobre sí; y todo el pan que traían para el camino, seco y mohoso.
Entonces dijeron Zeba y Zalmuna: Levántate tú, y mátanos; porque como es el varón, tal es su valentía. Y Gedeón se levantó, y mató a Zeba y a Zalmuna; y tomó las planchas que sus camellos traían al cuello.
Y les dijo Gedeón: Deseo haceros una petición, que cada uno me dé los zarcillos de su despojo. (Porque traían zarcillos de oro, que eran ismaelitas.)
Y fue el peso de los zarcillos de oro que él pidió, mil setecientos siclos de oro; sin las planchas, y joyeles, y vestidos de púrpura, que traían los reyes de Madián, y sin los collares que traían sus camellos al cuello.
Y he aquí los siervos de David y Joab, que venían del campo, y traían consigo gran presa. Mas Abner ya no estaba con David en Hebrón, pues ya lo había él despedido, y él se había ido en paz.
Así David y toda la casa de Israel traían el arca de Jehová con júbilo y sonido de trompeta.
Hirió también a los de Moab, y los midió con cordel, haciéndolos echar por tierra; y midió con dos cordeles para muerte, y un cordel entero para vida; y los moabitas vinieron a ser siervos de David, y le traían tributos.
Y tomó David los escudos de oro que traían los siervos de Hadad-ezer, y los llevó a Jerusalén.
Y Salomón señoreaba sobre todos los reinos, desde el río hasta la tierra de los filisteos, hasta el término de Egipto; y traían presentes, y sirvieron a Salomón todos los días que vivió.
Y traían también cebada y paja para los caballos, y para las bestias de carga, al lugar donde él estaba, cada uno conforme al cargo que tenía.
Y la Casa cuando se edificó, la fabricaron de piedras perfectas que traían ya acabadas de labrar; de tal manera que cuando la edificaban, ni martillos ni hachas se oyeron en la Casa, ni ningún otro instrumento de hierro.
Porque el rey tenía en el mar las naves de Tarsis {junto} con las naves de Hiram, {y} cada tres años las naves de Tarsis le traían oro, plata, marfil, monos y pavos reales.
Y traían de Egipto caballos y lienzos a Salomón; porque la compañía de los mercaderes del rey compraba caballos y lienzos.
Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo.
Y se fue la mujer de él, y cerró la puerta tras sí y tras sus hijos; y ellos le traían los vasos, y ella echaba del aceite.
Y entregaban el dinero que había sido contado en manos de los que hacían el trabajo, los cuales tenían a su cargo la casa del SEÑOR, y ellos lo traían {para pagar} a los carpinteros y a los constructores que trabajaban en la casa del SEÑOR,
Los hijos de Rubén, y de Gad, y la media tribu de Manasés, hombres valientes, hombres que traían escudo y espada, que entesaban arco, y diestros en la guerra, cuarenta y cuatro mil setecientos sesenta que salían a batalla.
Algunos de los Levitas {estaban} encargados de los utensilios del servicio y los contaban cuando los traían y cuando los sacaban.
De los hijos de Judá que traían escudo y lanza, seis mil ochocientos, a punto de guerra.
sin lo que traían los mercaderes y negociantes; y también todos los reyes de Arabia y los gobernadores de la tierra traían oro y plata a Salomón.
Porque la flota del rey iba a Tarsis con los siervos de Hiram, y cada tres años solían venir las naves de Tarsis, y traían oro, plata, marfil, simios, y pavos.
Y traían para Salomón caballos de Egipto y de todos los países.
Y cuando el rey iba a la Casa del SEÑOR, venían los de la guardia, y los traían, y después los volvían a dejar en la cámara de la guardia.
Tuvo también Asa ejército que traía escudos y lanzas; de Judá trescientos mil, y de Benjamín doscientos ochenta mil que traían escudos y flechaban arcos; todos hombres diestros.
Y traían de los filisteos presentes a Josafat, y tributos de plata. Los árabes también le trajeron rebaños, siete mil setecientos carneros y siete mil setecientos machos cabríos.
Y todos los príncipes y todo el pueblo se alegraron; y traían, y echaban en el arca hasta cumplir su deber.
Y muchos traían presentes al SEÑOR en Jerusalén y presentes valiosos a Ezequías, rey de Judá, de modo que después de esto fue engrandecido delante de todas las naciones.
En aquellos días vi en Judá algunos que pisaban en lagares en sábado, y que acarreaban manojos, y cargaban los asnos con vino, y también de uvas, de higos, y de toda carga, y traían a Jerusalén en día de sábado; y les protesté el día que vendían el mantenimiento.
También estaban en ella tirios que traían pescado y toda mercadería, y vendían en sábado a los hijos de Judá en Jerusalén.
que venían unos hombres de Siquem, de Silo y de Samaria, ochenta hombres, raída la barba, rotas las ropas, y arañados y traían en sus manos ofrenda y perfume para llevar a la Casa del SEÑOR.
`Los hijos de Dedán comerciaban contigo. Muchas costas {eran} clientes tuyas; colmillos de marfil y {madera de} ébano te traían como pago.
Aullad, moradores de Mactes, porque todo el pueblo mercader es destruido; talados son todos los que os traían dinero.
Y he aquí, traían un talento de plomo, y una mujer estaba asentada en medio de aquel epha.
Alcé luego mis ojos, y miré, y he aquí dos mujeres que salían, y traían viento en sus alas, y tenían alas como de cigüeña, y alzaron el efa entre la tierra y los cielos.
Y corría su fama por toda Siria; y le traían todos los que tenían mal; los tomados de diversas enfermedades y tormentos, y los endemoniados, y lunáticos, y paralíticos, y los sanaba.
Y cuando fue la tarde, cuando el sol se puso, traían a él todos los que tenían mal, y endemoniados;
Y le traían niños para que los tocara; y los discípulos los reprendieron.
Y poniéndose el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades, los traían a él; y él poniendo las manos sobre cada uno de ellos, los sanaba.
Y he aquí unos hombres, que traían sobre un lecho un hombre que estaba paralítico; y buscaban por dónde meterle, y ponerle delante de él.
Y traían a él los niños para que los tocara; lo cual viendo los discípulos les reñían.
Que ningún necesitado había entre ellos; porque todos los que poseían heredades o casas, vendiéndolas, traían el precio de lo vendido,