'Vid' en la Biblia
Entonces el principal de los maestresalas contó su sueño a José, y le dijo: Yo soñaba que veía una vid delante de mí,
y en la vid tres sarmientos; y ella como que florecía, salía su renuevo, maduraron sus racimos de uvas;
Atando a la vid su pollino, y a la cepa el hijo de su asna, lavó en el vino su vestido, y en la sangre de uvas su cobertura:
Lo que de suyo naciere en tu tierra segada, no lo segarás; y las uvas de tu vid consagrada no encerrarás; año de reposo será a la tierra.
Todo el tiempo de su nazareato, de todo lo que se hace de vid de vino, desde los granillos hasta el hollejo, no comerá.
Por tanto de la vid de Sodoma es la vid de ellos, y de los campos de Gomorra; las uvas de ellos son uvas ponzoñosas, racimos muy amargos tienen.
Dijeron luego los árboles a la vid: Pues ven tú, reina sobre nosotros.
Y la vid les respondió: ¿He de dejar mi mosto, que alegra a Dios y a los hombres, por ir a ser grande sobre los árboles?
Ella no comerá cosa que proceda de vid que da vino; no beberá vino ni sidra, y no comerá cosa inmunda; ha de guardar todo lo que le mandé.
Y Judá e Israel vivían seguros, cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, desde Dan hasta Beerseba, todos los días de Salomón.
No oigáis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: Dadme bendición, y salid a mí, y cada uno comerá de su vid, y de su higuera, y cada uno beberá las aguas de su pozo;
El perderá su agraz como la vid, y derramará su flor como la oliva.
Hiciste venir una vid desde Egipto; echaste los gentiles, y la plantaste.
Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora; mira desde el cielo, y ve, y visita esta vid,
Tu mujer será como la vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como plantas de olivas alrededor de tu mesa.
Yo dije: Subiré a la palma, me asiré de sus ramas. Y tus pechos serán ahora como racimos de vid, y el aliento de tu nariz como de manzanas;
Se perdió el vino nuevo, enfermó la vid, gimieron todos los que eran alegres de corazón.
Sobre los pechos lamentarán por los campos deleitosos, por la vid fértil.
Y yo te planté de buen viñedo, simiente de Verdad toda ella, ¿cómo, pues, te me has tornado sarmientos de vid extraña?
Así dijo el SEÑOR de los ejércitos: Del todo rebuscarán como a vid el resto de Israel; torna tu mano como vendimiador a los cestos.
Los cortaré del todo, dijo el SEÑOR. No hay uvas en la vid, ni higos en la higuera, y se caerá la hoja; y lo que les he dado pasará de ellos.
Con lloro de Jazer lloraré por ti, oh vid de Sibma; tus sarmientos pasaron el mar, llegaron hasta el mar de Jazer; sobre tu agosto y sobre tu vendimia vino destruidor.
Hijo de hombre, ¿qué es el palo de la vid más que todo palo? ¿El sarmiento qué es entre los maderos del bosque?
Por tanto, así dijo el Señor DIOS: Como el palo de la vid entre los maderos del bosque, el cual yo entregué al fuego para que lo consuma, así he entregado a los moradores de Jerusalén.
Y reverdeció, y se hizo una vid de mucha rama, baja de estatura, que sus ramas la miraban, y sus raíces estaban debajo de ella; así que se hizo una vid, y arrojó sarmientos, y echó mugrones.
Y fue otra gran águila, de grandes alas y de muchas plumas; y he aquí que esta vid juntó cerca de ella sus raíces, y extendió hacia ella sus ramas, para ser regada por ella por los surcos de su plantío.
En un buen campo, junto a muchas aguas fue plantada, para que hiciera ramas y llevara fruto, y para que fuera vid robusta.
Tu madre fue como una vid en tu sangre, plantada junto a las aguas, haciendo fruto y echando vástagos a causa de las muchas aguas.
Y haré talar su vid y su higuera, de la que ha dicho: Mi salario me son, que me han dado mis amantes. Y las reduciré a un matorral, y las comerán las bestias del campo.
Volverán los que se sentarán bajo su sombra; serán vivificados como trigo, y florecerán como la vid; su olor, como de vino del Líbano.
Asoló mi vid, y descortezó mi higuera; del todo la desnudó y derribó; sus ramas quedaron blancas.
Se secó la vid, y pereció la higuera; el granado también, la palma, y el manzano; se secaron todos los árboles del campo; por lo cual se secó el gozo de los hijos de los hombres.
Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos.
Y cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien amedrente; porque la boca del SEÑOR de los ejércitos habló.
¿Aún no está la simiente en el granero? Ni aún la vid, ni la higuera, ni el granado, ni el árbol de la oliva ha florecido todavía; mas desde este día daré bendición.
En aquel día, dice el SEÑOR de los ejércitos, cada uno de vosotros llamará a su compañero debajo de su vid, y debajo de su higuera.
Porque la simiente de la paz quedará; la vid dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y los cielos darán su rocío; y haré que el remanente de este pueblo posea todo esto.
Y reprenderé por vosotros al devorador, y no os corromperá el fruto de la tierra; ni la vid en el campo os abortará, dijo el SEÑOR de los ejércitos.
Y os digo, que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día, cuando lo tengo que beber nuevo con vosotros en el Reino de mi Padre.
De cierto os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día, cuando lo beberé nuevo en el Reino de Dios.
Porque os digo, que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el Reino de Dios venga.
YO SOY la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no permaneciere en la vid; así vosotros, si no estuviereis en mí.
YO SOY la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer.
Hermanos míos, ¿puede la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.